«La presencia de ETA no me intimida, ni aquí ni en ninguna otra parte»
«Ofrezco mi dedicación y mi entrega a un trabajo que sirva para que los ciudadanos de Cantabria puedan sentirse seguros cada día»
NACHO GONZÁLEZ UCELAY
Miércoles, 31 de octubre 2007, 13:27
Se ha convertido, sin pretenderlo, en un icono de su institución. Lo es para ellos, 48.000 hombres nunca acostumbrados a ver a una mujer entre jefazos, y para ellas, 4.000 mujeres nunca esperanzadas con poder disfrutar algo así. Pero, sobre todo, para sí misma, para aquella jovencita salesiana que queriendo ser una buena 'poli' decidió dejar el recado en casa, coger su perseverancia y emprender un camino de casi 27 años -y veintisiete mil adversidades- que le ha valido la pena caminar. Ya es una buena 'poli'. La mejor. Porque ha llegado donde nunca otra mujer había logrado llegar. Lo dicho. Un icono.
-Es la primera mujer que consigue llegar a jefe superior de Policía. De haberlo sabido, ¿hubiera preferido ser la segunda?
-¿Por supuesto que no! Hubiera preferido ser la segunda si eso significara que hay más antes que yo, pero como hay tan pocas mujeres en la Policía... O me tocaba a mi o le tocaba alguna de las otras siete que hay.
-La ha liado buena
-¿Yo? No. Yo sólo estoy haciendo mi trabajo.
-Ya, pero ¿qué opina de esto?
-Comprendo que sea noticiable, pero para mi no es lo importante. Lo importante es que la mujer está llegando ya a todos los puestos de responsabilidad dentro de todos los ámbitos de la sociedad, no sólo en la Policía.
-¿En qué cree que ser mujer puede ayudarle?
-En una profesión como la mía no deberíamos hacer esos distingos. Creo que ni debe ayudarme ni debe perjudicarme.
-Me ha pisado la siguiente pregunta
-Mis características personales, como las de cualquier compañero, serán mejores o peores para desempeñar un tipo de trabajo u otro, pero que sea mujer no debería perjudicarme.
-El director general de la Policía ve en usted «un símbolo». Eso es un elogio... y una responsabilidad
-Ser la primera mujer que llega a jefe superior de Policía supone ser un punto de referencia para que el resto de las mujeres que están en el Cuerpo Nacional de Policía sepan que pueden llegar lejos. Eso es indudable.
-Mire hacia atrás. ¿Qué ve?
-Veo una Policía que ha evolucionado en los últimos 25 años a una velocidad rapidísima, adaptándose a las circunstancias sociales como pienso que ninguna otra organización lo haría; sobre todo desde el punto de vista tecnológico y formativo.
-Y ahora gire la vista al frente y dígame, ¿qué ve?
-Una sociedad, la cántabra, que quiere a la Policía.
-¿Detecta la envidia?
-No, pero sí estupor. No resulta fácil ver ascender a una mujer.
-¿El recelo?
-No, en absoluto.
-¿El miedo?
-Miedo no, pero sí preocupación por defraudar las expectativas que han depositado en mi.
-Le prometo que va a ser la última. ¿Ser jefe de Policía y ser mujer es ser doblemente sensible con los delitos relacionados con la violencia de género?
-No lo creo, pero sí es verdad que, precisamente porque los demás entienden que debería ser así, que debería tener mayor sensibilidad, yo acepto mayor responsabilidad a ese respecto.
-Está ese patio revuelto, ¿verdad?
-Pues parece que sí.
-Supongo que no tiene usted la fórmula mágica, pero...
-... Si la tuviera la patentaba ahora mismo...
-...¿Cuál es el camino?
-Hay mucho que trabajar todavía. Ese es un problema que debemos acometerlo entre todos y desde todos los puntos de vista. Es que... es un asunto tan multidisciplinar que no es fácil.
Primeras sensaciones
-¿Ya se ha trazado objetivos?
-El primordial es que Cantabria siga siendo una región segura.
-¿Qué le ha pedido a sus hombres y mujeres?
-Trabajo y lealtad a la sociedad, que es para quien trabajamos.
-¿Y qué le pueden pedirle a usted los ciudadanos?
-Mi dedicación y mi entrega a un trabajo que sirva para que ellos puedan sentirse seguros.
-¿Ya sabe a qué tipo de delincuencia se va a enfrentar?
-Sí, ya la conozco.
-¿Qué es lo que más le preocupa?
-Exterminar los 'puntos negros' de venta de drogas y prevenir su consumo en los centros escolares y su entorno, aunque me consta que eso está bien encarado desde hace tiempo.
-A su antecesor, Carlos Rubio, le daban dolor de cabeza los multirreincidentes. Decía que quitando de la calle a cuatro o cinco los índices delictivos iban a dar un bajón. ¿Lo tendrá en cuenta?
-Sí, pero la multirreincidencia es un problema generalizado.
-Y el terrorismo
-A todos nos preocupa, tanto el autóctono como el internacional. Por eso no debemos bajar la guardia. Ni aquí, en Cantabria, ni en cualquier otro lugar
-¿Le intimida la presencia de ETA en Cantabria?
-No, ni en Cantabria ni en ninguna otra parte.
-¿Y la delincuencia de importación?
-Menos todavía.
-Que tenga suerte.
-Siempre es bienvenida.
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