La boya de los Jardines dura doce días

Solo ha durado doce días. Los gamberros se han llevado por delante la réplica de boya marina, uno de los elementos singulares instalados en la zona de juegos infantiles de los nuevos Jardines de Pereda. Y han sido adultos quienes han destrozado el anclaje de esta boya giratoria creada para el disfrute de los niños. Así lo dicen los informes que han elaborado los técnicos holandeses que la crearon, con un diseño realizado por la empresa española Playoffice. Es un juego que está diseñado para que se suban a él los niños. Pero no los adultos. Los técnicos detectaron el pasado día 17 los primeros problemas en la boya giratoria, que ya se encuentra totalmente tumbada hacia un lado y vallada para que no sea usada por nadie. Doce días han tardado en romperla los vándalos, que hace tres semanas también estropearon la plataforma giratoria instalada al final de la calle Cádiz, frente al hotel Bahía.

La Fundación Botín, que ha costeado la renovación de los Jardines de Pereda, se puso en contacto con Playoffice y ésta con los técnicos holandeses. Ya se ha realizado el nuevo anclaje y entre el martes y el jueves de la semana próxima viajarán a Santander para proceder a la reparación definitiva.

Los juegos infantiles, que han costado 400.000 euros, fueron pagados a medias por la Fundación Botín y la empresa eléctrica E.ON y están dedicados a las energías renovables. La boya gira gracias a los niños que la empujan y se consigue encender la luz superior. Así de sencillo, pero para ser usado por niños.

Está situada en un gran espacio infantil de 800 metros cuadrados, encuadrado en una zona de ocio para padres y niños de casi 1.500 metros. Son unos elementos novedosos, basados en el mar y la energía, y no tiene parecido alguno con los tradicionales repartidos por otras zonas de la ciudad.