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Chin Velasco y Alberto Díaz buscarán el título con Riotuerto antes de su próxima marcha a Noja. Antonio 'Sane'
Una final de la Supercopa con mucho morbo
Bolos

Una final de la Supercopa con mucho morbo

Chin Velasco y Alberto Díaz defenderán los colores cañoneros en el duelo entre Borbolla y Riotuerto antes de tirar por Noja la próxima temporada

Aser Falagán

Santander

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Miércoles, 30 de mayo 2018, 09:34

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Esto de los fichajes de primavera hace muchísimo más divertidos los bolos. No solo por ese efecto dominó que a veces se transforma en efecto mariposa y pone patas arriba las peñas, sino porque sirve en bandeja paradojas como la de este miércoles por la tarde en Cerrazo, donde a partir de las 19.30 horas se disputa la final de la Supercopa. Cuatro jugadores cuatro contra otros tantos. Hermanos Borbolla Villa de Noja frente a Riotuerto Hotel Villa Pasiega. El campeón de Liga contra el de Copa. Un título menos, pero un título al fin y al cabo, en juego. Y morbo, mucho morbo. El lógico de ver cómo defienden los colores de los cañoneros dos bolistas que el año que viene tirarán en la cubierta de Noja: Alberto Díaz y Chin Velasco.

El caso es que aún con resaca del San Isidro, que ha inaugurado la temporada individual, y en vísperas de que este fin de semana se llegue al ecuador de la competición precisamente con Riotuerto como líder, ambas peñas se miden en un partido sin un pronóstico claro. Los de La Cavada son el equipo que está más en forma. Han aprovechado los errores de un Hermanos Borbolla que aún mastica la inminente pérdida de su capitán, Jesús Salmón, y de Sebi Iturbe con destino a Peñacastillo Anievas Mayba y lideran la Liga con solvencia. Pero ganar a Borbolla son palabras mayores. Cualquier cuadrilla que tenga a Óscar y Salmón en sus filas puede ganar a golpes de calidad, de maestría. A base de golpes de gracia. Los que asestan a sus rivales incluso cuando tienen un mal día. Y si ellos fallan siempre está un embocador como Lavid para arriesgar un poco más y tratar de dar vuelta al partido.

Así, la tarde promete mucha emoción, bastante igualdad y tipos lejanos en la centenaria bolera de Cerrazo. Y es que salvo que alguno de los capitanes cambie de táctica, el partido se disputará desde muy lejos, podría incluso hacerlo íntegramente desde los veinte metros. Un aliciente más para una cita que ya tiene en el Bar Cuesta su sede habitual y que por mucho que sea una competición menor siempre suscita el interés de los aficionados... Y de unas peñas a las que no les viene nada mal añadir un título oficial a su dossier de final de temporada, por no olvidar lo bien que queda en las vitrinas. Salvo sorpresa mayúscula ambas peñas saldrán al corro con su partida titular, dejando en el banquillo a Raúl de Juana en las filas costeras y a David Abascal en los cañoneros. Dos buenos quintos. El primero probablemente el mejor que jamás conocieron los bolos –al final termina siempre como titular, se ha convertido ya en una constante– y el segundo, muy en forma tras haber jugado este año algunos partidos con Pámanes y haber sustituido también a Rubén Túñez cuando el jugador trasmerano tuvo la mala fortuna de lesionarse.

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