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Se siente cómodo Diego Vasallo en el estudio santanderino Moon River, con Fernando Macaya a los mandos como productor y a la guitarra como compañero. Por eso vuelve, esta vez para grabar diez canciones en directo. «Aquí se gestó todo», explica. Aquí las canciones fueron tomando forma.
El disco resultante llevará, de momento, el nombre de ‘Las sesiones de Moon River’. Serán diez canciones. Quizá once. Temas nuevos y también recuerdos del pasado. Desde ‘Criaturas’ del año 97, hasta la actualidad.
Hacer una grabación en un estudio resulta mucho más «cómodo» que una sala, claro, pero el factor de tener al público delante, tan cerca aporta «un plus y un grado de tensión que no aparece si estamos solamente la banda», detalla.
En esa banda, acostrumbrada a lidiar con el rock and roll de los 50, además de Macaya, le acompañarán Toño López a la batería, Goyo Chiquito al contrabajo y Pablo Fernández al piano.
El año pasado lanzó ‘Baladas para un autorretrato’ (Subterfuge Records). Para llegar a su disco anterior hay que viajar seis años; ‘Canciones en ruinas’ (Warner) abrió un espacio que no ha tenido prisa por llenar. Ahora ha recuperado las ganas de hacer y grabar canciones y no cree que tarde mucho tiempo en volver a repetir el proceso. «Me ha vuelto la necesidad», dice.
Los cuarenta asistentes que presencien esta noche la grabación en directo, se encontrarán apenas a un palmo de los cinco músicos. Sin filtros, como a Vasallo le gusta, que la música esté cruda y casi sin elaborar, con esa oscuridad rugosa de su voz y, avisa, «el volumen bajo». Se ruega puntualidad para disfrutar.
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