Y ahora, ¿qué?
La base está y el objetivo del play off se ha cumplido, pero la dureza de la temporada y el mal sabor de boca dejan aspectos a remozar
La eliminación en la primera ronda del play off de ascenso a Primera División ha mandado de vacaciones a los futbolistas. También podrán descansar los ... aficionados después de una temporada que ha sido como una montaña rusa. Sin embargo, esto no para, y el haber caído en la lucha por volver a la élite lo único que hace es confirmar el escenario. Y hay que hacer bastantes cosas. En todos los estamentos. Lo positivo es que la base está conformada y que la situación del club es mejor de lo que parece, pese al mal sabor de boca del final de campaña. Hay trabajo pero, en principio, no crítico.
En el banquillo, José Alberto tiene contrato y el club confía en él. Así que la pelota está en su tejado y el jueves, tras la eliminación en Anduva, dio a entender que su intención es la de continuar al frente del proyecto, pese a que su figura se ha visto desgastada y que quizá, en ocasiones, ha podido no sentirse valorado por el entorno.
La otra cabeza visible del proyecto es la del director deportivo, Mikel Martija, que continuará en el cargo, con el reto de hacer una plantilla aún más fuerte, para un objetivo aún más exigente. Para ello contará, eso sí, con un mayor margen salarial, después de que el club haya dejado atrás el proceso concursal.
El vestuario también se ha visto golpeado por el cansancio y los altibajos de la temporada. Van a salir unos cuantos futbolistas entre cedidos y futbolistas que finalizan contrato. Además de alguna otra marcha de jugadores con vinculación aún, pero que se ve venir a lo lejos.
En lo social, el club tendrá que trabajar para que la afición digiera el disgusto lo antes posible. Y eso, en verano, se hace con una buena campaña de abonados y con contrataciones ilusionantes para afrontar la temporada. El reto está en mantener el gran ambiente que se ha vivido esta temporada en los Campos de Sport, con 18.001 abonados y el estadio lleno casi cada domingo.
La parcela más calmada es la de la propiedad. La hoja de ruta marcada por Sebastián Ceria y Manolo Higuera no exigía un ascenso ya en 2025. No tienen prisa, por eso se muestran satisfechos con el resultado deportivo de la temporada recién finalizada. Eso sí, les toca darle una vuelta de tuerca más al proyecto.
Porque, lo que es evidente, es que no estar en Primera División la temporada que viene supondrá que el crecimiento económico del club será menos rápido. Habrá que tener más paciencia. Pero la vida fuera del concurso de acreedores se ve mucho mejor.
José Alberto
Cabeza de proyecto... siempre que él quiera

José Alberto López compareció cerca de la medianoche del viernes en la sala de prensa de Anduva sereno y circunspecto. Reconoció la superioridad del rival, que el Racing fue quinto en Liga porque «no le dio para más» y los problemas endémicos en defensa. Tiene contrato hasta 2028 y el club lo tiene claro: es su entrenador. Otro asunto es que el ovetense decida o no continuar en Santander. Su comparecencia de prensa tras la derrota de Anduva fue breve, rápidamente dada por finalizada, tal vez para evitar que se le cuestionara por ello. Pero sí dejó alguna expresión en las que da a entender que estará al mando:«Hay que levantarse, seguir y volver a intentarlo». Comenzará la temporada algo desgastado para parte de la masa social, pero con el aval de dos años y medio de excelente trabajo. Ha acusado las críticas por los malos resultados y puede considerar que no se le ha valorado lo suficiente.
El técnico tiene contrato hasta el 30 de junio de 2028
En resumen, aunque la lógica y la inercia apuntan a su continuidad, la pelota está en su tejado. Higuera y Ceria continúan convencidos de su política a largo plazo, incluso tras la decepción de este final de temporada. Otro asunto es que JAL considere que su ciclo ha terminado y pacte una salida amistosa, para lo que debería llegar a un acuerdo económico, dado que tiene tres años más de contrato.
Pese a caer en la primera eliminatoria del play off, el hecho de entrar supone otro crecimiento: duodécimo en 2023, séptimo en 2024 y quinto en 2025.
No clasificarse para el play off le habría hecho mucha mella y un ascenso habría acallado cualquier atisbo de crítica.El resultado final le deja a medio camino, pero la próxima temporada será de una extrema exigencia, que puede resultar un gran peso para el entrenador no solo si los resultados no acompañan, sino incluso en caso de que el equipo se destaque, dadas las experiencias recientes.
Mikel Martija
Se le pedirá una nuevavuelta de tuerca para crecer

