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Zona del Panteón del Inglés, un entorno en el que la obra causó especial rechazo entre los vecinos que la patean a menudo.
El nuevo proyecto para la senda costera elimina el 95% del vallado, las traviesas y dos miradores

El nuevo proyecto para la senda costera elimina el 95% del vallado, las traviesas y dos miradores

El Ministerio de Medio Ambiente ha entregado ya un borrador del plan al Ayuntamiento para la segunda reforma de la ruta peatonal

Violeta Santiago

Domingo, 7 de agosto 2016, 08:19

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El borrador de proyecto para recuperar la senda costera está a punto de desvelarse. La Demarcación de Costas de Cantabria se lo ha entregado al Ayuntamiento de Santander y la semana que entra lo conocerán el resto de los afectados. Con este segundo plan se persigue reparar el descontento social que provocó el primero, que -a causa de unas estructuras que nadie esperaba tan visibles- provocó una revolución en San Román, Monte y Cueto, donde llevaban mucho tiempo esperando el acondicionamiento de un camino de 10 kilómetros por la costa norte del municipio.

La propuesta del Ministerio de Medio Ambiente atiende algunas sugerencias de las autoridades locales y otras planteadas por la plataforma vecinal que se constituyó ex profeso para defender esta ruta natural, conocida popularmente como 'Asamblea'. Un resumen de este borrador al que ha tenido acceso este periódico asume que se pueden eliminar el 95% de las barandillas que se instalaron: había tres kilómetros y solo se mantendrán 150 metros. Pero, además, este resto se cambiará para que la tipología sea «más amable», «más diáfana» y ubicadas únicamente en aquellos lugares en que esté justificado por la peligrosidad. También se arrancarán el 100% de las traviesas de madera que tanto ofendían a los usuarios y se retirarán dos de los miradores: el que está cerca del campo de fútbol de Cueto y el del Bocal. Aunque la plataforma vecinal exigía la retirada de todos los miradores y pasarelas, de modo que este punto puede ser el más controvertido, ya que con el proyecto original se construyeron siete estructuras (dos pasarelas, dos miradores y tres pequeños pasos) que rápidamente fueron discutidos.

El Ministerio, en este caso, enlaza su propuesta con la del Ayuntamiento. Pretende mantener la pasarela junto al Puente del Diablo porque el terreno natural tiene un trazado difícil y aboga por conservar tanto la que salva una grieta -porque sin ella el paso se considera de riesgo- y las del Oceanográfico, también por motivos de seguridad, porque va por encima de unas conducciones del Instituto. Tampoco se estima conveniente actuar sobre el dique del molino de marea existente, puesto «que ya existía y con la actuación realizada se ofrece mayor seguridad».

En el proyecto se prevé, por otra parte, ajustar el diseño de la ruta en varios puntos, algunos solicitados por el Ayuntamiento y otros por la Asamblea para la Defensa de la Senda Costera. Y, en el lado medioambiental, todo el plan pasa por las recomendaciones elaboradas por la SEO/BirdLife, cuyo informe (contratado por el Consistorio) se añade a un proyecto y actuará de guía para «regenerar los suelos y erradicar la flora invasora» al tiempo que «recupera los hábitats naturales». En este punto, tanto la plataforma como los responsables municipales habían señalado la necesidad de recuperar los suelos dañados y resolver los problemas de erosión para que no aumentara el proceso de pérdida de la cubierta vegetal.

Con la propuesta actual se ha buscado, por otro lado, la total sintonía con el Plan de Sendas de la Comunidad Autónoma que fue un punto muy reclamado por la Asamblea.

Reunión esta semana

Todos estos extremos se revisarán a finales de esta semana en el seno del grupo de trabajo en el que participan Costas, el Ayuntamiento y el Gobierno de Cantabria junto a asociaciones vecinales, la plataforma de Defensa de la Senda y todos los grupos políticos municipales. De esta mesa tendrá que salir un consenso que durante los dos últimos años no ha sido posible.

Desde que saltó la polémica, al final del verano de 2014, el Consistorio siempre sostuvo que valdría con que se reparasen algunas actuaciones que consideraba más dañinas. Pero la Asamblea también siempre ha contestado con que aspira a una solución de máximos: devolver la senda a su estado original e iniciar todo el proceso de cero. La plataforma vecinal ha pedido insistentemente un plan de usos de la zona para que se regulen las actividades que se pueden llevar a cabo en su entorno y las que no.

Se abre un nuevo capítulo, muy esperado, para la zona

  • De ida y vuelta

  • El día que empezó la obra para acondicionar la senda costera era 28 de febrero de 2014 y El Diario Montañés escribió este titular «Vecinos y senderistas elogian la senda entre Cabo Mayor y la Virgen del Mar». Este optimismo del primer día, al que se sumaron portavoces vecinales y miembros de organizaciones ecologistas no tardaría en agriarse para todos. En cuanto se empezaron a ver los primeros resultados del proyecto sobre el terreno, el lamento fue general. Nadie entendía por qué unas obras que se habían intuido leves sobre los papeles se convertían en graves al pasar al terreno. La protesta ciudadana, a la que se unieron las instituciones, hizo recular a la Administración central, que dejó en suspenso la obra ocho meses después de iniciarla, en octubre. Tuvo que iniciar luego un complejo proceso para resolver el contrato con Dragados y liquidarlo, tras lo cual los técnicos iniciaron la redacción de una propuesta que pasara el filtro de los santanderinos, que no querían estructuras agresivas en un paraje natural. Ahora se abre un nuevo capítulo para la senda costera, con el segundo proyecto, largamente esperado.

Pero solo si se llega a un acuerdo entre las partes, el Ministerio, responsable último del proyecto, dará por cerrado el borrador, lo elevará a categoría de proyecto y volverá a contratar su ejecución. El primero, unánimemente rechazado, costó casi un millón de euros.

Se está cumpliendo, de esta forma, lo afirmado por la ministra en funciones, Isabel García Tejerina quien, el pasado abril, en una entrevista con El Diario Montañés, adelantó los movimientos que se van a propiciar a partir de ahora. Tejerina dijo que su departamento plantearía «una propuesta», que se haría llegar al Consistorio y que ésta sería la institución encargada de hacer todas las consultas. Literalmente señaló: «Lo primero será mandar el borrador al Ayuntamiento. Será él quien lo mueva para que se consensúe con la comunidad autónoma y los vecinos. Lo importante es dejar una senda que cumpla las expectativas de la mayoría. Habrá que buscar el proyecto que concite más consenso».

La ministra insistió en este punto al decir que el Gobierno iba a retomar la senda y solo consideraría «definitiva» la proposición «cuando tengamos la tranquilidad de que con ella satisfacemos a los ciudadanos», porque el arreglo del camino se acometió para su disfrute.

En el proyecto que ya maneja el equipo de gobierno del Consistorio se propone separar cada 20 metros los hitos de madera que marcan el camino que quedan por colocar, así como aumentar la cartelería informativa, tanto la que alerta de riesgos concretos como la que avisa de zonas en recuperación o singulares.

El Ministerio admite varios cambios en el trazado primero. El Ayuntamiento había propuesto cinco y, la Asamblea, un total de 11 (algunos coincidentes con los del municipio). Por ejemplo, se recupera la ruta por el campo de tiro. A la altura del saliente de la Punta de la Mesa se sugiere ajustar el camino a la senda existente. En las inmediaciones del campo de tiro se quiere limitar el acceso mediante la instalación de una escollera y se limitarían los accesos en otros tres puntos.

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