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Athenea siempre sonríe cuando está con un balón. Daniel Pedriza

«Ha sido la mejor experiencia de mi vida»

Athenea del Castillo es la primera cántabra que gana un título con una selección española de fútbol | La jugadora del Racing ya ha tenido ofertas para cambiar de aires, pero quiere primero llevar a su equipo «a lo más alto»

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Jueves, 2 de agosto 2018, 07:44

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«Ahora, ya en casa, lo voy asimilando». Los ojos marrones de Athenea del Castillo (Santander, 24 de octubre de 2000) revelan una extraña mezcla de felicidad, cansancio y un poco de agobio. Porque desde el lunes, ella y sus compañeras de la selección sub 19 son las estrellas mediáticas en el fútbol patrio. Campeonas de Europa. Otro logro femenino, de los que los diversos equipos nacionales de ellas acumulan unos cuantos en los últimos tiempos. Por primera vez en las selecciones femeninas de fútbol, un pequeño trozo de esa medalla es de Cantabria. Athenea no puede resumir de forma más contundente lo vivido en Suiza. «Ha sido la mejor experiencia de mi vida».

Una pequeña Athenea ya daba patadas a un balón en el Barrio Pesquero a mediados de la pasada década. «Con seis o siete años ya le dije a mi padre que quería jugar al fútbol. Que me apuntase a un equipo». El Solares fue el primer destino de una niña que siempre pedía como regalos de cumpleaños o Navidades «balones de fútbol y camisetas de equipos. Le decía a mi padre que se dejase de muñecas», comenta entre risas. El Solares dio paso, «con 12 o 13 años», a lo que es hoy la estructura del Racing Féminas.

Nada más aterrizar con las verdiblancas, Athenea estuvo en 'el día'. El que todo el fútbol femenino cántabro recuerda con orgullo. El 8 de junio de 2013, la Federación Cántabra organizó una jornada de fútbol femenino en el campo de Parayas. Y ese 'prao' se llenó de niñas que querían jugar al fútbol. La cara de Athenea se ilumina. «Ahí estaba yo, en el infantil del Reocín Racing». En esa jornada, el fútbol femenino en Cantabria eclosionó, «al darnos cuenta de que había una base, unos medios y, sobre todo, una ilusión». El primer gran fruto de ese día cuelga del cuello de Athenea del Castillo en forma de medalla de oro en un Campeonato de Europa.

Aquella niña de 12 años es ya uno de los estandartes del Racing Féminas. Su gran temporada pasada en Segunda hizo que Jorge Vilda, el seleccionador, se fijase en ella. En enero de este año llegó la primera convocatoria. «Y desde entonces no he faltado a ninguna». Jugar en este Europeo de Suiza estaba caro. «Había 24 jugadoras para 20 plazas. Gente de mucho nivel. Pero me esforcé al máximo y lo conseguí». Al llegar a la concentración para este Europeo, tocó elegir número. «A mí me gustan el '10' y el '7', pero se escoge por veteranía y ya estaban ocupados». De los que quedaban, estaba el '8'. «Sara Puertas y yo llevamos cinco años jugando juntas en lo que ahora es el Racing. Somos súper amigas. Y ella lleva el '8'. Como homenaje a Sara, lo elegí'

El campeonato no pudo empezar peor para la selección. Derrota por 0-2 ante Noruega. «Fue un palo... A pesar de que tiramos mucho a puerta. Pero sabíamos que si estábamos unidas sacábamos eso adelante». Esa unidad ha sido la constante de un bloque sin fisura alguna. «El tiempo que teníamos libre, estábamos las 20 juntas. De risas, o jugando, o hablando de qué podíamos hacer en el próximo partido». Nada de individualidades. «Nadie ha querido sobresalir del resto». En la selección tenían un lema. «Si 37 personas –jugadoras, cuerpo técnico, staff de la Federación– remamos en el mismo sentido, nadie nos podrá ganar».

Tras la victoria ante Suiza en el segundo partido (0-2), España se lo jugaba todo contra Francia. «Eran muy buenas», dice la cántabra enfatizando cada sílaba. Jorge Vilda habla con Athenea en el banquillo ya en la segunda parte. «Calienta. Y luego hazlo como sabes. Eres rápida y podrás con tu rival en esa zona del campo». La cántabra entra en el minuto 65. Lo que pasó tres minutos después aún le pone los pelos de punta. «Fue tras un córner o un falta lateral. Un balón rebotado me cae a los pies. A cinco metros de la portería. Era fácil... Un gol oportunista, de los de estar ahí». Aquella niña que jugaba en el Barrio Pesquero marcaba su primer gol con España. «Lo recuerdo y me dan ganas de llorar. En ese momento piensas 'lo conseguí». Eso fue un 24 de julio. El destino, seis días más tarde, le tenía reservada una alegría aún mayor.

Ciertos comentarios, a menos

Logros como el de Athenea del Castillo y sus compañeras de la sub 19 significan otra grieta en el muro. Un peldaño –notable– en una escalera que construir entre muchos. Al final de ella, está el que no sea noticia que una mujer juegue al fútbol y que se festejen de igual forma los éxitos de ellos y los de ellas. Por desgracia, en la carrera de una mujer que juega al fútbol hay zancadillas que duelen más que una patada a destiempo. Sus compañeras del equipo alevín del Racing, campeonas la pasada temporada en un grupo mixto, hablaban con una entereza impropia de sus 10 y 11 años de barbaridades puntuales procedentes de la grada. Athenea del Castillo también las ha sufrido. «Aunque cada vez son menos, por suerte», incide la jugadora del Racing Féminas. «Siempre tienes al típico que tiene algo que decir, que nos llama marimachos por jugar al fútbol. Pero a eso le das cero importancia». La explosión silenciosa de aquel día de junio de 2013 tuvo un efecto principal que hace que la intensidad y frecuencia de esos comentarios abominables vaya disminuyendo. «Parece que ya se van acostumbrando a que las mujeres juguemos al fútbol».

