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Asunción Redolat, de 78 años, fue atendida en Sierrallana de sus lesiones en un brazo. / Sane
Hoy regreso a valencia

«Fue un golpe seco, como una explosión... pensé que habían muerto»

La piedra que cayó encima del un autobús en el Desfiladero de la Hermida, rompió el techo y casuó heridas a cuatro personas

Sheila Izquierdo

Viernes, 19 de octubre 2012, 13:49

«Fue un golpe seco, como una explosión. Miré a mi izquierda y al ver a aquella señora con los ojos cerrados y el techo del autocar todo abierto por encima, pensé que estaba muerta. Me puse a rezar». El testimonio de Asunción Redolat, una de las 48 personas (46 viajeros, el chófer y una guía) que iban a bordo del autocar que recibió el impacto de una piedra que se desprendió en el Desfiladero de la Hermida, refleja el susto que vivieron los excursionistas procedentes de Valencia.

Los viajeros, llegados desde Valencia e integrantes de la excursión organizada por la Asociación de Jubilados de Bancaja, jamás se imaginaron que su viaje de cinco días a la región les iba a dejar tan mal sabor de boca y un recuerdo grabado tan a fuego en sus retinas. «Dantesco», lo describen algunos. Y es que, el recorrido previsto para el último día de su estancia por Cantabria llegaron el pasado domingo sufrió un imprevisto: una piedra caída del cielo, que burló las redes de seguridad colocadas en el Desfiladero, se cruzó en su camino. El resultado, cuatro heridos y al menos seis personas con pequeños cortes.

A primera hora de la mañana, el grupo de valencianos, el chófer y la guía dejaron el hotel Torrelavega en el que se hospedaban para subir en el autobús que les llevaría a Santo Toribio de Liébana, Potes, el Centro de Interpretación de los Picos de Europa y San Vicente de la Barquera.

Algunos conocían estos lugares, para otros era la primera vez. Cuando circulaban por el Desfiladero de la Hermida (la carretera nacional 621), en el punto kilométrico 161.9 y a «poca velocidad», según el chófer, una gran piedra del tamaño de una «mesita» rebotó sobre el techo del vehículo para salir despedida pendiente abajo. «Sonó un golpe fuerte, como una explosión. Mi compañero frenó en seco y lo primero que se me vino a la cabeza fue que había sido un pinchazo. Pero ya cuando la gente comenzó a gritar, me giré y vi lo que había pasado», comenta Guadalupe Díaz, la guía que iba en la parte delantera.

El techo se vino abajo

El impacto provocó que el techo del autocar se viniera abajo y cayera sobre una pareja que iba sentada justo debajo y rozara a otras dos mujeres que iban próximas a ellos. «Yo iba a la derecha del matrimonio y tenía apoyado el brazo izquierdo en el reposabrazos del asiento. Pensé que había sido una bomba y de repente todo se llenó de humo. Me pilló el brazo. Podía moverlo bien. Pero miré al matrimonio y vi a la señora inconsciente. Pensé que estaba muerta», decía Asunción nada más salir del hospital Sierrallana donde fue atendida de un fuerte hematoma en su brazo. Y es que, el hombre y la mujer de su izquierda, fueron los peor parados. Sufrieron varias lesiones craneoencefálicas, por las que tuvieron que recibir puntos de sutura en el hospital Sierrallana, donde todavía se recuperan de las heridas.

Pero no fue sólo el techo. Dos cristales de la parte izquierda del autocar estallaron y las pequeñas virutas salieron disparadas como proyectiles, ocasionando pequeñas heridas y cortes leves en al menos otros seis pasajeros. De hecho, para muchos lo peor de aquel infierno fue ver los heridos, a la gente llorando y asustada. «Mi marido estaba sangrando por la cabeza», comentaba María Mafé, ahora con collarín y el brazo vendado que reconoce que fue «un susto horrible» .

Tras recibir el aviso, se desplazaron la Guardia Civil de Torrelavega y una ambulancia del 061, que dio traslado a los dos heridos más graves al hospital torrelaveguense. Por casualidad, otro autobús de línea regular que operaba en la zona se cruzó con el accidente y accedió a llevar al resto de heridos al centro de salud La Hermida. «A regañadientes. Fue una falta de humanidad tremenda por su parte», decía indignado otro pasajero y presidente del colectivo, Luis Antonio Tena.

Todavía con el susto en el cuerpo, los integrantes de la excursión regresarán a primera hora de la mañana de hoy a Valencia. El matrimonio, en cambio, se quedará en observación.

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