Pese a que los refuerzos de invierno no hayan tenido el protagonismo que se esperaba, el trabajo de Mikel Martija en la confección de la plantilla, con una constante mejora, mantiene casi intacta su valoración. Sí que ha acusado el Racing, como en los dos cursos anteriores, falta de profundidad de banquillo, pero el entorno lo ha focalizado más en el cuerpo técnico.
Como José Alberto, tiene contrato en vigor, plena confianza de la propiedad y un currículum más que acreditado, con lo que todo apunta a su continuidad. Solo sus reticencias a renovar el año pasado pueden sembrar alguna duda, pero en caso de abandonar Santander lo haría siempre por iniciativa y voluntad propia, dado que de nuevo la directiva quiere trabajar a largo plazo y mantiene intacta su confianza en el ejecutivo que confeccionó un equipo que ha pasado de luchar por no descender a buscar el ascenso.
Le queda otro año de vinculación y el club confía en él
El guipuzcoano, por su parte, se muestra siempre críptico: «Seguiré en el Racing siempre que el Racing quiera que siga». Si mantiene esa máxima, no hay ninguna duda de que continuará al frente del área deportiva, aunque ahora con una nueva exigencia que, más allá del planteamiento que Higuera y Ceria le trasladen, será una exigencia de la masa social, o al menos de una buena parte: ascender a Primera.
Un reto complejo para el que cuenta con un bloque formado, pero que con el desgaste de los últimos tiempos experimentará bajas. La mayor experiencia propia y de sus futbolistas y mejores condiciones económicas con las que trabajar, tanto por el crecimiento de los ingresos de la sociedad como por la salida definitiva del proceso concursal, permitirán al Racing operar con mayor libertad y disponer de un mayor tope salarial. Otro asunto diferente es que existan recursos para exprimirlo.
El vestuario
Se ha perdido parte de la cohesión y habrá salidas

A las conocidas salidas de los futbolistas cedidos (Karrikaburu, Vencedor y Pablo Rodríguez no tienen opción de compra) y de los que acaban contrato –sólo Sangalli genera dudas– se une la delicada situación de otras piezas básicas. Arana salió el jueves sobrerrevolucionado al césped.Su llanto en el partido frente al Huesca –nunca se conocieron públicamente los motivos– evidenció, como otros detalles, la carga emocional y el peso de la responsabilidad que ha acusado el vestuario, pero también que algo le ocurre al canario.
Además, el jueves por la noche la polémica por un post de la mujer de Javi Montero, que ha puesto en boca de todo el mundo al entrenador, pese a que después dijo referirse a Pedro Sánchez, demuestran que el ambiente no es el mismo.
El técnico ha perdido o ha dejado de contar con algunos futbolistas y todo apunta a que, además de las naturales, habrá alguna salida más.
Algunos nombres ya han sonado en el mercado
Esta temporada el curso se le ha vuelto a hacer largo y el equipo ha fallado en partidos clave ante rivales teóricamente inferiores y, de hecho, ya descendidos matemática o virtualmente.
El reto es ahora retener a los puntales de la plantilla, atados por contratos de larga duración, pero que han llamado la atención de clubes de Primera. Un ascenso habría significado otro paso adelante en su carrera y ahora afrontan la perspectiva de otro curso en la categoría de plata. La hinchada cantaba: 'Andrés quédate' cuando, tras el partido, despedía el autobús del club en Anduva.
También Javi Montero ha aparecido ya en el mercado como posible baja pese a la política de sostenida inversión del club, cimentada en el paulatino crecimiento de la entidad en todas las áreas. Los fichajes de invierno, ambos cedidos, tienen opción de compra, pero resulta onerosa y no han tenido el rendimiento que se esperaba.
La masa social
Decepcionada, pero con la implicación intacta

