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«La obra sale», les garantizó hace justo un año la alcaldesa de Santander (Gema Igual) a un grupo de vecinos de Porrúa en el ... momento de exponerles la idea del Ayuntamiento. Y ayer, efectivamente, la construcción de las escaleras mecánicas empezó a salir: las máquinas empezaron a trabajar ya en la confluencia de la calle Camilo Alonso Vega con Canarias, lo que significa que a la altura de febrero del año próximo (el plazo de ejecución es de 10 meses) los residentes tendrán un camino más cómodo de subida desde Camilo Alonso Vega hasta la calle Navarra, salvando una pendiente del 12,5% que, hasta ahora, ha complicado bastante la vida en un barrio donde los residentes ya tienen una edad. La ruta -que cubre 79 metros de distancia-, será solo ascendente, en la idea de que la bajada siempre es más llevadera, como ocurre en otros puntos de la ciudad.
1,5 millones de euros cuesta el proyecto, que comparte presupuesto con la misma obra de Enrique Gran.
Para la ejecución el proyecto municipal se ha dividido en dos partes: primero se acometerán las escaleras entre Alonso Vega y la calle Canarias aprovechando un lateral de las escaleras que existen en la actualidad, y luego se abordará el tramo de la calle Valencia. En el primero se instalarán dos escaleras mecánicas. Una mide casi 10 metros y la otra, más de 12. El otro lateral se ampliará ligeramente hasta dejar una escalera con una anchura de 1,50 metros. Se respetará la configuración en cinco tramos para no perjudicar las entradas a los locales que hay en los bajos del edificio.
Pendiente a salvar La ruta salva una pendiente entre Camilo Alonso Vega y la calle Navarra del 12,5%.
Elementos a instalar Se colocarán tres: dos tramos de escaleras mecánicas y una gran rampa. Entre los tres salvan una distancia de casi 80 metros.
Entorno a reformar Se aprovechará la obra para mejorar la urbanización, con aceras más anchas, arbolado e introducción de servicios.
A la hora de hacer las escaleras mecánicas hay que demoler las que existen, lo que obliga a habilitar unas escaleras provisionales. Además, se construirán imbornales para desaguar las aguas pluviales y de los fosos de las escaleras mecánicas.
En la segunda parte, ya en la calle Valencia, el itinerario continuará por una rampa mecánica de 29,41 metros de longitud que se ubicará en la margen derecha de la calle y alcanzará la calle Navarra. Además, se urbanizará todo el entorno, dejando aceras con una anchura mínima de 1,80 metros (a lo que obliga la normativa de accesibilidad) y un único carril de vehículos de 3,20 metros. En este vial se aprovechará la obra para dar continuidad a las canalizaciones de baja tensión y para la introducción de fibra óptica. La reforma se completará con tres alcorques con sus respectivos árboles en el ensanchamiento de la calle antes de llegar a la de Navarra.
Tal como se está haciendo ya en Enrique Gran (en Entrehuertas), donde se empezó a acondicionar otra ruta mecánica la semana pasada, los pasos iniciales de la empresa encargada (en este caso, SIEC) se centrarán en renovar la red de saneamiento y canalizaciones de servicios afectados. Continuará con la ejecución de fosos para los elementos mecánicos. Y terminará con las pavimentaciones, la instalación de las rampas y escaleras y los remates finales de la jardinería, la colocación de cámaras para vigilar las escaleras y , por supuesto, el arranque de los elementos mecánicos.
El proyecto que está actualmente en marcha, que engloba las actuaciones en Enrique Gran y Porrúa y en el que se gastará un millón y medio de euros, supone un salto cualitativo en el plan del Ayuntamiento para crear ejes de conexión transversal en sentido norte-sur, de los que la ciudad no anda sobrada. Hasta ahora el municipio se había enfocado en desarrollar estas rutas en áreas estratégicas, que dieran servicio a grandes zonas, caso de los proyectos que han acercado el centro a las zonas altas.
Pero con estos dos últimos planes que se están desarrollando de forma paralela, el Consistorio pasa a intervenciones más «de barrio», enlazando lugares con especiales dificultades para la movilidad de los vecinos de un área concreta.
Como ha anunciado repetidamente el Ayuntamiento, las próximas actuaciones en esta línea se centrarán en la zona del Cabildo. Por la cara norte se instalará un ascensor desde el Pasaje de Peña que desembocará, a través de una pasarela, en la parte superior de la ladera, además de que se urbanizará y mejorará la plaza de Juan José Ruano. Y por la cara sur, se construirá otro ascensor que conectará la plaza de las Estaciones, el Parque del Agua y El Cabildo a la altura de la iglesia de Consolación.
Hasta ahora, los santanderinos tienen a su disposición un total de ocho recorridos mecánicos, repartidos por todo el plano. El primero fue el del Río de la Pila, donde se construyeron un funicular, rampas y escaleras para unir el centro con la calle General Dávila (una de las más populosas de la capital) y el último en abrirse fueron las escaleras y rampas que unen San Martín con el Alto Miranda, por el conocido como el Gurugú.
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