Una vida dedicada a mejorar la de los demás
Los Corrales de Buelna ha perdido esta semana a una de sus vecinas más queridas, Mercedes Abad Laguillo, Hija Predilecta desde 2016 y miembro activo ... de muchas de las organizaciones de ayuda de la localidad desde hace más de medio siglo.
Su labor incansable de apoyo a las personas desfavorecidas desde organizaciones como Cáritas o Manos Unidas, la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer, la Asociación de Vecinos Entremontañas o, antes, Acción Católica, fue uno de los motivos que llevó a la Corporación de su pueblo natal a incluirla, en julio de 2016, en el registro de Honores y Distinciones del Ayuntamiento.
El 31 de octubre de aquel año recogía el diploma que acreditaba esa decisión, asegurando en ese acto sentir una «enorme responsabilidad» al recibir el máximo galardón que un corraliego puede lograr, una decisión adoptada como respuesta a la petición de distintas organizaciones y vecinos.
Mercedes había nacido en Los Corrales hace 90 años y dedicó más de medio siglo a los demás. Su esfuerzo y dedicación avalaban un acuerdo que se hizo efectivo y se pudo entregar personalmente a Mercedes Abad. Para ella fue un día especial y recordaba que el primer sentimiento fue de «miedo, nervios y alegría combinados con la responsabilidad de saber que a todo el mundo no tiene por qué gustarle la idea».
Pero lo cierto es que desde julio de aquel año, cuando se adoptó el acuerdo en sesión plenaria, fueron muchas las felicitaciones que recibió y muchas las expresiones de alegría por la decisión municipal.
Fue, sin duda, una de las personas más conocidas en todo el valle, siempre de aquí para allá, siempre colaborando con organizaciones de ayuda a los demás. De hecho, junto a la primera Hija Predilecta de la localidad, María Rodríguez Pérez Rasilla, organizó la primera cuestación contra el cáncer en Los Corrales. «No se me caen los anillos por pedir para los demás porque hay mucha necesidad», afirmaba, aunque reconocía que «ese ajetreo» se le hacía «un poco cuesta arriba». Pero ella también tenía algo más que una afición; una devoción: dar catequesis. Cerca de cuarenta años como «la mejor catequista del mundo», según alumnos de todas las edades que siempre aprovechaban para saludarla a su paso.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.