Los implicados utilizaban su cuerpo para introducir droga en El Dueso

Dieciocho de los 52 detenidos en la Operación Berria eran internos que cumplían condena en el Centro Penitenciario El Dueso. En el operativo, la Guardia Civil ha intervenido 1.000 dosis de heroína, 315 gramos de hachís y casi 2.500 euros en metálico. El importe de las transferencias bancarias realizadas a beneficio de los cabecillas de la red ascendía a casi 50.000 euros. Los implicados utilizaban su propio cuerpo -el recto o la vagina- como vehículo para introducir la droga en el recinto, durante las comunicaciones 'vis a vis' o durante el regreso de los permisos de fin de semana.

Estos son algunos de los principales detalles aportados ayer por el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, con relación a la información adelantada la víspera por este periódico, en la que se daba a conocer la desarticulación de una red de tráfico de droga en la que estaban implicadas 52 personas.

Ayer, Agustín Ibáñez compareció en rueda de prensa acompañado por el jefe de la Guardia Civil en Cantabria, coronel Justo Chamorro; por el responsable del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) en la región, teniente Luis Miguel Cerrada; y por el director del Centro Penitenciario El Dueso, Carlos Fonfría.

A todos ellos les felicitó. «Han dado un buen ejemplo de su labor», dijo. «Nunca en España -nunca en una prisión española- se había actuado con tanta profundidad», aseguró, tras lo cual felicitó tanto a los agentes de la Guardia Civil por sus investigaciones como a los funcionarios de prisiones por la colaboración prestada.

Transferencias y giros

Los hechos narrados por Agustín Ibáñez coinciden literalmente con el relato adelantado por este periódico en su edición del viernes. Identificados tres reclusos como posibles traficantes en el interior de la cárcel, las primeras investigaciones condujeron al descubrimiento de sus principales conexiones en el exterior. La droga era introducida en el recinto penitenciario utilizando como vehículo el propio cuerpo: el de algunos familiares durante las comunicaciones 'vis a vis' o el de los mismos reclusos durante sus salidas al exterior para disfrutar de permisos de fin de semana. Algunas entregas también se realizaron mediante lanzamientos desde el exterior, aunque el cauce principal era la puerta de acceso al recinto penitenciario.

El seguimiento de las actividades de los sospechosos condujo a detectar una serie de transferencias bancarias y giros postales con destino a las mismas cuentas corrientes. Con ellos se materializaban los pagos a la trama que distribuía la droga en el interior de la cárcel. Para abrir estas cuentas se utilizaron a terceras personas, que a su vez encontraron la colaboración de otras. La Guardia Civil tiene constatadas 208 transferencias bancarias y 143 giros postales.

Toda esta red es la que ha conseguido desmantelar la Guardia Civil a lo largo de todo un año de investigaciones.

Quince internos de El Dueso

De las 52 detenciones, en Cantabria se han producido 20. Quince de estas personas cumplen condena en El Dueso. Otra detención se ha producido en Cádiz. Otra más en Las Palmas de Gran Canaria. También se han identificado como posibles integrantes de la red a tres reclusos que, habiendo pasado por El Dueso, cumplían condena en la actualidad en las prisiones de Dueñas (Palencia), León y Villanubla (Valladolid).

El desmantelamiento de la red se ha saldado también con la incautación de droga en un quiosco y un piso de Santander, así como en un establecimiento de hostelería en Solares.

«La operación está cerrada, pero nunca se descartan más detenciones», advirtió el delegado del Gobierno en Cantabria. «Que no duden los traficantes que, acabada una operación, empieza otra», añadió el coronel Justo Chamorro. Luis Miguel Cerrada ofreció datos acerca de la situación en que se encuentran los implicados: «Hay 18 internos que continúan en prisión; ocho más que han ingresado en prisión; y otros se encuentran sometidos a medidas restrictivas de la libertad o están en libertad con cargos».

Como valoración final, Agustín Ibáñez destacó que el volumen de la droga incautada y la cuantía de dinero «quizá es lo menos importante en un centro penitenciario». Lo importante es que la operación no sólo es la de mayor envergadura de cuantas se han desarrollado en El Dueso, sino probablemente, a efectos penitenciarios, en toda España.