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Con una técnica muy similar a la de un martillo pilón, ayer se puso en marcha la maquinaria para incrustar en el subsuelo de Puertochico ... los pilotes a los que irán sujetos los nuevos pantalanes de la Asociación Club Deportivo Amigos de Puertochico. Ya el jueves se instaló frente a la gasolinera de Repsol la plataforma en la que va montada la pilotadora, cuya misión es romper, cortar y moler las formaciones rocosas para dejar espacio a los pilotes. Estos trabajos durarán «unas cuatro semanas», apuntan desde la Autoridad Portuaria de Santander (APS), para a continuación colocar los 195 amarres en la Dársena de Molnedo, lo que llevará otras tres semanas. A estas habrá que sumarles dos más para las tomas de agua y electricidad. De esta forma «esperamos que en tres meses la obra esté terminada por completo». Si todo marcha bien, para el mes de julio la estampa de Puertochico volverá a ser la habitual, con sus pantalanes y embarcaciones a ambos lados del muelle santanderino.
La renovación y modernización de los amarres era condición 'sine qua non' para la ampliación de otros 15 años de la ocupación de dominio público portuario que ha venido disfrutando la asociación en régimen de concesión y que vencía este 2022.
De esta manera, los viejos pantalanes desaparecieron la primera semana de febrero, dando paso a una impoluta lámina de agua. Sin embargo, bajo esa pulcritud se escondían kilos de cadenas, muertos de cemento y cabos, los que durante décadas sirvieron de sustento a los viejos amarres flotantes.
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Una vez que los buzos hicieron su labor de limpiar estos fondos, ahora toca taladrarlos para colocar unos pilotes, «con el objetivo de dar mayor seguridad a los pantalanes y embarcaciones», explica el presidente de la APS, Francisco Martín.
Según indicó a este periódico el ingeniero técnico en topografía José Miguel Solana, la plataforma que se encuentra en ente momento en Puertochico sirve de base para que un trépano (una herramienta de perforación), amarrado a un cable, se deslice por el pilote «y así va rompiendo el sustrato». «Una vez alcance una profundidad cercana a los dos metros, se retira el trépano y en la parte superior del pilote se coloca un 'capuchón' de metal (que pesa más de mil kilos), que, al soltarlo, golpea el cilindro y termina de incrustarlo en el suelo marino». De esta manera, ya está todo listo para colocar los pantalanes. Después, ya solo quedará meter el suministro eléctrico y de agua, que darán servicio a las embarcaciones.
Las obras de renovación supondrán una inversión de 600.000 euros sobre una superficie de agua de 4.153 metros cuadrados y una superficie de subsuelo de 6,5 metros cuadrados, e implicarán la instalación de pilares a los que irán sujetos los nuevos pantalanes flotantes, la eliminación de trenes de fondeo y de estructuras sumergidas, la canalización para suministro eléctrico a las instalaciones de la concesión y la mejora del control de accesos, con cámaras de vigilancia.
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