La surada en la bahía causó daños a más de medio centenar de barcos

La fuerte surada del viernes se cebó, sobre todo, con las embarcaciones que había fondeadas ante el Real Club Marítimo de Santander. Ayer sábado no había aún un balance real del número de embarcaciones averiadas ni del dinero que importan esos daños. Es la hora de los peritajes de los seguros y los propietarios de veleros y motoras guardan, cómo es lógico, un prudente silencio.

Se calcula que unas sesenta embarcaciones, entre veleros, motoras y botes, resultaron afectados en mayor o menor medida, según fuentes de socios del Club. La peor parte se la llevaron los veleros, cuya obra muerta opone más resistencia al viento. Un par de ellos rompieron el palo. Otros sufrieron daños en el casco. Ayer, aprovechando la calma, una zodiac del Marítimo fue llevando a la rampa de Puertochico los botes que se hundieron la víspera. El remolque se hizo con las embarcaciones a media agua, luego sus propietarios les achicaron el agua y revisaban los motores fuera borda. Sólo en un caso hubo necesidad de un buzo profesional del propio club. «A Dios gracias no se ha perdido ningún barco, no hay ninguno desaparecido», dijeron esas mismas fuentes.

Mientras tanto los dos heridos siguen recuperándose. La mujer de 45 años que fue alcanzada por unos tablones y unos cascotes en la confluencia de Hernán Cortes y Puertochico se reponía en su casa y el marinero del Marítimo que se lesionó una mano con un chicote y hubo de ser intervenido por el doctor Piñal en la Mutua Montañesa se encontraba mejor, aunque seguía hospitalizado.

El pantalán que la Autoridad Portuaria ancló este verano paralelo al muelle de Calderón, entre el Marítimo y el Palacete del Embarcadero tampoco resistió la fuerza del oleaje y resultó destrozado.

Protección Civil recibió el viernes 185 llamadas de emergencia.