El título continental en Suiza ha hecho que esos nombres menores de 19 años se apunten en muchas agendas. Talento en estado puro. Algunas de esas futbolistas juegan en la Liga Iberdrola, la máxima categoría femenina del fútbol en España. Athenea forma en un Racing que está algunos peldaños por debajo de la élite. El talento goleador de la cántabra no ha pasado desapercibido. «Sí he tenido ofertas», reconoce Athenea. Pero por el momento, la jugadora verdiblanca desea ir despacio. «Prefiero quedarme en casa por el momento». Su principal meta es que su Racing, en el que muchas de sus integrantes llevan juntas desde niñas, llegue «a lo más alto». «Esta temporada se va a crear una Primera División B y para ascender hay que quedar entre los cuatro primeros de tu grupo en la Liga de Segunda». Ese es el gran objetivo para la próxima campaña. Y seguir con sus estudios. Athenea empezará este año segundo de Bachillerato. «Luego me gustaría estudiar Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad Europea del Atlántico, aquí en Santander». Los planes son esos, «aunque nunca se sabe. Si me da por cambiar de aires al aceptar una oferta...».

Una llamada de un equipo de la Liga Iberdrola permitiría la opción de ganarse la vida con el fútbol. La comparación con los sueldos de los chicos es una utopía. Pero como se suele decir, vivir de ello sin hacerse millonaria es algo no descartable a medio plazo. «Los clubes cada vez están apostando más por nosotras. Y eso se nota no sólo en lo económico, sino también en lo deportivo». Las verdiblancas jugaron contra el Monte en El Sardinero y las jugadoras del Atlético de Madrid ya han tenido encuentros en el Wanda Metropolitano. «Que tu propia gente te dé una oportunidad de ser igual a ellos...». En la actualidad, está «difícil» ganarse la vida con el balón siendo mujer. «Sólo lo hacen las muy buenas».

Anto Verdugo: «Sabíamos que tenía un gran potencial»

Fue la gran hacedora en la sombra de aquel histórico el 8 de junio de 2013. Ese que ha dado su primer gran fruto. Athenea del Castillo no es sólo la primera cántabra en ganar un título con una selección nacional, sino que también es la primera que participa en un gran campeonato. «Es que hace cinco años no había casi nada de fútbol femenino en Cantabria». Anto Verdugo, responsable del balompié para ellas en la región, conoce a Athenea como si fuese alguien de la familia. «Lleva desde alevines con nosotros, en la estructura del club que ahora es el Racing Féminas, y primero Reocín Racing y luego Ave Fénix Racing». A Verdugo le dirigían miradas «como si estuviese loca» cuando decía que Athenea del Castillo podía ir a una selección nacional. «Y ahora me dan la razón», señala entre risas.

Las cualidades para el fútbol de la pequeña Athenea no pasaron desapercibidas para los responsables del equipo. «La mimamos porque sabíamos que tenía mucho potencial».

La medalla de Athenea llena de alegría a Anto Verdugo por muchos motivos. El primero, por la amistad que las une. Pero también por lo que a buen seguro tendrá de 'efecto llamada'. «Seguro que muchas niñas de Cantabria se animan a jugar al fútbol al ver a Athenea como campeona de Europa».

Estos días después del lunes han servido para que Athenea del Castillo, que se reconoce «un poco tímida», se suelte un poco. Aunque le ha dado «un poco de corte» tanta entrevista, llamada de teléfono, recibimientos de políticos –ayer fue el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Francisco Fernández Mañanes y hoy la recibirá el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla–. Esa timidez esconde un carácter que saca «cuando me enfado». Las postales en forma de foto en la final del Europeo revelaban un detalle de la cántabra en forma de manía. «Siempre una cinta en la cabeza». De su colección, todas tienen un significado. Su favorita es una de color rojo que usa para los partidos con el Racing, pero la negra que llevaba ante las francesas cuando anotó su primer gol con España promete ser la que usará desde ahora. Con un gesto de divertida resignación habla de uno de los sacrificios de la vida de deportista de élite. «Pasta, verduras, purés... Más pasta». Esos ojos marrones cansados de tanto ajetreo refulgen una milésima de segundo cuando oyen la palabra 'dulces'. «Es que soy golosa. Muchísimo. Pero...» Ante todo, la responsabilidad con la vida que ha elegido.

Cuando los focos se alejen de las integrantes de la selección sub 19, tocará asimilar poco a poco el logro conseguido. «Tardaré», reconoce. Desde el martes que aterrizó en España no se ha quitado la medalla. Echa de menos «el mes muy intenso que hemos pasado juntas». La primera experiencia con la selección española no ha podido salir mejor. Y Athenea del Castillo espera que sea la primera de muchas. «Me gustaría seguir recibiendo las llamadas de la selección. Para cumplir sueños como este, que de momento ha sido la mejor experiencia de mi vida. Y llegar a la selección absoluta. Me gustaría jugar un Mundial». El futuro, si es igual que este presente, será suyo.

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