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El baterista Tino Di Geraldo. E.CORTIJO
La semana de Tino Di Geraldo

El tambor mágico del jazz flamenco

Baterista mítico de la música española, cuyos compases se escuchan en temas de Camarón, Paco de Lucía o Luz Casal, presenta nuevo disco en solitario, 'Concert bal', y participa en el homenaje a Chick Corea en el próximo festival Jazzmadrid

doménico Chiappe

Domingo, 31 de octubre 2021, 00:11

Detrás de los tambores y platillos, creando un aura a la música que transcurre sobre la larga línea que une al flamenco y al jazz, y en ocasiones también en los cruces con el pop o la salsa, está Tino Di Geraldo. Baquetas en mano, ha nutrido con su tempo preciso las músicas de Camarón, Paco de Lucía, Carmen Linares, Peret, Santiago Auserón, Luz Casal... Como Art Blakey, el mítico jazzista, grande entre los grandes, Di Geraldo presenta 'Concert bal', su cuarto disco en solitario, y sigue recorriendo escenarios con el salvaje jazz flamenco de su trío con Jorge Pardo y Carles Benavent. Ahora que resucitan los conciertos y festivales, sus días son de trabajo intenso.

Lunes

0.01 horas. Si por mí fuera, tocaría toda la noche, que es cuando estoy más activo. Si eso no me trajera problemas con los vecinos, estaría trabajando con los instrumentos sin auriculares. En casa, en una habitación llena de trastos, no tengo la batería pero sí otros instrumentos, como las tablas indias y el bajo. Ahora estoy revisando el arte final de mi nuevo disco en solitario, que sale esta semana. En homenaje a Toulouse-Lautrec se llama 'Concert bal'. Ya tenemos elegido el diseño, los colores, las fotos, y estoy repasando los créditos.

1.30 horas. Vuelvo a escuchar 'Concert bal'. El concepto es como el de la clásica, en la que cada músico tiene su partitura, pero mezclada con el jazz, con largos espacios para los solos. Somos ocho: bajo, batería, piano, cuatro metales y percusión. Este trabajo lo he pensado para el directo, todo lo contrario a mis otros discos en solitario. Yo toco la batería pero me gustaría dedicarme sólo a dirigir a los músicos, como hacía Frank Zappa. Miro la fecha de la primera maqueta. La hice en diciembre de 2013. Los temas están grabados en distintos estudios con varios músicos invitados, como Tomasito.

4.00 horas. Pongo alguna película, que ya conozco y que me gusta volver a ver, como 'El padrino'. Después me dormiré. Todos los días son iguales para el músico, perdemos la noción del tiempo porque no hay horario, ni vacaciones, ni fines de semana. Hace muchos años, como 30, que no voy al cine, excepto cuando fui al estreno de 'Villaviciosa de al lado', en cuya banda sonora participé.

12.00 horas. Me hago mi café apretado. Después, el cigarrito no lo perdono. Sigo según me dé el punto. No llevo una rutina marcada por las horas.

21.00 horas. A partir de las ocho o nueve estoy a pleno rendimiento. Vuelvo a encerrarme en mi estudio.

Martes

14.00 horas. Me bajo al bar de mi barrio, a tomar una caña con los colegas, que no son artistas ni músicos. Uno es fontanero, otro aparcacoches, otro funcionario. Me gusta estar con ellos, y me relaja. Hablamos sobre lo cotidiano y de fútbol. Yo soy del Madrid. A veces como en casa, a veces no como.

22.00 horas. Esta semana me toca ensayar con el bajo. Lo tocaré en un concierto de Jorge Pardo. Su bajista habitual no puede, y a mí me apetecía el reto.

23.00 horas. Escucho un audio de Whatsapp que me mandó Jorge (Pardo), con las referencias a uno de sus temas que voy a tocar. Le pido un cifrado y él lo escribe a mano en un papel, le toma una foto y me lo envía. Me enchufo al bajo y es darle que te pego. No me gusta tocar leyendo. Prefiero memorizarlo.

Miércoles

2.30 horas. Termino con el bajo por hoy. Desde la pandemia también estudio todos los días la tabla (instrumento de percusión de India). Es como la guitarra, que hay que tocarla todos los días, porque hay un requerimiento físico. Hago unos ejercicios y elijo un tutorial de internet. Yo estudié música a los 18 años, para no tener que trabajar en la fábrica con mi padre. Solfeo y guitarra clásica.

16.00 horas. En Jazzmadrid participo por partida doble. Con mi proyecto en solitario (11 de noviembre en el Teatro Pavón, dentro del ciclo 'Villanos del jazz') y en un homenaje a Chick Corea, que organiza Jorge Pardo ('Mi querido Chick', el 27 de noviembre en el Teatro Fernán Gómez). En el segundo tocaremos temas que conocemos desde hace mucho tiempo. Nos veremos el día anterior, pero no sería la primera vez que ensayamos sólo durante la prueba de sonido.

18.30 horas. Me tomo otro café, y sigo trabajando. Puedo volver al bar, y si hay partido, me quedo. Aunque últimamente no estoy hasta las mil en la calle. Cada vez me gusta menos.

20.00 horas. Me pongo a componer, a partir de una idea de hace tiempo. Aparecen para ser desarrolladas en cualquier momento. La música es como una casa de campo: siempre hay algo que hacer.

Jueves

2.00 horas. Cuando las ideas del tema están en orden, hago una maqueta en el ordenador. Primero construyo la canción allí y después la paso al papel. Luego pienso en qué músicos la van a tocar y los llamo. En este nuevo disco participó Pino Palladino, que tocaba con The Who en su gira y vino a Madrid un día antes para grabar conmigo.

13.00 horas. Después de café, llevo dos de mis bajos, un Gibson Ripper y un Fender Precision, a un luthier, para que los ajuste.

Viernes

17.00 horas. Voy a casa del pianista Caramelo, en Aranjuez, para ensayar. Hace unas semanas dejé allí una de mis baterías. Ahora que está todo bajo mínimos para los músicos se hace complicado cada concierto. Si no tienes cuidado, te quedas a dos velas. Mis canciones, al fin y al cabo, las puedo tocar con tres, cinco o más músicos. Pero nunca se ensaya todo lo que se debería.

20.00 horas. Caramelo y yo hemos repasado los temas que vamos a tocar en Madrid y en Málaga (8 de noviembre en el Teatro Cervantes), donde me conceden el premio Cifu (en honor al locutor Juan Claudio Cifuentes, que otros años se lo han dado a Chano Domínguez o a Charles Lloyd).

Sábado

0.30 horas. Escucho los temas del nuevo disco casi a diario. Me gustan y necesito refrescar y acordarme de cosas para dirigirlos.

3.00 horas. Termino de organizar el concierto y revisar la agenda. La semana pasada estuve con Jorge y Carles (Benavent) en Cerdeña (Italia) en un festival de jazz. Son muchos años de tocar juntos (con el trío que lleva los tres apellidos) y tenemos fondo de banquillo. Pero nuestra parte de jazz, en la que nunca tocas el mismo tema de la misma manera, hace que una pieza de seis minutos nos dure 15 con la improvisación. Desde que sacamos nuestro disco más reciente juntos, 'Flamenco leaks', justo antes de la pandemia, elegimos esas canciones para nuestro repertorio.

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