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MADA MARTÍNEZ
SANTANDER.
Domingo, 26 de enero 2020, 08:54
«Examen es igual a nervios. Es i-ne-vi-ta-ble». En un corrillo formado a las puertas de la Facultad de Empresas de ... la UC, poco antes de que comiencen las pruebas para optar a una plaza de formación sanitaria especializada, hay risas flojas y gestos que parecen involuntarios. «¡Los nervios son inevitables!», reitera el aspirante y acto seguido se pone a saltar.
Cada cual vive la espera a su modo, pero el joven que ayer se animaba a hacer ejercicio antes de examinarse, tenía bastante razón: los nervios suelen aflorar antes de una prueba, y más si, como la de ayer, dura cuatro horas, se compone de 175 preguntas, y abre las puertas a una plaza de formación en Medicina (MIR), Farmacia (FIR), Enfermería (EIR), Psicología (PIR), Química (QIR), Biología (BIR) o Física (RFIR). En España, concurrieron cerca de 35.500 aspirantes -el examen se celebró de forma simultánea en 21 localidades-. Todos ellos optaban a una de las 9.539 plazas ofertadas, 140 de ellas en Cantabria. Hasta La Moncloa deseó suerte a los aspirantes vía Twitter.
Media hora antes de que la organización llamara a los candidatos a ocupar sus puestos en el aula, Sergio Romero y Jaime Hoz llegaban al campus de Las Llamas. Ambos han compartido aulas durante la carrera en la UC -se graduaron el pasado junio-, y ayer enfrentaron juntos las pruebas del MIR. «Es inevitable estar un poco nervioso, pero hay que tratar de estar lo más calmado posible. Los nervios juegan en tu contra en el examen, que es una forma de plasmar todo lo estudiado», refería Sergio, seguro de que la única forma de sacudirse la tensión de encima era coger el bolígrafo y empezar a responder preguntas. ¿Y qué significaría lograr la plaza? «Sería una recompensa a todos estos años de estudio», valoró Jaime Hoz. «La plaza supondría que puedo hacer con mi vida lo que quiero», añadía Sergio Romero.
La prueba ha cambiado en esta convocatoria: de cinco horas se ha pasado a cuatro, y también se ha recortado el número de preguntas. Los aspirantes tenían ayer opiniones encontradas. Al igual que Sergio, había quien se sentía más cómodo con la reducción, y otros, como Jaime Hoz, albergaban alguna duda -«quizá entra más en juego el azar»-. Raquel Cerdá, que concurría a la prueba de Enfermería, de Burgos y profesional en Laredo, se presentaba con ganas de comprobar en qué consistían esos cambios «para mejor», confiaba. No era su primera vez, y ayer esperaba hacer un buen papel a pesar de que «la competencia es dura». ¿Qué significaría lograr la plaza? «Significaría conseguir aquello por lo que he luchado muchos años atrás», respondió Cerdá.
Para Percy Ramírez, el PIR sería otro paso de gigante más. En España ha trabajado en talleres de automoción, pero, formado en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, en Lima, su sueño sería ejercer como psicológo en España, tal y como hizo en su país de origen. «He homologado mis estudios. Tengo que hacer la prueba para poder ejercer en España. Y me gustaría poder hacerlo», contó ayer antes de entrar en las aulas, tranquilo, sosteniendo entre las manos el móvil y la carpetilla que una academia repartió entre los aspirantes a las puertas de la Facultad de Económicas, junto con mensajes de ánimo; una carpetilla llena de anuncios y avisos sobre cómo corregir el examen desde ayer mismo por la noche.
Corrillos, aspirantes acompañados de sus familias, aspirantes solitarios, ejercicios gimnásticos de última hora... A las inmediaciones del centro de la UC fueron acercándose los candidatos desde mediodía. En Cantabria, concurrían 339 personas, distribuidas del siguiente modo: 130 titulados en Medicina optando a las plazas MIR; 145 en Enfermería; 44 en el área de Psicología; cuatro para las plazas de Física; siete en Biología; seis en Farmacia, y otros tres en el área de Química.
Es la mayor oferta de plazas aprobada por el Ministerio de Sanidad hasta la fecha. El número se ha incrementado un 13,5% respecto del año pasado y un 18,6% si se compara con 2018. Todas las comunidades autónomas ven aumentadas las plazas que les corresponden (el incremento en Cantabria es del 15,7%). En la región, de las 17 plazas nuevas, ocho son para MIR, una en psicología (PIR) y otras ocho para enfermería (EIR).
Laura García, de Santander, formada como enfermera en la Universad del País Vasco, esperaba su turno en unas de las escaleras de acceso al centro. Su idea era presentarse para ganar experiencia en pruebas de esta envergadura. Al término de un examen «bastante difícil», valoró que los tiempos del nuevo formato se habían ajustado bien a las preguntas, aunque tenía la sensación de que las cuatro horas habían sido muchas más. La prueba resultó casi que «eterna». También eterno se le antojó a Sergio Romero, «como si las horas se arrastrasen», comentaba ya más sereno.
¿Y qué tal el resultado? Para contestar a eso, Romero prefería esperar al día siguiente, a estar verdaderamente más tranquilo.
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