«Muchas unidades de protones de Amancio Ortega no se instalarán nunca», opina Prada
El jefe de Oncología Radioterápica destaca las ventajas de la terapia que incorporará Valdecilla, que costará «entre 40.000 y 70.000 por paciente»
«Somos afortunados. Tenemos la oportunidad de cambiar las cosas gracias a la protonterapia». Y ese cambio, a juicio del médico Pedro Prada, jefe de ... Oncología Radioterápica de Valdecilla, implica «elevar el porcentaje de curación del cáncer por encima del 70% –ahora, en términos generales, se sitúa en torno al 50%»– y mantener al hospital como un referente nacional, tanto en asistencia, como en docencia y en investigación. Así lo expuso este lunes en el foro de la SER, donde justificó las «bonanzas» del proyecto, convertido en la gran apuesta de legislatura del Gobierno regional en materia sanitaria, aunque son muchas «las voces» –admitió– que lo siguen cuestionando. Por eso, más allá de reiterar su confianza en que «va a salir adelante», quiso hacer una exposición de las ventajas de la terapia de protones y de su impacto sanitario, social y económico –aunque sobre esta última pata no se atrevió a dar números, eso lo dejó para los economistas–.
Se mostró convencido, eso sí, de que «no pierde nadie, todos ganamos» con la protonterapia, que permite «ser mucho más selectivos con la zona tumoral a tratar, hacerlo con dosis mucho más elevadas y sin dañar los tejidos sanos». Incluso suponiendo un desembolso que las otras siete comunidades con proyectos paralelos no tendrán que hacer porque sus máquinas (diez, en total) les llegarán vía donación millonaria de la Fundación Amancio Ortega –en este caso, correrán sólo con los gastos de la obra para su instalación–, mientras que en Cantabria ha salido a licitación la unidad por 27,5 millones, a los que habrá que sumar alrededor de 20 millones más para la construcción del búnker y el resto de los trabajos de acondicionamiento. Pero Prada consideró que «muchas de esas unidades donadas no se llegarán a instalar nunca», porque no todos los hospitales a las que van destinadas tienen el espacio para una máquina de estas dimensiones –«dos partes de 70 toneladas cada una»–, lo que conlleva levantar infraestructuras nuevas y habilitar accesos, «cuyo coste tendrán que asumir las administraciones autonómicas». Y eso implica que no se integrarán dentro del propio servicio de Oncología Radioterápica, que es una de las grandes ventajas que destacó de Valdecilla, donde, además, «tenemos todas las opciones de tratamientos oncológicos disponibles (braquiterapia, intraoperatoria, oncotermia...), que ya atraen a pacientes de otras comunidades, y a los mejores profesionales». De hecho, auguró que, desde el punto de vista docente, «ser el primer centro público del país en disponer de esta tecnología va a suponer que los físicos y técnicos de otros centros van a pasar por aquí para aprender». Asimismo, reconoció que, a día de hoy, los diez equipos de protones proyectados en España, al margen del de Valdecilla, «puede resultar un número un poco excesivo», aunque «con el tiempo, igual no». En este sentido, comparó el desembarco de la protonterapia con el de los aceleradores lineales, que fueron reemplazando a las máquinas de cobalto hasta hacerlas desaparecer –«No queda ni una en Europa»–, algo que al principio parecía impensable.
Sobre la repercusión sanitaria del equipo que Valdecilla tiene previsto estrenar a finales de 2025, el jefe de Oncología Radioterápica explicó que tratará a una media anual de 300 pacientes, con un coste de «entre 40.000 y 70.000 euros» por terapia, entre los que se incluyen los derivados desde La Rioja y Asturias, las dos comunidades con las que se aspira a cerrar convenios de colaboración.
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