Un hombre vuela sobre la bahía de Santander

Parece una escena de un film de superhéroes. Un deportista emerge a propulsión de las profundidades del mar y tras 'volar' unos segundos a más de cuatro metros de altura (los profesionales hasta 20 metros), vuelve a sumergirse. Se llama 'flyboard' y es el nuevo -y demandado- deporte acuático.

Esta modalidad deportiva se creó en 2011, se comenzó a practicar en 2012 y ya ha llegado a Cantabria. Antonio Ribalaygua, director de Pro Flyboard, es uno de los precursores de esta actividad en la región que pasará este verano por Santander, Laredo, Comillas, Somo y Noja. Lo más divertido es hacer delfines. Es increíble la sensación de estar volando, explica Ribalaygua.

El 'flyboard' se compone de una tabla conectada a una moto de agua mediante una manguera gruesa por donde pasa el agua, que sale de la turbina impulsando a gran presión al deportista. Es mucho más fácil de lo que parece. Todos los usuarios consiguen volar en su primera sesión, unos mejor que otros, por supuesto. No requiere fuerza ni condición física, sino equilibrio y, sobre todo, estar cómodo jugando en el agua.