Al asalto de Anduva
Sólo vale ganar. El Racing necesita vencer al Mirandés en un estadio donde sólo ha perdido una vez esta temporada: en octubre, frente al Granada. Para ello, debe mantener el potencial ofensivo y reforzar el rendimiento de una defensa con dudas
Desde el 5 de octubre de 2024, el Mirandés no pierde en su feudo. Anduva es nombre de fortín. Ha sido su única derrota de ... la temporada. Otros cinco rivales han rascado empates del feudo rojillo, pero eso no le vale para nada al Racing, que está obligado a ganar. El Granada demostró que es posible tumbar al mejor local del campeonato. Un equipo que, en su pequeña casa, ha anotado 36 tantos y sólo ha recibido quince. De ahí que la victoria racinguista pasa por dos conceptos básicos e innegociables:mantener la capacidad de hacer daño en ataque y mejorar el rendimiento defensivo. La primera, ya se logró el domingo en los Campos de Sport, donde el Mirandés, que es el segundo equipo menos goleado de la Liga regular, con 42 tantos, encajó cuatro –uno de ellos invalidado, aunque debió subir al marcado– en su visita a Santander. El Racing ha encontrado la brecha en la poblada zaga jabata. Ahora hace falta tapar las propias. Porque los tres goles recibidos, los que casi hacen que los verdiblancos digan adiós a sus opciones de ascenso a Primera División, fueron tres concesiones de una zaga que, desde noviembre, tiene más sombras que luces y en la que José Alberto tiene poca intención de implementar variaciones.
El entrenador lo sabe, otra cosa es que tome medidas más allá de las indicaciones y los matices. «Hemos concedido dos goles de una manera, no sé si infantil o no sé cómo llamarlo». No podemos cometer esos errores», afirmó el entrenador asturiano tras el empate en el partido de ida.
Noticia relacionada
Entrenadores y exfutbolistas ofrecen sus impresiones sobre el estado del equipo
«Nosotros tenemos que intentar que pasen cosas porque cuando pasan pocas cosas, normalmente son en contra». Ese es el objetivo verdiblanco para el partido de mañana en Anduva. «Cualquier resultado con una victoria nos da el pase». Nada más y nada menos. Va a ser una gesta muy complicada, pero este equipo ha demostrado que es capaz de cosas que nadie creería. Buenas o no tanto, pero increíbles al fin y al cabo.
Letal en ataque...
-k2g-U2302040451610puB-1920x1344@Diario%20Montanes.jpg)
Un Mirandés que es el segundo equipo menos goleado de la Liga regular, con cuarenta tantos encajados –a menos de uno por encuentro– el domingo recibió cuatro en los Campos de Sport –uno de ellos se anuló, pero debió subir al marcador–. Eso quiere decir dos cosas. Una, que el conjunto dirigido por Alessio Lisci no es infalible, y la otra, que el cuadro verdiblanco tiene argumentos suficientes para dañar la solvente zaga jabata. El problema es que no es lo mismo en El Sardinero, con todo un estadio apretando a favor, que en Anduva, donde los rojillos se hacen aún más fuertes con un público incómodo para los foráneos.
Con 65 dianas, el Racing es el tercer equipo más goleador del campeonato regular, empatado con Castellón y Granada. Es el fruto de un fútbol atrevido, que prima el talento ofensivo y la electricidad en ataque. Sustentado con dos laterales largos –que últimamente son Michelin y Mario García– y el cuarteto ofensivo.
En el tridente de tres cuartos, Andrés Martín e Íñigo Vicente son fijos. Ellos dos llevan el peso del ataque racinguista. Cuando el balón le llega al vasco, puede pasar cualquier cosa. Yel andaluz está a otro nivel, en una campaña en la que se ha hecho acreedor del premio Zarra a máximo goleador nacional. El domingo, volvió a sumar.
En la punta de ataque, José Alberto tiene dónde elegir. Dos delanteros le ofrecen absolutas garantías. Juan Carlos Arana y Jon Karrikaburu. Cualquiera de los dos tiene opciones de ser titular en Anduva. El canario es más irregular, pero indescifrable. Con más talento y con una arrancada prácticamente imparable. El navarro aporta más al juego del equipo, juega mejor de espaldas y es más rematador, aunque probablemente tenga menos olfato de gol que su compañero.
Queda una posición, la de la mediapunta, que es la que más dudas está dejando hasta ahora. José Alberto está apostando desde Elda por un Rober González que apenas ha brillado desde su llegada en el mercado invernal. Salvo en el partido frente al Granada, en que sí estuvo a buen nivel, en el resto ha aportado muy poco o nada.
