El almacén de los símbolos caídos
Incluye placas de calles y de los monolitos, águilas, yugos, flechas, estatuas y piedras de monumentos, considerados "piezas históricas a conservar"
Juan Carlos Flores-Gispert
Domingo, 29 de enero 2017, 16:33
A buen recaudo, conservadas y protegidas porque forman parte de la historia de la ciudad y "los expertos nos han recomendado que, como tales, deben ser guardadas", apuntó la concejala de Cultura de Santander, Miriam Díaz. Ella es la encargada de que de Santander desaparezcan los dos últimos monumentos fascistas que quedaban en espacios públicos municipales, dedicados a la IV División Navarra y a los italianos que entraron en la ciudad en 1937. La conservación de estas piezas consideradas históricas es respaldada por el presidente del Centro de Estudios Montañeses, el reputado Francisco Gutiérrez, que ha lamentado en varias ocasiones que una importante pieza, el gran escudo franquista de la Delegación del Gobierno (antes Gobierno Civil), fuera destruido y sustituido por el escudo constitucional. "Sí, era franquista, pero parte de la historia de la ciudad y, como tal, tenía que haber sido guardado", dijo.
El Ayuntamiento conserva en sus almacenes (en Cajo, Candina y Camarreal), protegidas de golpes y hurtos, la piezas del franquismo que han sido retiradas. Además de las piedras y símbolos de los dos monumentos antes citados, la gran pieza del Santander franquista, el monumento del general Franco a caballo y las placas del pedestal sobre el que se eleva. Y las cuatro grandes águilas con el lema 'Una grande y libre' del obelisco del Alto de Miranda. El monumento tenía cuatro águilas y cuatro grandes placas. Falta una de éstas. También se conservan las placas de piedra de la Plaza del Generalísimo y la Plaza de Pombo, retiradas hace años, y las eliminadas el año pasado dedicadas a Simancas o Héroes del Baleares. Y las placas en bronce retiradas del monumento a los italianos. Una de ellas dice que 'Bajo el signo de Franco, el Caudillo, los heroicos legionarios de la hermana Italia lucharon y cayeron fraternalmente unidos con los soldados españoles por la sublime causa de la civilización cristiana'.
También se conserva, desmontado en varias piezas, el gran monumento que se dedicó a los alféreces provisionales, obra de Carlos Ferreira, inaugurado en el año 1959 y que se encontraba en los jardines de la Universidad, en la Avenida de los Castros. Estaba formado por una V de la victoria, sujetada con ambas manos por una figura masculina. Un monumento imponente con su placa correspondiente: 'A los alféreces provisionales muertos por Dios y por España. 1936-1939'.
El gran monumento es la figura ecuestre del general Franco. Se conserva en una nave rodeada de vehículos de mantenimiento del Ayuntamiento. Está protegida por una estructura metálica y por chapas de acero. Conserva las manchas de pintura roja lanzada por opositores al régimen. Fue retirado de su pedestal el 18 de diciembre de 2008. Y, con él, las placas de piedra de alabanza al Caudillo. Todo se conserva en buen estado. Una de las placas dice: 'Del fuego de la ciudad de Santander salió la nueva y bella capital de la Montaña. Franco'. El autor del monumento fue José Capuz y se inauguró en 1964. Lo recuerda Claudio Acebo en su libro 'Monumentos y motivos ornamentales'.
En el Alto de Miranda se levantó uno de los monumentos fanquistas más representativos, el que recordaba que 'Por esta avenida entraron en la ciudad las primeras tropas liberadoras que hicieron realidad la esperanza mantenida durante un año cruel y sangriento. Las mandaba el general Fidel Dávila Arrondo. Conservad perenne recuerdo de este hecho'. Otra placa retrotrae a días antiguos. "26 de julio de 1936. 26 de agosto de 1937. Entre estas dos fechas, la opresión, el hambre, el asesinato, el saqueo... la dominación marxista'. Todo adornado por el escudo de Santander, yugos y flechas.
No todas las instituciones cántabras conservan tan bien como el Ayuntamiento de Santander sus monumentos retirados. Según han denunciado varios familiares de asesinados en el barco prisión 'Alfonso Pérez' en 1936, el Puerto, tras desmontar el monumento, mantiene sus piezas amontonadas en la calle, sin protección alguna. Fue proyectado por acuerdo del Ayuntamiento de Santander y colocado en el Muelle de Maliaño el 27 de diciembre de 1940. El Ayuntamiento pagó por el monumento 218.000 pesetas, según recuerda Luis López González-Recio en su libro 'Personajes, episodios, lugares y su plasmación'.
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