Sebastián Ceria
El máximo accionista del club, «más que orgulloso» de su plantilla y «sobre todo, de la afición» afronta ilusionado una oportunidad de ascenso mientras insiste en que no conseguirlo no afectará al proyecto
Sebastián Ceria (Buenos Aires, 1965) vive con una ilusión juvenil el hito al que llega su Racing, el cántabro (también lleva en el corazón al ... de Avellaneda) solo dos años después de desembarcar en el equipo. Y lo hace fiel a sus consignas: la del largo plazo, la confianza y la estabilidad. Y con sus dos mantras: abolir el sufringuismo y abolir la incredulidad.
-Una vez llegado a la fase de ascenso, parece muy complicado no pensar, aunque sea por un momento, en un Racing de nuevo en Primera División
-Yo, cuando llegué al club, dije una frase que creo que todo el mundo recordará bastante bien, pero se hizo bastante famosa. Era aquella de 'suspender la incredulidad'. Y en eso sigo: hay que seguir suspendiendo la incredulidad.
-De sus palabras interpreto que sí, que ve al Racing en Primera División en poco más de dos semanas...
-Es cierto que falta mucho, pero una vez llegados a este punto no vamos a perder esa ilusión. Ocurra lo que ocurra, la temporada ha sido sobresaliente y lo que queremos ahora es el diploma de honor. Así que vamos a por él. Claramente.
-De llegar ese ascenso, habrá sido de forma agónica. En una doble eliminatoria, tras clasificarse para la fase final en la última jornada y después de perder una gran renta sobre el tercer clasificado por el ascenso directo. Es decir, transitando ese sufringuismo que tanto desea abolir...
-No, no, no. Es que no es así. Creo que esto es importante entenderlo y explicarlo, porque la gente no entiende la diferencia entre sufrir y sufringuismo. El sufrimiento es el camino hacia la gloria. No existe una forma de alcanzar el éxito sin sufrimiento; de eso estoy completamente convencido. El sufringuismo es otra cosa: es sentirse cómodo en ese estado de ánimo de sufrir. Es decir, sufrir solo por el hecho de hacerlo, y no para conseguir un éxito posterior. Eso es lo que hay que abolir. Sufrir para progresar, para conseguir algo mejor, es algo totalmente lícito en incluso diría más: forma parte del camino. Yo lo que quiero abolir es esa idea o esa forma de entender el Racing en la que la gente se sienta cómoda sufriendo, o que esté esperando a que las cosas salgan mal para poder decir qué sufrida que es y que eso forma parte de la esencia del club.
«Desde el primer momento dijimos que nuestro proyecto es a largo plazo y solo han pasado dos años»
«El racinguismo me ha sorprendido para bien de una manera increíble. Creo que lo hemos alimentado»
«Juntos estamos logrando algo en la sociedad cántabra: unir a la gente bajo una ilusión»
-Su hoja de ruta tenía escrito un ascenso a Primera, pero no en 2025. ¿Costará mantener el clima actual si no llega este mes?
-Desde que llegamos, y ya lo dijimos, nuestro plan y proyecto para el club eran mejorar todo lo posible, y siempre paso a paso, las distintas áreas y dejar a los profesionales hacer su trabajo, porque dentro de este concepto general, la idea de delegación de responsabilidad resulta fundamental. Pero al mismo tiempo había una cosa evidente: no podíamos exigir a Mikel Martija y a José Alberto que hicieran un excelente trabajo con un presupuesto salarial mínimo. Es decir, éramos nosotros quienes teníamos que crear las condiciones necesarias para que ellos a su vez pudieran tener éxito. Eso es lo que hemos hecho y en eso seguimos; en propiciar esas circunstancias. Que hayan tenido o puedan tener ese éxito antes de tiempo o de lo que esperábamos... Muy bien, será bienvenido.
Pero lo único que podemos hacer Manolo Higuera y yo como club era crear esas condiciones óptimas para seguir progresando. Nosotros ni le pegamos a la pelota, ni metemos los goles, ni decidimos quién se ficha o no o quién juega cada fin de semana o no. Eso lo deciden los profesionales y nuestra tarea es propiciar que trabajen en las mejores condiciones posibles.