Eso ha supuesto la desaparición del equipo de un Pablo Rodríguez que, hasta entonces, había sido el más destacado de los que habían actuado como acompañantes de Íñigo Vicente y Andrés Martín. Sin embargo, últimamente ya no entra ni desde el banquillo. Aún así, habrá que ver si Rober González vuelve a ser titular en Anduva o si, por el contrario, José Alberto busca alguna otra alternativa.
Siempre existe la posibilidad de que el técnico asturiano apueste por meter un tercer mediocentro de cara a un partido clave, pero es una alternativa que, así como la campaña anterior sí utilizó bastante más, en la presente apenas se ha producido en momentos puntuales.
El caso es que en Anduva el armamento ofensivo del Racing será el principal argumento para lograr el pase a la final del play off de ascenso a Primera División. Sin embargo, esta fortaleza se tendrá que ver refrendada por una mejora en la parte de atrás, o de lo contrario, todo lo adquirido en el área rival se puede ir por el sumidero. Pero seguramente en Anduva, quienes más respeto infunden son los Arana, Íñigo Vicente, Andrés Martín y Jon Karrikaburu.
... e inseguro en defensa
-k2g-U2302040451610JTE-1920x1344@Diario%20Montanes.jpg)
Pero los problemas defensivos del Racing van más allá de los riesgos que corre el equipo de José Alberto por ser valiente y ofensivo. Por fiar su suerte a su talento y vértigo en ataque. El equipo que volaba en octubre iba acompañado de una defensa adelantada que llamaba la atención con su trampa para dejar a los rivales en fuera de juego. A los verdiblancos les cogieron la matrícula y tuvo que dejar de hacerlo. Sin embargo, el cuerpo técnico no supo encontrar un nuevo modus operandi y la estrategia a partir de ahí ha sido mucho más etérea.
Los datos están ahí. El cuadro cántabro encajó doce tantos en las 16 primeras jornadas, hasta el empate a cero de La Rosaleda. A 0,75 tantos por partido. No está nada mal. Sin embargo, desde la jornada 17 hasta la 42, son 39 dianas encajadas en 26 encuentros. A 1,5 por encuentro. Es decir, el doble. A esos habría que sumarles los tres del encuentro de ida de la eliminatoria, que subirían un poco más el promedio.
En los últimos encuentros, José Alberto ha fiado su suerte a una misma línea defensiva:Michelin, Mantilla, Javi Castro y Mario García. De derecha a izquierda. Alguna razón tiene el entrenador para mantener siempre a los mismos hombres. Pese al flojo rendimiento en unos cuantos encuentros. Salvo el día del Granada, este cuarteto ha dejado más sombras que luces. Con hombres como Javi Montero y Manu Hernando, que prácticamente han desaparecido del equipo y que en otros momentos fueron habituales.
Claro, no toda la responsabilidad defensiva es de la gente de atrás. Están los riesgos propios del planteamiento ofensivo, con laterales mirando hacia arriba. Ytambién con extremos que ayudan menos, porque, por sus características, están prácticamente enfocados en la portería contraria. Además, el rendimiento del doble pivote tampoco es el mismo que en los mejores momentos de la temporada. Y en la meta, Ezkieta tampoco pasa por su mejor momento de confianza, pese a haber demostrado ser un portero de absolutas garantías.
También ha venido sufriendo bastantes problemas el Racing a balón parado, donde equipos como el Oviedo o el Eldense le han hecho mucho daño últimamente. El pasado domingo, contra el Mirandés, ya hubo algunos matices. El equipo cántabro ha pasado del marcaje en zona total a una especie de planteamiento mixto, con un par de futbolistas verdiblancos marcando específicamente al hombre. Ninguno de los tres tantos rojillos en El Sardinero llegó en acciones de estrategia.
Ante el Mirandés, el Racing demostró que, por fe, nadie le puede dar por muerto. Sin embargo, las once remontadas desde que arrancó 2025 tienen otra perspectiva:que es demasiado recurrente que el conjunto cántabro encaje primero. Especialmente en los primeros minutos de los encuentros. No entra bien a los partidos y luego se ve obligado a remar contracorriente. Ahí es donde entra su resiliencia, pero está claro que es vivir sobre el alambre y en un play off no hay red abajo.
En las dos últimas visitas a Anduva, José Alberto sí que se decantó por poner una línea de cinco defensas para contrarrestar al rival. Es una opción, pero las circunstancias son muy diferentes, así que lo que pueda plantear el técnico es una incógnita.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.