Beatriz, Lines, Nuria y Sonia posan sonrientes en la entrada de Calzados Zagalín. Luis Palomeque
Zagalín cierra después de medio siglo
Torrelavega ·
El emblemático comercio de la calle Mártires ha calzado a varias generaciones de torrelaveguenses | La familia que regenta el negocio quiere afrontar otros retos después de haber dado «el 100%» en su tienda, una de las más populares de la ciudad
Ni siquiera la alegre música navideña que suena estos días en la confluencia de las calles Mártires y Conde Torreanaz mitiga la tristeza del adiós ... a un comercio emblemático en Torrelavega, Calzados Zagalín, que cierra después de más de medio siglo de actividad. La familia que regenta el negocio quiere afrontar otros retos personales después de haber dado «el 100%» en su tienda, una de las más populares y que mejor funcionan en la ciudad, pese a la crisis general en el pequeño comercio.
Avelina Pérez Cabarga, conocida por todos como Lines, recuerda que todo empezó cuando su marido, Carlos García, dejó el fútbol. Jugó en Primera División en equipos como el Osasuna y el Levante, y terminó retirándose en los años sesenta en aquella histórica Gimnástica de Segunda División. Carlos y Lines se casaron y abrieron su primera tienda a pocos metros de la actual, en otra esquina de la calle Mártires, corazón comercial de la ciudad.
Lines dice que los primeros años fueron «duros», pero después el negocio no paró de crecer. «Llegamos a trabajar en la tienda cinco personas. Nos íbamos para casa muy cansados, pero contentos», afirma. Eran otros tiempos: «En Torrelavega se movía el dinero, venían las señoras con cuatro o cinco vestidos y se llevaban zapatos para todos. Calzados Zagalín se convirtió en una referencia y vendimos para toda Cantabria e incluso fuera de ella. Los sábados nos esperaba la gente en la calle. Regalábamos globos, pinturas, cuentos, balones...».
Cambiar de vida
Lines, ya jubilada, dice que cerrar ahora la tienda es «un crimen» por lo bien que funciona, pero reconoce que todo cambió hace más de una década, cuando a su marido le diagnosticaron alzheimer, una enfermedad que ha truncado los sueños de futuro de la pareja. Por eso entiende que sus hijas, Nuria y Beatriz, hayan decidido cambiar de vida. Lo peor es que desde que colgaron hace unos días el cartel de 'Liquidación por cierre' se pasan el día llorando por los testimonios cariñosos de los clientes. «No olvides que hemos calzado a varias generaciones de torrelaveguenses», señala.
Carlos y Lines abrieron la tienda en 1968 y el negocio se convirtió en una referencia.
Su hija mayor, Nuria, se esfuerza en explicar que no cierran por la crisis en el pequeño comercio: «En los negocios hay que dar el 100% para que funcionen y nosotros lo hemos hecho siempre, por eso hemos llegado hasta aquí, somos de los que mejor funcionan en Torrelavega, pero ya no me quedan fuerzas. Estoy cansada y no quiero que me pase lo que le ha pasado a mi madre con la enfermedad de mi padre. He vivido para trabajar y ahora quiero trabajar para vivir».
Nuria indica que cerrarán en los próximos meses, cuando terminen de liquidar lo almacenado, y después alquilarán o venderán el local como hicieron con el primero. Calzados Zagalín vende calzado de niño y comparte local con Lina Cabarga, un espacio destinado a calzado y ropa de mujer. Nuria agradece las numerosas muestras de cariño que están recibiendo por parte de los clientes, que en algunos casos lo son desde que abrió el negocio en 1968. «La gente está apenada, disgustada porque nos vamos. Hasta los representantes, que nos tienen como una referencia, no se terminan de creer que cerramos y se resisten a anular los pedidos», resalta.
Finalmente, lanza un mensaje de esperanza para el pequeño comercio, afectado por los cierres en las últimas décadas, principalmente por la competencia de las grandes superficies, la falta de aparcamiento y la llegada de internet. «No es un problema solo de Torrelavega, es general. Todo cambia y a gran velocidad, ahora hay muchas exigencias y la competencia es brutal, pero si luchas mucho, si trabajas duro y te involucras al máximo, sí que se puede salir adelante», concluye.
Es mediodía y Lines y su hija mayor apenas pueden atendernos porque no deja de entrar gente a la tienda. Es Navidad, época de fiestas y regalos. El negocio funciona, pero ellas insisten en que necesitan dar un giro a sus vidas y no se cansan de repetir su agradecimiento a las muchas personas que se acercan a ellas «hechas polvo» para despedirse. Después de 52 años, Calzados Zagalín deja una profunda huella en el ahora alicaído comercio local y algunos clientes «de toda la vida» no terminan de creerse que este negocio de referencia también diga adiós en el centro de la capital del Besaya.
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