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V. S.
Jueves, 3 de agosto 2006, 11:10
Benito Huerta hubiera cumplido la próxima semana 70 años, pero no pudo llegar a celebrarlo: murió en la madrugada de ayer, miércoles, de forma súbita, en su casa de La Encina de Cayón. Reconocido abogado, el fallecido también era un histórico de la política regional: fue uno de los primeros senadores de esta comunidad en Madrid, uno de los pioneros en hablar de Cantabria como región, fundador del Partido Regionalista y concejal del Ayuntamiento de Santander con el PSOE.
Su funeral se oficiará hoy, jueves a las doce del mediodía en Sarón. La noticia del deceso generó ayer una gran conmoción, ya que llevaba una «vida normal» y estuvo trabajando «hasta el último día», según indicó a Europa Press la decana del Colegio de Abogados, Victoria Ortega.
Huerta había nacido en la citada localidad del valle de Cayón, del que nunca se desligó, ya que disfrutaba de su tiempo libre en La Encina. El letrado había estudiado el bachillerato en Bilbao y la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid. Ingresó en el Colegio de Abogados de Cantabria en 1961, organización en la que actuó como tesorero y vicedecano.
En el ejercicio de su profesión se convertiría, con los años, en uno de los letrados de mayor prestigio de la región. No sólo era requerida su participación siempre que había casos importantes, sino que también fue el encargado de preparar, en 1991, la querella por la que se juzgó al presidente del Gobierno cántabro, Juan Hormaechea, a quien se condenó por prevaricación y malversación de fondos públicos.
Intensa vida política
También su vida política fue muy intensa durante tres décadas. En 1964 formaba parte de la Democracia Cristiana, desde donde evolucionó hacia posiciones más de izquierda en los años 70, que le conocieron como vicepresidente de Izquierda Democrática. Como senador por Cantabria en la legislatura constituyente representó a Izquierda Democrática, tras concurrir a las elecciones en la Agrupación Electoral Fuerzas Democráticas. En la Cámara Alta, se integró en el grupo Progresistas y Socialistas Independiente.
La efervescencia de los primeros años de la autonomía cántabra la viviría, sin embargo, en el seno del Partido Regionalista de Cantabria, PRC, del que fue fundador junto al hoy presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla. Previamente, formó parte de la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria, ADIC.
Esta fuerte convicción regionalista no fue obstáculo para alejarse del PRC. A principios de los años 80, Huerta se veía más a la izquierda de este partido, lo que le hizo integrarse en el PSOE. Bajo estas siglas se convertiría en concejal del Ayuntamiento de Santander, donde ejerció como portavoz municipal durante tres años. En 1988, Benito Huerta fue distinguido con la Orden del Mérito Constitucional y, tres años más tarde, recibió la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort.
Honrado y excepcional
Pero era el fallecido una de esas personas a las que los méritos de su vida pública no ensombrecían su alta calidad humana. Ni una sola de las personas que ayer hablaron de su trayectoria política o profesional dejó de señalar que el abogado era un hombre íntegro, trabajador, honrado. De los que daba su palabra y la mantenía. De ideas sólidas. Excepcional, muy solidario, Benito Huerta siempre estaba dispuesto a ayudar, como saben bien en su pueblo de origen, donde era muy apreciado. Seguramente, el único consuelo que hoy pueden tener su esposa y sus ocho hijos.
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