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La Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria requerirá al propietario de las antiguas escuelas de Terán, en Cabuérniga, que actúe sobre el inmueble, que permanece abandonado desde hace al menos dos décadas. En pocos temas los vecinos del municipio cabuérnigo coincidirán tanto como en la necesidad urgente de rehabilitar las antiguas escuelas de Terán. Se trata de un edificio histórico, Bien Inventariado (BI), que lleva en estado de ruina más de una década por la falta de actuaciones de su dueño y de las diferentes administraciones, que hasta ahora apenas han movido ficha para acelerar su rehabilitación. Después de que el caso llegara incluso a la Fiscalía, que el pasado mes de octubre decidía archivarlo, han tenido que coincidir dos dirigentes del mismo color político en las administraciones local y regional para que ésta última decida intervenir. El actual alcalde de Cabuérniga, Nicolás Toral (PSOE), fue uno de los vecinos que más luchó por la rehabilitación del edificio al frente de la Asociación La Castañera, antes de ocupar el sillón de la Alcaldía.
Méritos aparte, desde Cultura aseguraron ayer que «se están estudiando las posibles vías administrativas para requerir al propietario que cumpla con la obligación de restaurar el edificio». Según la Ley de Patrimonio, el Gobierno de Cantabria está obligado a intervenir al tratarse de un Bien Inventariado, aunque hasta ahora no se haya decidido a hacerlo. Desde el Consistorio sin embargo llevan años instando al propietario, José María Pérez Reigadas, a actuar sobre la propiedad, pero en todo este tiempo el particular lo único que ha hecho es solicitar una licencia de obra al Ayuntamiento para reparar la cubierta (motivo por el que la Fiscalía decidió dejar de investigar). De momento no se ha ejecutado obra alguna y el techo comienza a hundirse. Reigadas le compró el edificio al Consistorio hace casi cuarenta años, pero nunca ha hecho uso del mismo. El paso del tiempo y la falta de mantenimiento han convertido al inmueble en un espacio desolador, lleno de silencios, cuyos muros ya no soportan la carga del abandono.
El Gobierno de Cantabria no ha especificado qué actuación concreta va a llevar a cabo para llamar la atención del propietario, pero sí adelantó que «en dos semanas se habrá tomado una decisión». El actual alcalde propuso en su momento al Ejecutivo que realizase las pertinentes obras de rehabilitación y luego le pasase la factura al dueño e incluso que expropiase el inmueble, pero hay que ver hasta qué punto la ley contempla este tipo de actuaciones al tratarse de un bien privado.
El anterior alcalde, Gabriel Gómez, envió varias notificaciones a Reigadas en las que le instaba a actuar sobre el edificio, pero todas cayeron en saco roto y el tema comenzaba a anclarse en la historia del municipio. A pesar de todo, hay personas que nunca han dejado de defenderlo. «Hace más de veinte años que los vecinos crearon una asociación», explicaba ayer el actual regidor. «Aunque hay gente que luego la fue abandonando, otros permanecen». Es gracias a la protesta vecinal que las antiguas escuelas de Terán siempre han sido tema de actualidad, algo en lo que también influye la grandilocuencia del edificio (los entendidos lo califican como uno de los mejores ejemplos de arte neoclásico de la región) y el entorno en el que se encuentran.
El caso traspasó las fronteras de Cantabria en el año 2016, cuando la Asociación Hispania Nostra incorporó a las antiguas escuelas en su Lista Roja del Patrimonio «por su estado de ruina y total abandono, lo que ha provocado que haya techumbres en parte hundidas, que estén invadidas por la vegetación y que hayan sido expoliadas», decía entonces el comunicado de la entidad. Ese mismo año algunos partidos políticos llevaron el tema al Parlamento de Cantabria, pero no hubo nada más que palabras.
Es ahora cuando parece que vuelve a haber cierta esperanza ante la decisión de intervenir del Ejecutivo Regional, que tiene la potestad suficiente para actuar sobre el propietario. Nadie se explica por qué el dueño no hace nada por un edificio «que es querido por todos», asegura el alcalde. «Mucha gente viene a preguntarme cómo está el tema de las escuelas, porque además también fueron cine y los vecinos le tienen mucho apego y cariño al inmueble», explica. «El dueño lleva años dándonos largas y tratando de ganar tiempo, pero nunca ha hecho nada», señala. El problema es que a las escuelas, ya en decadencia, apenas les queda tiempo.
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