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V. MILLÁN URQUIJO
Jueves, 10 de julio 2008, 10:31
Después de dos horas de recorrido por las calles Cervantes, Jesús de Monasterio, Rubio, Isabel La Católica, Magallanes, Florida y Gravina, el análisis fue rotundo: «aún queda mucho por hacer». Esta es la conclusión de Merce, de 39 años, con parálisis cerebral de nacimiento. A pesar de que se «está cambiando», sigue siendo muy difícil el acceso a determinados sitios. No sólo los rebajes de las aceras están mal, sino que en muchos casos ni siquiera existe un paso de peatones por lo que la gente tiene que cruzar entre los coches. Esto puede ser más fácil para alguien capacitado al cien por cien, pero se complica mucho para aquellas personas que van en una silla de ruedas, para las madres con el carrito del niño o incluso para quien lleva un carrito de la compra.
Cocemfe-Cantabria, la federación que agrupa a las personas con discapacidad, inició ayer las jornadas de calle en Santander. Desde hoy y hasta el 30 de julio se abordarán trabajos de campo también en Torrelavega, El Astillero y Camargo.
A pesar de los esfuerzos que se están haciendo desde el Ayuntamiento de Santander sigue habiendo muchas calles donde esta gente no tiene acceso, pues es preferible dar una vuelta más que tener que cruzar la calle con el riesgo que ello conlleva.
Invasión de aceras
Coches y camiones aparcan en las aceras e invaden pasos de peatones. «El resto aparca mal y no es mi culpa, así que dejo el camión donde puedo», decía ayer un conductor que estaba invadiendo, en el cruce de Magallanes con Florida, el único rebaje que existe.
Durante el recorrido, Rosa Tejedor, trabajadora social de Cocemfe, ha colocado tarjetas en los coches que se encontraban mal aparcados y obstruyendo el paso de carritos, sillas, etc.
Esta iniciativa dará comienzo de manera generalizada en septiembre, cuando se repartirán tarjetas en formato pegatina a todo el que las solicite. Con esto se pretende concienciar tanto a los que las vean puestas en sus vehículos como a los que las colaboren en su colocación.
Existen pocos pasos donde los rebajes cumplan los requisitos, puesto que aunque deben medir de ancho lo mismo que las rayas blancas, en la mayoría de los casos no llegan ni a la mitad.
También se ha podido ver que las aceras no son lo suficientemente anchas. Las de nueva construcción deben medir como mínimo 1'80 metros y las otras 1'50 metros, siendo la anchura mínima 1'20 metros. Por ejemplo, en la calle Rubio, a la altura de la zapatería El Encanto, no pueden pasar dos sillas o cochecitos a la vez, por lo que uno de ellos tiene que invadir la calzada para pasar. La anchura de esta acera no cumplía ni el mínimo.
A la estrechez de las aceras se le suman los obstáculos. Por ejemplo, en la calle Rubio con Isabel la Católica las bases de los alcorques plantados entorpecen el paso. En algunas de estas calles se han observado las obras que se están realizando para la eliminación de bordillos, pero siguen sin ser suficientes puesto que, a pesar de las campañas realizadas, no cumplen los requisitos mínimos. En Cocemfe se trabaja en especial con niños y jóvenes, que son los que el día de mañana ocuparán los altos cargos de los que dependen estas nuevas iniciativas. por la mejora del acceso. «Lo que consigamos hoy quedará para los que vengan detrás».
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