El Racing ha alcanzado esta temporada su récord histórico de abonados en Segunda y los terceros mejores guarismos de su historia, solo superados por las temporadas en las que el equipo disputó la Copa de la UEFA y la semifinal de Copa. La previsión es que la tónica se mantenga pese a la decepción deportiva, máxime dada la conjunción mostrada entre club y afición –aunque con algún pequeño desencuentro— y las bases sólidas que se han creado. Sólo queda la incógnita de si se podrán repetir unos números casi insólitos, pero el apoyo social al Racing es en estos momentos inquebrantable.
En la pasada campaña de captación de invierno se superaron los mil carnés despachados hasta alcanzar los 18.001 abonados y se incrementó sensiblemente el número de simpatizantes. Uno de los factores, además del lógico arrastre de la buena marcha deportiva, fue la previsión de aficionados que querían asegurarse un asiento en caso de ascenso a Primera. Se llegó incluso al tope de abonados que se marcó el club, con lo que necesariamente no se podrá superar esa cifra a menos que se abra la mano, se habiliten unos cientos de asientos más... y se incorporen más racinguistas.
El bajón de rendimiento no ha afectado a una masa fiel
Todo lo que sea superar los 15.000 socios constituiría de nuevo una cifra entre las diez mejores de la historia, pero con un récord tan reciente puede sonar, injustamente, a poco. Será una de las áreas que deberá cuidar especialmente un Racing que el año pasado supo revertir a la perfección la decepción inicial en expectativas o, al menos, ilusión, de cara al curso siguiente.
Lo que resulta evidente es que los resultados deportivos han mejorado respecto al curso anterior, que continúa el crecimiento sostenido y que la aspiración de regresar a Primera es cada vez más sólida. Un incentivo más para seguir en la misma línea.
La propiedad
Ceria e Higuera siguen firmes en su proyecto a largo plazo

Al contrario que Alfredo Pérez y Pedro Ortiz (que nunca lo ocultaron), Sebastián Ceria y Manolo Higuera han llegado para quedarse. Higuera llevaba años trabajando con su socio y amigo para su regreso al Racing y el trabajo realizado le ha afianzado más en el puesto. Sin embargo, afronta por primera vez en esta segunda etapa como presidente del Racing –la primera fue una gymkana de tres años para evitar la desaparición– momentos difíciles y de crítica deportiva a pesar del sostenido crecimiento experimentado en todas las facetas, incluida la deportiva.
Ceria ya lo advertía antes de la eliminatoria: «Si no se asciende, no pasa absolutamente nada; esto es un proyecto a largo plazo y si pensáramos a dos años no lo sería». Así lo ha transmitido en los diferentes encuentros surgidos o programados con el entorno, masa social y prensa.
La hoja de ruta de hace dos años no preveía un ascenso en 2025
Existe un factor que no está en manos de Higuera y Ceria: que José Alberto decida o no continuar en Santander. Si es por ellos, lo hará sin ningún atisbo de duda. De momento, ya es el técnico más longevo en Santander desde José María Maguregui en los años ochenta del siglo pasado.
En cuanto a la deuda histórica, la que tiene el club con su propiedad, no debe suponer un problema, puesto que Ceria ya ha repetido que en su proyecto a largo plazo rescatar esa cantidad, que bascula en torno a los 25 millones, no es prioritario. Sin embargo, lo que en caso de ascenso habría sido una muy rápida amortización –las previsiones más optimistas la fijaban incluso en tres temporadas– será mucho menor en Segunda, con el riesgo incluso de que se mantenga congelada o varíe solo de acuerdo con los normales flujos de caja de la sociedad y las inversiones extraordinarias que se deban acometer.
Las cuentas
Quedarse en Segunda ralentizará el saneamiento

El Racing iniciará el ejercicio 2025-26 con normalidad económica por primera vez desde hace casi tres lustros. Una vez oficializado el final del concurso de acreedores, operará de nuevo como una empresa más, sin las restricciones a las que se sometía el proceso concursal. Más allá de haberse liberado de esa mochila económica, la salida implica también numerosos beneficios: libertad de actuación, confianza para buscar financiación y, en lo deportivo, otro sistema de cálculo del tope salarial que propiciará un fuerte incremento la próxima temporada.
El problema, si se puede llamar así, es que a mayores recursos mayor suele ser también la exigencia, tanto interna como externa. Si en las dos últimas temporadas se ha considerado el ascenso una expectativa o ilusión, por echar mano del lema de la hinchada, puede transformarse paulatinamente en una exigencia, con el plus de presión y responsabilidad y el consiguiente riesgo de defraudar expectativas. Conjugar una política económica racional con esta circunstancia será otro de los retos del curso venidero.
En Primera,los ingresos(y gastos) se disparan
Además, los ingresos pueden crecer, pero no exponencialmente, como hubiera sucedido en caso de ascenso, con lo que exprimir el previsiblemente alto nuevo techo podría exigir incluso una nueva inyección de capital en un momento en el que el Racing ya camina –y está cerca de conseguirla– hacia la autosuficiencia económica más allá del conocido lastre heredado.
En el lado positivo, conviene tener en cuenta que la hoja de ruta trazada inicialmente por Higuera y Ceria contemplaba efectivamente el regreso a Primera División, pero no en 2025, de modo que la estabilidad institucional y económica está garantizada más allá de las expectativas –también económicas– que se han visto frustradas.
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