Borrar
Una mujer iraní consulta su móvil en una calle de Teherán.
Irán, de Estado paria a cortejado por Occidente

Irán, de Estado paria a cortejado por Occidente

El acuerdo sobre el programa nuclear puede llevar a una nueva configuración de Oriente Próximo

Miguel Salvatierra

Domingo, 24 de enero 2016, 08:13

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El pasado 16 de enero se acabó de dar un paso trascendental para impulsar una nueva configuración de Oriente Próximo. El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) dio su visto bueno al cumplimiento por parte de Irán de los compromisos contraídos sobre su programa nuclear con el G-5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania). Una decisión que provocó el levantamiento de las sanciones que asfixiaban la economía iraní.

Del golpe, el régimen de los ayatolás pasa de ser un Estado paria a verse cortejado por Occidente, tanto en el plano político como en el económico. Representantes de Teherán ya han sido invitados a las negociaciones de paz de Ginebra sobre Siria, previstas para el 25 de enero. Irán es uno de los grandes valedores del presidente Bashar el-Asad. Además de no olvidar que el mandatario sirio fue el único que se mantuvo a su lado en la larga guerra contra Irak, los iraníes harán todo lo que esté en su mano para evitar que el país caiga en manos de los fundamentalistas chiíes.

En el nuevo marco de prioridades, forzado por el terrorismo integrista en Occidente, si de lo que se trata es buscar una solución pacífica que involucre al presidente sirio y acorralar al Estado Islámico (EI), la postura iraní puede ser determinante. Tampoco se puede olvidar que el único país musulmán que combate con tropas sobre el terreno al EI es Irán. Su participación fue clave en el refuerzo del Ejército iraquí en la reconquista de Ramadi.

En el terreno económico, el Gobierno iraní va a contar con más de 100.000 millones de dólares desbloqueados de sus cuentas al tiempo que pasa a ser objeto del deseo para la inversión exterior al contar con un mercado de casi 79 millones de personas. Los sectores moderados iraníes fían la apertura política del país a la mejora de las condiciones de vida que estos cambios económicos puedan suponer para los amplios sectores de la clase media del país. Un plan quinquenal de inversiones de 300.000 millones de dólares debería aportar un beneficio general para el país.

En el horizonte político más inmediato aparecen las elecciones legislativas y de la Asamblea de expertos del 26 de febrero. El resultado de esta última se considera crucial ya que este consejo de sabios será el encargado de elegir al sucesor del Líder Supremo, Ali Jamenei, de 76 años, y principal baluarte de los inmovilistas. Un giro moderado de la política interna y un efecto estabilizador en los países de su entorno podrían modificar muchos de los factores sobre los que se mueven los conflictos de Oriente Próximo.

Pese a estas buenas perspectivas, no se vislumbra un camino fácil. Además de las violaciones de los derechos humanos, una extendida corrupción y la inseguridad jurídica, los sectores antioccidentales y ultrareligiosos presentarán una dura batalla ante cualquier movimiento aperturista. La economía, por su parte, en estos momentos bajo una fuerte crisis, precisamente a causa de las sanciones, tardará en notar los efectos benéficos de las inversiones. El entorno conflictivo de Oriente Próximo tampoco ayudará. A las guerras de Irak, Siria y Yemen, hay que añadir la abierta hostilidad de Arabia Saudí que tratará de impedir por todos lo medios que Irán trate de imponer su hegemonía en la zona. Una guerra de poder aderezada por la pugna entre chiíes y suníes.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios