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¿Dónde están los casi 200 barcos que han salido de Puertochico a lo largo de los últimos dos meses debido a las obras ... de la Dársena de Molnedo? Esta pregunta se la hacían ayer los viandantes que se asomaban desde el paseo marítimo a la lámina de agua libre de pantalanes, correspondiente a la concesión del Club Deportivo Amigos de Puertochico. La respuesta la tienen empresas como Pesca Porres o Yates & Cosas, especializadas en el invernaje de embarcaciones de recreo. Otros han optado por hacer su propia puesta a punto del barco y guardarlo en su garaje o nave, y algunos, los menos, han conseguido un atraque en otras concesiones o puertos del arco de la Bahía.
Carlos Restegui sacó él mismo su bote del agua. «Fui navegando hasta el pequeño puerto que hay en Raos y allí lo saqué por la rampa, con la ayuda de un carro. Cerca tenemos una nave, donde lo dejé preparado para que pasara estos meses, hasta que vuelva a echarlo al agua, en junio», relata.
Una travesía más corta fue la que hizo Iván Penagos. Él tuvo la suerte de poder contar con el atraque de un amigo, «que me deja su espacio en otro pantalán, aquí mismo, en Puertochico».
Esto es lo que le hubiera gustado hacer a Javier Noriega, propietario de una embarcación, «porque los días de sol, como los de ayer, echo mucho de menos poder coger la motora». Él agradece la gestión realizada por el club: «en todo momento nos han facilitado las cosas para afrontar lo que suponen estas obras, tanto en lo que afecta a la intendencia de los barcos como a la parte económica (la derrama de cada socio)».
En cuanto a lo primero, la entidad envió a todos los titulares de los amarres un correo con las diferentes empresas que se podían encargar de sacar los barcos del agua y prepararles para el invernaje. Pesca Porres fue el que más éxito tuvo, ocupándose de la mayoría de las embarcaciones. «Nos pasaron una oferta por todo de 65 euros. No me compliqué la vida y me sumé a la oferta», apunta Noriega.
Álvaro Porres, uno de los propietarios de la empresa familiar, indica que «lo hicimos porque había que ayudar a muchos de los propietarios de las embarcaciones, que son gente mayor, ya jubilada, con una pensión muy baja y con cargas familiares, debido a la crisis. No les podíamos dejar tirados».
Este fue también el objetivo primordial, en todo momento, de la directiva del Club Deportivo Amigos de Puertochico. Su presidente, Guillermo Ruiz, explica que «teníamos que ayudar, sobre todo a esa gente que lleva aquí con su barco casi 80 años». En el caso de los que más dificultades económicas han tenido para afrontar la derrama, «les conseguimos unos préstamos personales muy buenos en un banco de los de Puertochico».
Así, a partir de diciembre se empezaron a izar los barcos. Porres señala que, «en general, los trabajos en las embarcaciones se han centrado en la limpieza de fondos, el invernaje del motor, limpieza de los interiores, encintado de la embarcación y colocación sobre una cuna».
Un tarea similar hacen en Yates & Cosas. Su propietario, Jaime Piris, relata que «nosotros traemos hasta Raos el barco navegando, lo varamos con grúa, limpiamos los fondos, lo lavamos para quitar la sal, invernamos el motor con agua dulce y le hacemos un tratamiento para pasar el invierno, y lo guardamos en las estanterías». Un tiempo que también aprovechan para «hacer reformas a las embarcaciones, añadir accesorios, trabajos de restauración o pintura...».
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