-Ni a Manolo Higuera ni a usted les gusta que se les llame propietarios del Racing, pero como accionistas mayoritarios: ¿Mantienen aún esa tesis que han sostenido hasta ahora de que si no se asciende este mes de junio no pasa absolutamente nada?
-Pues claro que no. Desde el primer momento dijimos que este es un proyecto a largo plazo, solo han pasado dos años y eso nunca puede llamarse proyecto a largo plazo. Estamos construyendo algo y no puede ser que por el resultado de un solo partido o de una eliminatoria se tire por la borda un proyecto integral y que trabaja a mucho tiempo vista. Hay que seguir trabajando, y si este año no se nos dan los resultados para ascender a Primera División, habrá que hacerlo todavía más duro el año que viene para conseguirlo. Y si tampoco es posible, de nuevo no pasará nada; ya se nos dará a la temporada siguiente. Y así sucesivamente.
Nuestro proyecto significa trabajar en la cantera para tener mejores jugadores jóvenes, trabajar con contratos a largo plazo del equipo, pero también del míster y del director deportivo. Esas son las cosas que estamos haciendo. Porque creemos en el proyecto a largo plazo y creemos que trabajando de esa manera al Racing le va a ir muy bien. Después, si se nos da antes somos los primeros que vamos a estar felices, a festejar y a saltar, pero no podemos planificar de esa manera.
-¿Ha tenido oportunidad de hablar con el vestuario; de transmitir algo a los jugadores?
-Sí, siempre. Al terminar el partido contra el Granada fui al campo, me abracé con muchos de ellos y les dije que estaba muy contento con lo que habían hecho y por todo lo que habían dado. Estoy tan, tan orgulloso de nuestros jugadores, de nuestro cuerpo técnico, de todos los empleados del club y, sobre todo de la afición... Con otro que me saludé, y el otro día he visto la entrevista que le habéis hecho, fue con el socio número uno, con Mauricio -Gómez-. Se acercó al banquillo de los jugadores y estaba claramente llorando. Me acerqué a él, porque él y yo tenemos una relación muy buena, y le dije: 'Mauricio, ¿viste que se puede?'. Estábamos emocionados.
Para mí es muy especial ese orgullo de las generaciones de socios más antiguos y el de los niños. ¿Viste la alegría que tenían los niños; cómo gritaban en el estadio y la felicidad que transmitían? Estoy más que orgulloso de nuestros chavales, que ante todas las dificultades, ante todas las cosas que se hicieron, se dijeron o de lo que pasó, siempre se lo creyeron; siempre luchando. Yo no siento más que orgullo todos los días. Siempre estuvieron ahí.
-Conocía Santander desde hace décadas. Y también el Racing. Pero lo conocía y a la vez no. ¿Podía imaginarse esta pasión?
-No; el racinguismo me ha sorprendido para bien de una manera increíble. Era algo... ¿cómo le diría? Que estaba dormido. Yo creo que hemos tenido un gran rol en despertarlo; no en crearlo, por supuestos, pero quizá sí también en alimentarlo. En alimentar esa ilusión. Queremos trabajar con los niños y con todos los aficionados para que se sientan orgullosos de su Racing.
Y me ha sorprendido también porque he visto que suspender la incredulidad y abolir el sufringuismo es más difícil de lo que me creía, pero bueno. Hay racinguistas que se resisten, pero yo voy a seguir peleando.
-¿Cuántas veces a la semana le dice Manolo Higuera: '¿Ves por qué había que invertir en este equipo?'
-No hace falta que me lo diga, porque se lo digo yo a él todo el tiempo: De todas las cosas que he hecho en mi vida, esta es la que más placer me da, la que más feliz me pone. A pesar de los altibajos, porque claramente, como todos ustedes, estaba triste tras el partido de Cartagena y triste después de lo que pasó en Elda; más allá de esos altos y bajos, creo que este proyecto es muy, muy ilusionante. Creo que juntos estamos logrando algo en la sociedad cántabra que no se ha logrado antes: unir a la gente bajo una ilusión: el Racing.
