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MARIO CERRO
Lunes, 2 de mayo 2011, 11:21
La huella que dejó Juan José González Maestro en el Barrio Covadonga fue tan profunda que será imposible olvidar. A 'Juan, el cura', como era conocido por los vecinos este fraile dominico, le falló el corazón hace un año en plenas fiestas. Su funeral se convirtió en una gran manifestación de duelo, pero los vecinos fueron conscientes de que una persona que había estado al frente del movimiento vecinal durante tres décadas era merecedor de un homenaje permanente, «para que su ejemplo perdure en el tiempo». Ayer cumplieron ese objetivo al descubrir un busto de bronce en su memoria, que ha sido sufragado euro a euro por los vecinos y amigos del fallecido.
Fue un día inolvidable. En la iglesia no cabía un alma porque nadie quería perderse el homenaje. Durante la celebración religiosa, oficiada por cinco frailes dominicos, la figura de Juan González Maestro estuvo permanentemente presente. Aunque el momento más emotivo fue cuando se proyectaron una serie de fotografías del fraile dominico, que hizo emocionarse a muchas personas. Tras la misa, llegó el momento de descubrir el busto que ha quedado instalado en una pequeña glorieta al lado de la iglesia, pero antes tomaron la palabra amigos y familiares de Juan. El primero fue el exconsejero del Gobierno de Cantabria, José Luis Gil, quien aseguró que el busto «debe ser referencia para todos los vecinos, en especial, para los jóvenes, para que no se pierda la semilla de reivindicación y de trabajo colectivo y solidario que sembró».
Su mejor legado
El periodista Joaquín Díaz Munarriz dijo que fue una persona que «predicó con el ejemplo» y que el mejor legado que dejó en el Barrio «han sido las personas que se convirtieron a su lado en buena gente, en gente como tú». Un amigo suyo del barrio del Cristo de la Victoria, de Vigo, donde el dominico ejerció su labor pastoral antes de llegar a Torrelavega, otro de su localidad natal de Barruelo de Santullán (Palencia) y un familiar también se sumaron a las palabras de elogio y reconocimiento incidiendo en su carácter «sencillo, generoso y solidario».
La presidenta de la Asociación de Vecinos Besaya, promotora de los actos de homenaje, Marián Cicero, dio las gracias a todos las personas que han colaborado en el mismo y a quienes estamparon su firma para lograr que fuera nombrado Hijo Adoptivo de Torrelavega. Cicero recordó que, junto al busto, se ha colocado una silla que simboliza que Juan «nunca estará solo y siempre permanecerá en el recuerdo».
Tras las intervenciones, se procedió a descubrir el busto, que permanecía tapado con las banderas de Torrelavega y Barruelo de Santullán. Fueron el hermano del fraile, Máximo González Maestro; un amigo de Vigo, Manuel Chao; el directivo más antiguo de la Asociación de Vecinos, Agustín Fernández, y el padre dominico, Eugenio Martínez, los encargados de descubrir el monumento en el que se puede leer: «Juan José González Maestro. Juan. Siempre en el recuerdo. Tus vecinos y amigos».
A continuación, un grupo de niños depositó junto al busto -obra del artista José Antonio Barquín-, varios claveles, mientras sonaba un de las canciones preferidas del fraile, 'Grandola Vila Morena', un himno de la Revolución de los Claveles en Portugal. El acto se cerró con la interpretación del Himno a Cantabria, a cargo del Coro Otoño Musical, del Barrio Covadonga.
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