Cara 'de época' para salir con Banderas

«No le cortes mucho el pelo, ¿vale?». Pilar, la directora del cásting de extras, se lo dice a la madre de Héctor después de hacerle un par de fotos. Un plano corto y otra de cuerpo entero. El crío tiene seis años y, sin esfuerzo, uno se lo puede imaginar correteando por las calles empedradas de Santillana del Mar en el siglo XIX. «Buscamos a unos treinta niños que puedan encajar en el perfil de una película de época. Pelos naturales, sin cortes muy modernos... Hay niños que tienen una cara como más actual y otros a los que se les puede ver como cara de más antiguos...». Y eso, lo segundo, es lo que buscaban ayer. Figurantes infantiles para la película sobre Altamira que se rodará en Cantabria. Para eso y para acompañar en los títulos de crédito a un tipo llamado Antonio Banderas. Las colas dieron la vuelta al Palacio de Festivales. Tanto, que un grupo de padres mostró su malestar y reclamó ante la organización al quedarse fuera ya por la tarde.

«Hemos llegado a las nueve, más o menos». Papá con la niña. Los primeros de la fila. Justo cuando lo contaba -a eso de las once-, dos de las chicas de producción salieron a repartir números y explicaciones. Autorizaciones, DNI, menores siempre acompañados... Eso, la burocracia, es lo que lleva más tiempo a la hora de buscar chavales. 'Solicitud de autorización para la participación de menores en espectáculos públicos', un formulario. Carta firmada por los padres, otro más. Carta firmada por el menor, nota de protección de datos... Los primeros en entrar tardaron unos veinte minutos en completar el papeleo. Entre las preguntas, un aspecto clave. Altura, peso, color de pelo, de ojos y la talla de camisa, de pantalón, de pie y de chaqueta americana. Saber si se ajustan a ese perfil 'de época' y tomar posibles referencias para los vestuarios.

«¿Todos los niños están acompañados de su papá o de su mamá?». Se lo preguntan al grupo de veinte que entra en la sala del cásting. Si no es así, no habrá prueba. «Os voy a explicar un poquito». Pilar Moya toma la palabra. «Tráeme más bolis, que no nos van a llegar», le dice a Ana, ayudante de producción. Hay mucha gente y tienen previsto estar haciendo pruebas hasta las siete de la tarde. «Esto es para una película que se va a rodar en Cantabria sobre Altamira. Una película de época. Cogeremos a veinte o treinta niños y, después, presentaremos los permisos en la Comunidad Autonóma. Todo este proceso tardará unas tres semanas. Los datos del resto serán destruidos cuando acabe la película». Advertencias para niños y, especialmente, para padres. Y matices. «Se va a seleccionar también a un grupo para una escena en la que salen leyendo un catecismo en inglés -la película se rodará en inglés-». Ahí empezaron las preguntas. «¿Qué nivel?», «¿es sólo leer o hablar?»... Respondieron a esas y a otras. «¿Será en horario de colegio?», «¿cuántos días?»... «El día de rodaje los niños vendrán con los padres. Será por el día, sólo un día, pero no por la noche. Pero no hay fecha, así que sí que podría coincidir un día en horario de colegio».

Las fotos, uno a uno

«Venga, la primera». Es una niña rubia que pone una sonrisa tierna y kilométrica cuando le hacen la foto. A Michelle, una de las siguientes, mamá le hace fotos con el teléfono al tiempo que la responsable del cásting. Un recuerdo. «Es la primera vez que vengo y estoy muy nerviosa», dice la niña de carrerilla. Ella sí sabe que el 'prota' es Antonio Banderas. Héctor no lo tiene tan claro. «Bueno...». Pero ahí está mamá para echar un cable. «Venimos simplemente por curiosidad, pero si tiene suerte y sale con Antonio...». Y así, uno tras otro. Los que ya están en la sala y los que esperan. «Papá, el número postal», dice una niña pegada a un móvil en el vestíbulo del Palacio.

«Y mañana -por hoy- les toca a los mayores. Perfiles de época, señores que se puedan dejar barba o bigote...». Más aspirantes. A redescubrir Altamira, a estrellas por un segundo, a ser 'compañeros' de Antonio Banderas...