«El sueño de Canales es volver al Racing y nosotros esperamos que eso ocurra pronto»
El proyecto de crecimiento del Racing contempla un equipo en el que también tenga protagonismo la cantera. Se trata este de otro trabajo necesariamente con una gruesa perspectiva temporal, pero al mismo tiempo el club aspira a recuperar progresivamente a futbolistas formados en La Albericia que por una u otra circunstancia tuvieran que abandonar Santander.
Si bien Pablo Torre está en un momento de su carrera en que no se plantea esta posibilidad, los accionistas mayoritarios ya se han marcado un nuevo objetivo: el regreso de Sergio Canales. Mantienen contacto habitual con él y pese a su millonario contrato con el Rayados de la Liga mexicana el santanderino ya ha manifestado su deseo de terminar su carrera allí donde comenzó: en el Racing. De nuevo un ascenso a Primera acercaría mucho más esta posibilidad.
–¿Veremos a Canales jugando de nuevo en el Racing?
–Yo no soy el que tiene la relación directa con Sergio Canales. Es Manolo el que habla frecuentemente con él. Justamente esta mañana –por el miércoles— le pregunté y me dijo que habían estado intercambiando mensajes. Sergio está triunfando en México, está por jugar el Mundial de clubes y esperemos que le vaya muy bien. A través de Manolo me ha dicho, nos ha dicho a los dos, que su sueño es terminar su carrera deportiva en el Racing, y nosotros esperamos que eso ocurra pronto y que así nos dé muchos años de Sergio Canales jugando con nosotros.
–¿Puede haber más regresos?
–La idea de que los grandes hijos de nuestra cantera, ya sea Canales, Pablo Torre, Íñigo Sainz-Maza y otros jueguen en el equipo es algo que me pone muy orgulloso, porque significaría que el proyecto está funcionando.
-Higuera ha llegado a afirmar que no vio este ambiente ni siquiera en la época de la clasificación europea... ¿Se lo cree?
-Eso es lo que me dicen. Yo no estuve ahí para ser testigo, pero está claro que cuando yo venía a Santander escuchaba hablar del Racing y se escribía sobre él; claro, pero no vi jamás por la calle tantas camisetas como se ven ahora, con lo cual claramente hay algo que ha cambiado. Creo que eso es lo que hemos logrado entre todos: acercarnos mutuamente. Ir juntos; de la mano. Antes estaba la directiva por allí, los aficionados por allá, las peñas por acá, los jugadores... No había una idea verdaderamente de equipo, de trabajo en común, de comunidad o de deseo colectivo de éxito. Y yo lo que noto en Santander y en toda Cantabria es ese contagio alrededor del Racing y de un objetivo común.
Creo que es algo muy bueno en este momento tan difícil en el mundo. Ahora que la mayoría de las noticias que aparecen en los periódicos son malas, es bueno tener algo tan ilusionante. A mí realmente me alegra la vida y espero que sea lo mismo para todos los cántabros.
-En la víspera de un partido y unas eliminatorias tan importantes, ¿qué mensaje le gustaría enviar al racinguismo?
-Que siga suspendiendo la incredulidad, que tenga ilusión y que se lo crea. Que se crea que vamos a poder, como se lo creen los jugadores, como se lo cree el cuerpo técnico y como se lo creen los racinguistas más optimistas. Y, sobre todo para los racinguistas adultos: que miren a los niños y que vean cómo ellos tienen una ilusión que no está contaminada por cosas que ellos no vivieron o por un pasado que constituye una mochila que parece que no nos podemos sacar de encima. Los niños son particularmente importantes porque ellos nos muestran lo que es ser racinguista sin esa mochila; lo que es ser racinguista sin esa memoria que lo único que hace es tirarnos para abajo y no ayudarnos a construir. Eso es lo que le diría a todos los racinguistas: que miren a los niños. Y a los niños, por favor, que sigan siendo niños.
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