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Rafael Marcos, en el tercer cajón del podio del Campeonato de España de 1983. DM
Bolos

El Chaval de Bostronizo

Rafael Marcos estuvo cuarenta años entre la élite bolística y ganó cinco Ligas y más de setenta concursos, pero no pudo vencer en ningún gran campeonato a nivel individual

Javier Santamaría

Domingo, 24 de noviembre 2019

No me cabe ninguna duda de que en cualquier encuesta donde se les planteara a los aficionados su opinión acerca de qué maestro consagrado de ... los bolos podría ser el equivalente al Curro Romero del toreo, seguro que muchos encontrarían esa equivalencia en la figura de Rafael Marcos Díaz. El 4 de agosto de 1945 nacía en Bostronizo un niño llamado a acaparar en el futuro mucho protagonismo en las boleras. Tenía sus mejores referentes en su padre, Aureliano, y especialmente en su abuelo, Rafael Díaz, un histórico que en su juventud pudo presumir de en ocasiones haber sido la pareja de partida de Federico Mallavia. Rafael Marcos forjó en el corrobolos de su pueblo una afición a la que se entregó con pasión. Desde muy crío se afanó en perfilar los conceptos técnicos que ya desde sus competiciones infantiles hicieron reconocible el juego arreglador en el tiro y efectivo en el birle que fue llamando la atención hasta situarle en el punto de mira de las mejores peñas. Aquella promesa que los aficionados bautizaron como 'El Chaval de Bostronizo' iniciaba entonces una trayectoria plagada de luces y sombras. Comenzaba la historia de un jugador que se mantendría cuarenta años en la élite bolística, todos ellos con licencia de primera categoría y donde disputaría 36 Ligas, ganando cinco títulos: con la Bolística en los años 1969, 1976 y 1977; con Comillas, en 1979; y con Peñacastillo, en 1987.

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