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El juicio arrancó hoy en el Juzgado de lo Penal

"Jamás pondría cebo para matar lobos"

El ganadero de Valdeolea acusado de utilizar un veneno que acabó con la vida de 30 animales se enfrenta a dos años de prisión

EFE

Lunes, 19 de enero 2015, 16:36

El ganadero acusado de envenenar a treinta animales en diciembre de 2011 y enero de 2012, entre ellos once milanos reales, una especie en peligro de extinción, ha afirmado hoy que nunca utiliza veneno en su trabajo y que "jamás pondría cebo para matar lobos".

El fiscal pide dos años de prisión y la inhabilitación para cazar durante tres para J.L.V, por un delito continuado contra la fauna, además de una indemnización al Gobierno de Cantabria por los daños causados.

En el proceso se han personado como acusaciones particulares el Gobierno regional y la Sociedad Española de Ornitología (SEO), que reclama una pena de dos años y medio de prisión, que se le inhabilite para cazar durante cinco y una indemnización de 222.600 euros por las aves que murieron envenenadas.

A J.L.V se le acusa de colocar cebos de carne con "aldicarb", una sustancia muy letal, como han explicado hoy los peritos durante la vista, que era utilizada por los agricultores para acabar con insectos y gusanos en sus cultivos y cuya venta está prohibida desde 2007.

Según la Fiscalía, esos cebos envenenados habrían causado la muerte a once milanos reales, en peligro de extinción; cinco buitres leonados, que figuran en el listado español de especies en régimen de protección especial; un cuervo, siete zorros, cinco perros y un gato.

Durante su declaración en el Juzgado de lo Penal número 3 de Santander J.L.V ha señalado que su ganado, que está a nombre de su mujer, ha sufrido ataques de lobos en las fincas donde pasta, situadas en las localidades de Quintanilla y El Castrillo, por los que no recuerda haber recibido indemnización alguna y que en 2011 los lobos le mataron a más de veinte potros.

Al director general de Montes, Francisco Javier Manrique, que ha testificado en la vista, le constan 18 ataques de lobos ese año en esta zona de Cantabria a ganado de distintos propietarios. A finales de 2011 y antes de que aparecieran los primeros animales envenenados se hizo una batida que acabó con un lobo aunque después hubo más ataques, ha explicado uno de los agentes del medio natural que han declarado.

Una frase desafortunada

Otro agente ha relatado que también antes de que apareciera el primer animal muerto, un perro, el acusado le comentó que haciendo batidas a las diez de la mañana no se iba a acabar con los lobos y que la única solución era el veneno y ha añadido que él pensó que se trataba de "una frase desafortunada".

El protocolo que se sigue en casos de sospecha de envenenamiento se activó el día 24 de diciembre, cuando se recogieron cuatro trozos de carne impregnada con una sustancia granulada de color negro, ha apuntado este agente, quien ha señalado que uno de esos trozos apareció junto a un potro muerto propiedad del acusado.

Dos días después halló unos guantes junto a una bolsa de plástico dentro a su vez de otra bolsa, en los que se han aislado restos de ADN del acusado.

En ese envoltorio, que estaba dentro de una zarza junto a la portilla de una finca que el ganadero tenía arrendada para pasto, había gránulos de una sustancia que después ha sido identificada como aldicarb.

El acusado ha explicado que usa habitualmente guantes para su trabajo diario y que los utilizó para recoger los restos del potro, que estaban en una finca de otro ganadero, quien le había pedido que los retirase porque ya llevaban allí un tiempo. Ha dicho también que cuando desecha los guantes los tira a un cubo situado junto a la portilla, que algunos de los agentes que han declarado no han visto, pero sí el hijo de los propietarios de la finca en arriendo.

Según el ganadero, se le comunicó el hallazgo de su ADN en los guantes pero no se los exhibieron sino que lo mostraron la prueba en una fotografía.

A partir del 23 enero de 2012 no aparecieron más animales muertos en las distintas batidas que se hicieron y se cerró el protocolo.

Según los peritos del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos de Ciudad Real, el aldicarb resulta letal en una dosis muy baja, tiene una acción muy rápida y es uno de los productos más utilizados contra el ataque de los lobos pese a estar prohibida su venta.

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