La captura de cuatro mil palomas en los últimos años en Torrelavega no acaba con las protestas
La Asociación de Vecinos Besaya exige soluciones ante la «plaga» en la que se ha convertido la presencia de estas aves en el Barrio Covadonga
Ni siquiera la captura de más de cuatro mil palomas en los últimos años ha acabado con las protestas por la proliferación de estas ... aves en algunos puntos de Torrelavega. El último ejemplo es la Asociación de Vecinos Besaya, que exige al Ayuntamiento soluciones ante la «plaga» en la que se ha convertido la presencia de estas aves en el Barrio Covadonga. Los vecinos se quejan de los problemas de salud, suciedad y deterioro que provocan las palomas en tejados, fachadas y mobiliario urbano.
El concejal del área, José Luis Urraca, recuerda que hasta 2017 el Ayuntamiento se limitaba a visitar los lugares afectados, la mayoría domicilios y comunidades de vecinos, asesorando en materia de prevención: cómo evitar que anidasen o se posasen las palomas con una serie de métodos de exclusión mediante barreras físicas que impiden el acceso. «Pero ese año -explica-, conscientes del problema que suponen los perjuicios que les ocasionan y los gastos económicos que entrañan para comunidades y vecinos, que han de blindarse ante las palomas o que han de realizar costosas obras de reparación de sus inmuebles, se decidió por primera vez poner en marcha un servicio de control de aves urbanas en el municipio, contratando una empresa especializada».
Urraca señala que se partió de un estudio inicial referente a la distribución geográfica de la población de estas aves y este servicio ha ido rotando jaulas de trampeo por diferentes zonas, tanto del casco urbano como de la periferia, normalmente en terrazas y azoteas, lo que «a veces es complejo por el tamaño de las jaulas». Las últimas ubicaciones son: Mercado Nacional de Ganados, Ganadería Garabandal, Teatro Cocha Espina y las calles Goya y José María Pereda.
Los vecinos del Barrio Covadonga dicen que sólo han recibido «promesas y disculpas»
malestar
Según los datos facilitados por la empresa que se encarga de realizar el servicio, son más de cuatro mil los ejemplares capturados desde 2017. «Y han sido capturadas priorizando los enclaves estratégicos donde la población de palomas es mayor, que suelen coincidir donde se producen más avisos y quejas de ciudadanos», apunta el edil.
«No es un problema que se solucione de la noche a la mañana -añade-, muchas ciudades lo tienen, se necesita tiempo, pero en muchas zonas ya se ha notado un importante descenso de la presión que ejercían las palomas. Y lo que se necesita es mantenerlo en el tiempo para seguir reduciendo la presión poblacional en el conjunto de la ciudad».
La nueva ordenanza municipal de Bienestar Animal, aprobada a finales del año pasado, incluye la prohibición de alimentar a las palomas en espacios privados, como terrazas y balcones, para «poder actuar en el caso de los alimentadores, que son quienes generan focos de palomas atrayéndolas con el alimento y ocasionando gran molestar a los vecinos».
El concejal del área culpa a los alimentadores de generar los principales focos de palomas
respuesta
Según Urraca, esa es la causa fundamental del problema generado en el Barrio Covadonga. «Como en casi todos los lugares donde ocurre, la presencia de una alimentadora hace que los animales acudan en busca de comida», afirma, aunque reconoce otra causa: «El otro problema es la dificultad de encontrar una azotea en la que ubicar una jaula próxima al lugar. Tanto en el Centro de Salud como en el pabellón deportivo, no se ha podido».
La presidenta de la AA VV, Marián Cicero, discrepa: «Venimos reclamando una solución desde hace tres años. Son más que conocidos los problemas que genera la proliferación de estas aves. Sin embargo, la gestión de este concejal se ha traducido durante este tiempo en cero actuaciones y decenas de promesas y disculpas». «Primero nos informa que están estudiando diferentes métodos de control -explica-, más tarde que empezarán los trabajos en el centro de la ciudad y luego pasarán a los barrios. Cuando iban a comenzar en el Barrio Covadonga, se acabó el contrato con la empresa y el dinero para su renovación. Meses después el problema era que no encontraban sitio adecuado para colocar las jaulas... Lo último es que desde hace un par de meses Urraca no sabe no contesta».
Cicero dice que, mientras tanto, la población de estas aves sigue aumentando y «campan a sus anchas» en ventanas, tejados, calles, terrazas... «Exigimos que se inicien las actuaciones para controlar estas poblaciones, convertidas en una plaga», concluye.
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