La deuda de Sniace con los acreedores en su segunda etapa supera ya los 150 millones

El pasivo, una vez más, ha vuelto a incrementarse, con un crecimiento sostenido incluso con las fábricas cerradas desde febrero de 2020. En aquel momento, la deuda con los acreedores ascendía a 115,35 millones.

Por sociedades, Sniace tiene unos créditos contra la masa de 43.735.236,40 euros; Viscocel de 59.957.226,17 euros; y Celltech por 46.921.036,56 euros. En estas cifras, por ejemplo, destacan algunos abonos pendientes con el Ministerio para la Transición Ecológica correspondientes con el valor de los derechos de CO2 a devolver, calculados de forma provisional, en tanto en cuanto dependen de las fluctuaciones de precio en el mercado. Pero como referencia, Celltech adeuda 553.745,46 euros por este concepto; mientras que Sniace arrastra otro crédito de 10.132.303,05 euros por el mismo requisito.

En el repaso que hacen los concursales de la situación, mientras proseguían con la liquidación en las semanas previas al término del plazo para presentar ofertas, los administradores admiten que tuvieron que llevar a cabo un plan de choque para mitigar el impacto del encarecimiento de la electricidad -en la práctica apagar el complejo por las noches-, con un resultado inmediato de una caída del consumo del 46%, lo que redunda en un ahorro de 30.000 euros al mes.

Entre las tribulaciones con las que se topa la organización se encuentran igualmente los robos que ha sufrido en sus activos forestales. El año anterior ya fue indemnizada por la compañía aseguradora por un incidente en los viveros forestales; mientras que en febrero se vio obligada a denunciar en comisaría un nuevo robo en el almacén de los viveros.

Los concursales igualmente hacen referencia a las dificultades que están teniendo para poder cobrar de la Confederación Hidrográfica del Cantábrica, o Hacienda en su defecto, 2,45 millones resultante del ingreso indebido de la tercera liquidación de un canon de vertido de 2002, dictada en mayo de 2012 por la Confederación.

En paralelo, también están a la espera del litigio con el Gobierno de Cantabria por el fallido plan eólico. Sniace y Helican reclamaban 114 millones y el Supremo condenó al Ejecutivo a abonar 2,45 millones.