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'Cantabria. Playa de Oyambre. 2011', cierra el libro gráficamente. Navia
Centro misterioso

Delibes, la palabra como búsqueda delasombro

La escritura de Gustavo Martín Garzo y la fotografía de Navia se adentran en el autor de 'La hoja roja'

Guillermo Balbona

Santander

Viernes, 8 de agosto 2025, 07:20

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«Apresar el encanto de las cosas, hacerlo de una forma irónica, triste, musical, involuntaria, eso hace Miguel Delibes cuando escribe». El mundo del autor de 'La hoja roja' vertebra una obra singular, a modo de viaje libre, íntimo y poético que en su entraña se adentra en el «centro misterioso» de Delibes y en su extrañeza interroga la esencia y la identidad del oficio de escribir. Para ello, 'Delibes, los pájaros y los niños' (Eolas Ediciones) dialoga entre palabra e imagen, recorre periferias y epicentros y estructura sus trayectos en cerca de cuarenta textos, bajo los epígrafes 'La vida de los ángeles' y 'Palabras prestadas', junto con más de treinta y cinco fotografías de José Manuel Navia. Una cita de Albert Camus: «Está la belleza y están los humillados. Cualesquiera que sean las dificultades de la empresa, me gustaría no ser jamás infiel ni a la una ni a los otros». El universo de Delibes, que son muchos, asoma a través de la construcción de una serie de apuntes, reflexiones, bocetos... del lector y el escritor, Martín Garzo, en toda su dimensión literaria hasta engarzar la senda de Delibes.

'Delibes, los pájaros y los niños'

'Delibes, los pájaros y los niños'
  • Autor Gustavo Martín Garzo y Navia

  • Editorial Eolas Ediciones

  • Páginas 160

  • Precio 26 euros

Desde el discurso de aceptación del Premio Cervantes a sus personajes, más los textos del escritor cazador; de la disección de sus títulos a la trascendencia de obras como 'El hereje' o 'Los santos inocentes'. En este caso, además, con referencias directas al cineasta santanderino Mario Camus que la adaptó. Incluida la anécdota vivida en Cannes con el actor Dick Bogarde y su alusión a la famosa Milana bonita.

Entre criaturas, geografías, paisajes y escenarios, el autor de 'El lenguaje de las fuentes' enmarca el mundo de Delibes en dos claras referencias: «Su obra no sería concebible sin esos intercambios constantes entre el hombre y la naturaleza»; y esa otra lúcida definición: «Delibes, como quería Joyce, solo escribe para dar cuenta de esos instantes en que la realidad se vuelve de pronto expresiva. Es esa capacidad para transformar el detalle trivial en símbolo prodigioso la que le hace ser el gran escritor que es».

El fundamento de esta obra que interrelaciona los textos con las imágenes parte de una reflexión: «Nos gusta una historia, escribió Jean Renoir, porque nos gusta el que la cuenta. La misma historia contada por otro no ofrece ningún interés. Y eso nos pasa con Delibes, que si amamos sus historias es porque nos gusta quién nos las cuenta y cómo lo hace. La clave de esa fascinación no está tanto en la oportunidad o el rigor de lo que nos dice, sino en el inesperado lirismo de su prosa».

Martín Garzo lo deja claro: «Al contrario que la mayor parte de la llamada literatura realista, que obliga al lenguaje a transmitir informaciones y producir sentido, la palabra en los libros de Delibes es puro disfrute, búsqueda del asombro. No es un canto exaltador de lo real, sino como Ramón Gaya dijo de Velázquez, «el claro homenaje a un centro misterioso que la realidad lleva en sí pero que no es ella». Los textos y las fotografías del libro acercan ese centro misterioso de la obra de Delibes. «No es la Castilla real la que aparece en ellos sino la soñada. La comarca donde viven sus pájaros y sus niños. Son ellos los que nos dicen que en el corazón de lo real viven siempre los sueños». Las imágenes de Navia configuran un mapa a través de Valladolid, Soria, Ciudad Real, Toledo. Aunque prima la visión de Castilla, afloran imágenes de Palermo, Marruecos, Mali, Sicilia, a modo de ensoñación. Martín Garzo dirige para el sello leonés Eolas la colección titulada 'De la belleza'. 'Delibes, los pájaros y los niños', en palabras del editor, Héctor Escobar, es «un artefacto delicado y sobresaliente donde confluyen literatura, fotografía y reflexión». El niño y el pájaro «simbolizan esa capacidad de ver lo que los adultos han olvidado», en palabras de Martín Garzo. En la presentación oficial en Valladolid, el editor señaló: «Este no es un libro de encargo, ni de superventas. Es un libro de amistad y de pasión compartida; cuando se hace con amor y cuidado, el resultado se nota. Y esos son los que más gozo dan». El autor de 'Las historias de Marta y Fernando' traza «una reflexión literaria y autobiográfica», tras su conversación prolongada con Delibes y con su propia infancia. «Más que un ensayo, es una lectura personal, un diálogo entre mis recuerdos y sus palabras, entre mi Castilla soñada y la suya». Navia no ilustra el texto: «Quisimos que texto e imagen convivieran con libertad, como lo hacen los amigos que se encuentran sin saber muy bien por qué». Una radiografía imaginaria de Delibes, «una forma de preguntarnos qué pensaría él de todo esto. Ojalá se sintiera contento con lo que hemos hecho». En la clausura del libro, que es también renacimiento, pueden leerse estas palabras de Martín Garzo que preceden a la fotografía de Oyambre que preside esta página: «La imaginación es esa facultad que no quiere la sustitución de las cosas sino que nos enseña a vivir en su vecindad, a restaurar, ese saber inocente que solo existe en la mirada del niño, en esas horas de la infancia en que todo niño es un ser asombroso como –escribió Bachelar– que realiza el asombro de ser».

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