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Cristina Portales coloca la máquina de ozono en una estantería de su establecimiento.

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Cristina Portales coloca la máquina de ozono en una estantería de su establecimiento. Alberto Aja

Máquinas de ozono y mamparas protectoras, plan para la reapertura de los comercios

Las tiendas adaptan sus locales a la espera de un plan sanitario aunque la hostelería no ve viable retomar la actividad sin ayudas

Laura Fonquernie

Santander

Viernes, 1 de mayo 2020, 07:19

Con las fechas de reapertura marcadas en el calendario, los comercios han comenzado ya a adaptar sus establecimientos para poder levantar la persiana. Caminan un poco a ciegas porque las dudas sobre las medidas de seguridad que les van exigir siguen en el aire. Ese es el «problema» del plan de desescalada, «no conocemos las directrices», comenta Cristina Portales, de la tienda Lamoi de Santander. A falta de información, ella y su socia se mueven por intuición: «Intentamos adelantarnos a lo que dirán», señala. Entre lo que comentan con otros comerciantes y las medidas que se han implantado en algunos países, ellas sacan ideas. Y van un paso por delante: «Hemos comprado una máquina de ozono» con la que desinfectarán tanto el local como la ropa. Para que se hagan una idea, es un aparato parecido a un rúter o a un proyector, colocado en lo alto de una balda.

El aparato pulveriza el ozono y «en media hora ha desinfectado todo el espacio», explica Portales. Concretamente se mantiene en el aire en torno a veinte minutos y luego se posa. La idea es conectarlo antes de cerrar porque, aunque no afecta a las personas, puede ser molesto. Y, al día siguiente, al abrir las puertas desaparece. No solo eso, en tiendas pequeñas «también nos sirve para la ropa». Ese es el problema de estos comercios porque no pueden retirar durante dos días cada una de las prendas que se prueben los clientes, «la gran medida que han propuesto», cuenta Portales. Así es más fácil. En la parte de arriba del establecimiento colocarán un armario donde meterán directamente la ropa usada, «enchufaremos el ozono y en cinco o diez minutos vuelve a estar lista para probar».

También adoptarán otras medidas, quizás más conocidas a estas alturas, como limitar los aforos o poner en la entrada guantes y gel a disposición de los clientes. El retorno a la normalidad traerá consigo una manera diferente de comprar en las tiendas, igual que ha ocurrido en supermercados y farmacias; por eso Portales recuerda que «con cuidado y protección no hay que tener miedo a salir y bajar a los comercios».

«Intentamos adelantarnos a lo que dirán. Compramos el ozono que desinfecta la ropa en cinco minutos y el local en media hora»

Cristina Portales - Tienda Lamoi

«Nos plantearíamos abrir con ayudas, pero así no. Si nos quitan el ERTE y sólo podemos poner una mesa, terminaríamos cerrando»

María Martínez Ramonoteca

Carmen Gamboa, de la tienda de ropa Reina by Rey Piel, reservó ayer mismo por la mañana la máquina de ozono para su local. «Es iniciativa nuestra porque lo hemos escuchado en otros grupos», cuenta. A falta de información, intercambian impresiones entre ellos para saber qué hacer. Además colocarán mamparas de protección y pegatinas en el suelo para marcar la distancia. Su intención es abrir aunque reconoce que «la situación está muy complicada», pero no pierde el optimismo: «Lo conseguiremos».

Lo mismo hará Antonio Muñiz, de la joyería Matra: «Pondremos mamparas de seguridad y todos los empleados llevarán un kit con material de protección», comenta. Lo primordial es garantizar la seguridad de clientes y trabajadores y sabe que deberán limitar el aforo aunque por el momento está pendiente de las limitaciones que señale el Gobierno. Eso sí, por su tipo de negocio tienen una ventaja y es que «nuestro artículo es físico y duradero y también podemos desinfectarlo con el alcohol».

«No queremos abrir»

La mayoría de los comercios abrirá cuando llegue el momento aunque en la hostelería la tendencia parece que será la contraria. El sector no ve viable retomar la actividad sin ayudas económicas. «En un principio no queremos abrir», señala María Martínez, de Ramonoteca. Con la limitación del 30% en las terrazas sólo pueden poner una mesa y así «es imposible que sea rentable y podamos mantener los gastos de alquiler, personal...», añade. En todo caso, con estas restricciones, «puedes plantearte cerrar todo, pero no abrir».

El sector urge medidas económicas aparejadas al plan de desescalada para dar el salto y animarse a reabrir, un aspecto que, por el momento, no contempla. No es viable. «Como el café no cueste diez euros...», bromea. ¿Os planteáis abrir? «Solo con ayudas, las necesitamos», responde Martínez. Como, por ejemplo, que la gente «salga de manera escalonada del ERTE» y que se flexibilice y se adapte según avance y mejore la situación. En caso contrario, si ahora -con una mesa en la terraza- no se aplicara el ERTE a ninguno de sus trabajadores, «cerraríamos». La vuelta a la normalidad debe ser escalonada, pero falta una línea de ayudas. «Ni abriendo día y noche y llenando la mesa cada cinco minutos sería posible», resume.

Algunos establecimientos no tienen claro aún qué van a hacer, y otros van a «probar». Esa es la intención de Jesús Negrete, de la cafetería Goofretti World. El plan de desescalada es «un desastre», dice. Aún así abrirá el 11 de mayo, pero se mantiene a la espera de que varíen las condiciones porque está convencido de que, como ha ocurrido con otras medidas, «de estas fases va a cambiar de lo que dicen a lo que finalmente será». Ayer por la mañana estaba en su negocio con algunas obras básicas para empezar, como la colocación de cristales y mamparas aunque todavía el interior del local no vaya a recibir visitas.

Para él una solución al problema sería que les dejarán «ocupar más espacio en la vía pública». Así habría la distancia de seguridad entre las mesas y, además, podrían colocar más de ese 30% marcado en el plan. Una medida que ayudaría a los hosteleros a compensar con las terrazas el aforo del interior de los establecimientos que no podrán utilizar. Si no se flexibilizan las medidas, Negrete bajará la persiana porque «pierdo más dinero si abro», resume.

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