El trabajador fallecido en La Pasiega era vecino de Polanco, socio de la Gimnástica y amante del rock
Ángel Camprovín Tardío, de 52 años, casado y con tres hijas, quedó sepultado por un movimiento de tierras en la tarde del martes mientras trabajaba en las obras del polígono
Hoy ha sido un día de luto en la peña El Resurgir, de la Gimnástica de Torrelavega. «Estamos abatidos. No es justo, no es algo ... que se pueda encajar bien porque es alguien muy joven y con familia. Una persona muy querida», detalla Sito, presidente de la peña dedicada a apoyar al club de fútbol torrelaveguense. Muchos de sus integrantes conocían a Ángel Camprovín Tardío, el hombre de 52 años que falleció en la tarde de este pasado martes cuando fue sepultado por un movimiento de tierras en las obras del polígono de La Pasiega, en Piélagos. «Es una muerte muy trágica que además nos deja a todos aún más tocados», explica el representante de la peña.
La consternación llegó a Torrelavega, donde Camprovín hacía parte de su vida; a Polanco, donde residía junto a su mujer, Arancha Martín, y sus tres hijas (Jessica, Gala y María); y a Piélagos, donde falleció mientras trabajaba. Inspección de Trabajo realizó este mismo martes la investigación sobre el terreno, y los profesionales del Instituto de Medicina Legal completaron la autopsia. Todas las pesquisas ayudarán a dilucidar qué ocurrió para que el hombre cayera a una zanja en la que se supone que sólo debían trabajar las máquinas. «Nadie sabe cómo acabó allí, y luego se le cayó encima una gran cantidad de tierra», revelan los testigos de lo sucedido, que se quedaron en silencio, consternados, cuando descubrieron que había fallecido.
«Fue muy triste. Estuvimos unas cuantas horas el martes en el lugar y todos los compañeros estaban en silencio, sin comprender muy bien lo que había ocurrido. Ha sido terrible porque es una persona muy joven y tenía familia e hijas», cuenta Carlos Caramés, alcalde de Piélagos. «Desde el Ayuntamiento queremos trasladar nuestro pésame a los familiares y amigos. Nosotros tendremos durante la jornada de este jueves las banderas a media asta y también mantendremos un minuto de silencio mañana, jueves, a la una del mediodía».
Quienes conocían a Ángel lo describen como una persona «afable, simpática y muy amigo de los suyos». Son palabras de Sito, que lo conocía desde los 18 años, cuando sus padres regentaban la bodega El Riojano el Porrón, en Torrelavega. «Aquello le llevó a ser muy conocido porque la familia era muy conocida», explica el responsable de la peña. «Ha sido siempre socio de la Gimnástica y se apuntaba a todas las actividades sociales que organizábamos. Desde partidas de cartas hasta salidas a acompañar al equipo». «Mucha gente le va a echar mucho de menos porque era un gran amigo», declara apesadumbrado.
En entierro en la intimidad
El funeral se oficiará este jueves a las 13.30 horas en la iglesia parroquial de Rumoroso (Polanco). Después, el cuerpo será incinerado en el crematorio Río Cabo. Su hermano Bernardo también recuerda a Ángel como «una gran persona, un gran ser humano, que a veces podía ser un poco más rudo pero luego era un auténtico pedazo de pan». Siempre fue muy cercano a su familia, y era especialmente cuidadoso con su madre, que era viuda y recibía diariamente su visita. «Sabía que ella necesitaba esa rutina y todos los días acudía a la casa de Torrelavega, a la salida del trabajo, para estar con ella un rato y comer algo», cuenta su hermano.
Bernardo acudirá este fin de semana al concierto de Iron Maiden en Madrid. «Es algo que teníamos programado desde hacía mucho tiempo y quiero pensar que será como un pequeño homenaje a él, que era un gran amante del rock y también de los Maiden. Me hubiera gustado haber ido con él», confiesa Bernardo, que está especialmente preocupado por su cuñada. «Ha perdido a un hermano recientemente y también a su padre. Ahora al marido. La verdad es que está teniendo muy mala suerte».
En el recuerdo de Bernardo quedan también las horas pasadas en torno a la afición de la Gimnástica, y también en torno al fútbol, en general. «Él era muy aficionado al Barcelona, era un auténtico forofo. Tanto que le encantaba chinchar a los fans del Madrid», recuerda con nostalgia. «No sé cómo vamos a superar esto», concluye.
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