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Gran Mequita de La Meca. EFE
Pintura japonesa, 20 grados menos

Pintura japonesa, 20 grados menos

Las autoridades saudíes prueban nuevas medidas para rebajar la temperatura en La Meca en vísperas del inicio de la gran peregrinación

Álvaro Soto

Madrid

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Jueves, 8 de agosto 2019, 17:20

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La peregrinación a La Meca, en Arabia Saudí, el viaje que todos los musulmanes deben realizar una vez en la vida, ya no es aquel rito medieval que instauró el profeta Mahoma hace más de 14 siglos. Ahora, la peregrinación, conocida como el 'hach' en árabe, sorprende con innovaciones tecnológicas y de servicios que buscan hacer más fácil la estancia a los dos millones de personas que acuden de media a la cita. La previsión es que este 2019 lleguen 1,8 millones de extranjeros, a los que se sumarán unos 700.000 saudíes.

En concreto, la novedad de este año viene de Japón y será muy útil teniendo en cuenta que, por el calendario musulmán, la conmemoración se celebra entre los días 9 y 14 de agosto, en pleno verano y con temperaturas que estarán por encima de los 40 grados. Ante esta previsión, una empresa nipona utilizará una pintura para carreteras que teóricamente rebaja 20 grados la temperatura del asfalto. Lo hará en Mina, la ciudad que dista unos ocho kilómetros de La Meca y donde se instala el mayor complejo de tiendas de campaña del mundo para acoger a los visitantes.

Después de la Gran Mezquita de Al Haram de La Meca, Mina es el segundo lugar más importante de la peregrinación. En esta población se degüellan corderos, se reza para iniciar la festividad musulmana del Sacrificio y se lapidan columnas que representan al demonio. «A pesar de que hay toldos en Mina a lo largo del camino que lleva al lugar de la lapidación, la temperatura sigue siendo alta y es difícil que la gente la soporte, especialmente los ancianos», explica el director general de las Áreas Sagradas, Ahmed Manshi, en decalaraciones a la agencia Efe.

No es la primera vez que los responsables de la peregrinación intentan paliar el calor en Mina. En las tiendas de compaña, de ocho por ocho metros, ya se instalaron equipos de aire acondicionado que rebajaron la temperatura hasta los 29 grados. En toda la zona también se colocaron toldos, se plantaron árboles y se pulverizó agua.

El turismo religioso deja en Arabia Saudí miles de millones de euros cada año y las autoridades del país se esfuerzan por convertir las estancias de los peregrinos en verdaderas «experiencias». Así, en las horas que no corresponden a los rezos, los visitantes pasan el tiempo en los comercios que proliferan por el complejo religioso y pueden cambiar sin problema monedas de decenas de países para hacer sus compras.

También La Meca se ha convertido en un mercado boyante para las aplicaciones de móviles, que lo mismo sirven como guía para seguir los rezos que señalan la ubicación de los baños más próximos, algo necesario cuando los peregrinos pasan horas dando las siete vueltas a la Kaaba, el edificio que los musulmanes consideran como el lugar sagrado. Además, las autoridades saudíes han extremado las medidas de vigilancia sobre la zona, con miles de cámaras y guardias de seguridad, después de la estampida de 2015, en la que murieron más de 2.300 personas.

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