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Joël Dicker, fotografiado en Barcelona. Toni Albir / EFE
«La democracia peligra, la ciudadanía asume cada vez menos su responsabilidad»

Joël Dicker

Escritor
«La democracia peligra, la ciudadanía asume cada vez menos su responsabilidad»

El superventas suizo da un giro a su escritura y publica un libro para lectores jóvenes en el que reivindica la lectura

Viernes, 18 de abril 2025, 00:07

El escritor suizo Joël Dicker (Ginebra, 1985) es un maestro en mantener en vilo al lector. Autor de novelas muy vendidas como 'La verdad del caso Harry Quebert' y 'La desaparición de Stéphanie Mailer', ha imprimido un cambio radical en su escritura. El autor acaba de entregar a la imprenta 'La muy catastrófica visita al zoo' (Alfaguara) en la que vuelve a sembrar la intriga. En esta ocasión Dicker aborda asuntos propios de la literatura de adultos, como la educación y la democracia, pero a través de la mirada de un niño. El libro, que está pensado para que lo lean niños de ocho a cien años de edad, reivindica el poder transformador de la lectura.

-¿Escribir para jóvenes es un acto reivindicativo en este mundo dominado por las pantallas?

-No sé si escribir para jóvenes es exactamente un acto de rebeldía contra lo digital o las pantallas, pero sí lo considero una forma de lucha a favor de la lectura. No creo que se trate de elegir entre una cosa u otra, entre pantallas o libros. Quiero recordar, en un mundo profundamente digital, la importancia de leer en papel. Del mismo modo que se anima a los jóvenes a cuidar su alimentación, a moverse y hacer deporte, se debería inculcar la importancia de la lectura.

-¿Y cuáles son esas ventajas del papel frente a la pantalla?

-La lectura en papel activa el cerebro de forma distinta. Cuando leemos en papel se movilizan áreas cerebrales que están relacionadas con la empatía, la comprensión profunda y la capacidad de interpretar los desafíos de la vida. Todo eso nos ayuda a desarrollarnos como personas, a construirnos, a imaginar el futuro que queremos. En cambio, la lectura en pantalla, al no tener una dimensión física, tiende a ser más automática, menos comprometida. Nuestro nivel de concentración disminuye.

-¿Escribir para jóvenes es también una estrategia para hablar con más libertad sobre temas como la democracia, la censura o la diversidad?

-No he escrito este libro exclusivamente para jóvenes, aunque también esté pensado en ellos. Y sí, escribir desde la mirada de un niño me ha permitido abordar esos grandes temas con una gran libertad. Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para hablar de cuestiones fundamentales.

Escuela enriquecedora

-¿La escuela actual es mejor o peor que la que usted conoció?

-La pregunta más importante no es si la escuela ha mejorado o empeorado, sino cómo podemos mejorarla en el futuro. La escuela es un lugar clave en la vida de los niños, donde pasan más tiempo que en casa. Por eso tenemos que pensar constantemente en cómo hacerla más enriquecedora, más justa y abierta.

-¿Cómo ve el futuro de los niños criados en esta era digital?

-Soy optimista. Creo que el futuro será brillante si los niños se vuelven bilingües entre el mundo digital y el mundo del papel. No se trata de oponerlos, sino de integrarlos. Los niños deben ser plenamente capaces de moverse en el entorno digital -saber programar, utilizar herramientas tecnológicas-, pero también de leer en papel y desarrollar una mente lectora.

-¿Sigue pensando que la inteligencia artificial no es el problema, sino el uso que se hace de ella?

-No creo que el problema sea que seamos tontos o ingenuos, sino que a veces no asumimos la responsabilidad que implica usar bien esta tecnología. Podemos tener las mejores herramientas, pero si no las utilizamos con conciencia, con ética, todo se vuelve problemático.

-¿Y cómo ve la situación actual? ¿Está la democracia en peligro?

-Sí, creo que la democracia está en peligro, entre otras cosas porque la ciudadanía asume cada vez menos su responsabilidad. Hoy es muy fácil dar una opinión en pocas palabras, en un tuit. Pero la democracia requiere profundidad, reflexión, tiempo.

-¿La literatura es un arma contra la intransigencia?

-Sí, sin duda. La literatura abre la mente. Nos ayuda a comprender a los demás, a cuestionar nuestras propias ideas.

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