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El céntrico inmueble sufre importantes daños estructurales desde hace más de dos años. Antonio 'Sane'
Los vecinos reparan el edificio de Pequeñeces, en Torrelavega, que fue vallado por seguridad

Los vecinos reparan el edificio de Pequeñeces, en Torrelavega, que fue vallado por seguridad

Después de finalizar las obras de refuerzo del inmueble, presentarán una denuncia contra el Ayuntamiento porque achacan los daños a una fuga en la red de agua

José Ignacio Arminio

Torrelavega

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Sábado, 15 de septiembre 2018, 07:27

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El edificio de Pequeñeces que fue vallado en junio por seguridad ante la amenaza de desprendimientos, está siendo reparado por sus propietarios. Una vez finalizadas las obras de refuerzo del inmueble, denunciarán al Ayuntamiento de Torrelavega porque achacan los daños a una fuga en la red municipal de aguas.

Así lo ha confirmado a este periódico uno de los afectados, Ciriaco Ruiz, que lamenta que el Consistorio les siga dando «largas» más de dos años después de iniciado el conflicto. Las facturas ya superan los 60.000 euros. Problemas en la cimentación, grietas, desconchados, caída de cascotes... A las obras de refuerzo de uno de los pilares, en el que se inyectaron 25.000 kilos de hormigón, se suman ahora las de rehabilitación de la fachada, que se realizan de abajo a arriba y alcanzan ya el tercer piso. Y los vecinos vienen avisando al Ayuntamiento de otro problema: hay ondulaciones en la acera, que amenaza con hundirse. «Yo tiemblo cada vez que pasa la máquina barredora», señala otro de los doce propietarios de viviendas afectados, a los que hay que añadir dos locales comerciales.

Los propietarios advierten del peligro de hundimiento en la acera

Los vecinos del número tres de la céntrica plaza José María González Trevilla, conocida popularmente como Pequeñeces, remitieron al Ayuntamiento en 2016 un informe técnico que concluye que los graves daños estructurales que sufre el inmueble, son debidos al desgaste ocasionado en la cimentación por una fuga en la red de abastecimiento de agua. Los propietarios también advirtieron entonces al Consistorio de que debe tomar medidas urgentes para evitar hundimientos en la acera, por la que pasan a diario cientos de viandantes.

Expediente

Como consecuencia de un desprendimiento de cascotes en la fachada del edificio en agosto del año anterior y sendos escritos remitidos por la Policía Local y un vecino del inmueble a la Alcaldía, ésta decretó la apertura de un expediente requiriendo a la comunidad de propietarios a que adoptase con urgencia las medidas correspondientes para evitar riesgos a los viandantes. Además del desprendimiento, aparecieron grietas en la fachada y los pisos de una parte del edificio.

Los vecinos respondieron con el montaje de una marquesina para evitar la caída de cascotes a la vía pública y la petición de un informe técnico para analizar las causas de los daños estructurales en el inmueble, antes de proceder a cualquier reparación. Ya advertían entonces los propietarios al Consistorio que las causas se encontraban en el subsuelo y que no se trataba, como indicaba el decreto de la Alcaldía, de patologías propias del edificio.

Personal de la empresa municipal encargada del servicio integral del agua (Aguas Torrelavega) habían realizado antes, en los meses de julio y agosto, la reparación de una importante fuga de agua en la boca situada justo a la entrada de la peluquería instalada en un bajo del inmueble. «Casualmente -señalaban los vecinos en un escrito remitido a la Alcaldía-, el registro indicado se encuentra junto al pilar que pudiera estar afectado, dado que todas las grietas interiores están a la misma altura, es decir, junto al pilar que transcurre junto a la tubería reparada recientemente».

Informe técnico

Sin conocer todavía el resultado del informe técnico, los propietarios ya solicitaron entonces que Aguas Torrelavega estudiase con detalle las obras realizadas. Finalmente, en enero de 2017 llegó a poder de los vecinos el informe técnico, realizado por la empresa Sonigeo, y las conclusiones eran claras: «La causa de las patologías que se observan en la cimentación del edificio son debidas al colapso del suelo sobre el que desplanta una de las zapatas, desencadenado por el aporte de agua procedente de la fuga de una tubería de abastecimiento ocurrida en el verano de 2016 en las inmediaciones de la misma».

La comunidad remitió al Ayuntamiento las conclusiones del estudio y el importe de las primeras facturas (13.064 euros). Respecto a las obras de refuerzo de la cimentación que recomendaba, los vecinos solicitaron diversos presupuestos y las ejecutaron en los primeros meses de este año. Casi todos los propietarios de pisos y uno de un bajo (la peluquería) han acreditado daños estructurales.

En el número 34 de la calle José María Pereda se produjo un caso similar, que terminó en los tribunales y se resolvió en 2017. Un juzgado de Santander declaró responsable al Consistorio y a una empresa de seguros en el 80% de la cantidad reclamada (50.402 euros).

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