
El producto en su máxima expresión en el Mesón Marinero
El restaurante de la semana ·
La cocina tradicional de este restaurante de Castro Urdiales se basa en una materia prima de primer nivelSecciones
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El restaurante de la semana ·
La cocina tradicional de este restaurante de Castro Urdiales se basa en una materia prima de primer nivelEn la ruta de los mejores restaurante de Cantabria el Mesón Marinero de Castro Urdiales es parada obligada. A la monumentalidad que ofrece la ciudad, cuyos orígenes se remontan a la antigua Flaviobriga romana, se suma la excelencia que desde hace más de cincuenta años se proyecta día a día en este restaurante clásico, cuyas señas de identidad son una cocina tradicional y marinera muy sabrosa y apreciada por su sencillez, así como una selección de la materia prima para conseguir impresionar al cliente con la calidad del producto.
En 2017 el Marinero celebró sus cincuenta años de andadura. Ahora, tras la reciente jubilación de su chef y copropietario, Esteban Modino, al frente de la nave se ha quedado únicamente Domingo Urquijo, quien sigue con la tradición de su abuela y sus tíos, la familia González Salmantón. Él comenzó a trabajar en el mesón en 1973 y desde entonces ha visto crecer el negocio, ha atendido a infinidad de rostros conocido –por aquello de que el Marinero es parada obligada cuando se pasa por Castro– y vivió la concesión de una estrella Michelin en el año 1975 (la primera de la región junto a El Molino ese mismo año), cuando la guía roja ponía más el foco en la cocina de mercado y de producto que en un estilo de cocina moderna y sofisticada.
El relevo de un incansable y volcado con el negocio Esteban Modino ha llegado de la mano de los cocineros Martín Llaguno, con dos décadas de experiencia en la casa, y de Alberto Romayor, un castreño que ha pasado por el Cenador de Amós o La Bien Aparecida.
La propuesta culinaria del Marinero es estable, no caben las sorpresas porque las especialidades de la casa están muy arraigadas. Y se articula en tres direcciones: la carta del restaurante , con platos auténticos; la barra de pinchos del bar, una auténtica muestra de 'joyería' culinaria ,y la carta de picoteo que se sirve en la terraza y en las mesas del propio bar. Opciones para todos los gustos y para todos los bolsillo.
Los pescados y los mariscos frescos y de calidad, tratados con mismo en la cocina para que tengan el punto, la textura y el sabor óptimos tienen aquí continuidad a diario. Entre las especialidades de la casa destacan el marmitaco de langosta –espectacular–, la concha rellena de changurro, el arroz con bogavante, el propio bogavante (a 52 euros/kg), las cigalas a la sartén, las alcachofas con almejas o los pimientos rellenos de centollo. Mención especial merecen las almejas, por su tamaño, por su carnosidad y por su sabor; apenas se ven ejemplares de este tipo ya en muchos sitios. Otro plato de éxito que esta temporada ha tenido mucha demanda son los jibiones de Castro, que se preparan en su tinta.
Las gambas frescas –blancas y rojas–, los alistados y los langostinos, que llegan directamente desde Huelva, junto con el centollo, las ostras o las nécoras, son otras delicatessen de esta casa. El establecimiento tiene vivero propio lo que asegura que todas las elaboraciones sean al momento.
Aunque la oferta es muy amplia, no se puede dejar de tomar un pescado, que mayoritariamente se elabora a la plancha aunque en algún caso se acompañan de salsa como es el caso de la merluza. Aquí se puede disfrutar con el cogote de merluza, los lomos de merluza con cocochas, el rape a la plancha, lenguado, lubina, rodaballo, salmón plancha, bacalao al ajoarriero o mero.
Finalmente, también hay una buena selección de carnes y de postres caseros, entre los que cabe destacar la piña natural con un toque de plancha, la macedonia, la leche frita, la tarta de queso o el arroz con leche.
Más de una veintena de pinchos dan vistosidad a un barra muy frecuentada, en la que también destacan las anchoas caseras con pimientos, las albondigas de bonito, el pulpo a la gallega o el salpicón de rape.
Dirección: C/ Correría nº 23. Edificio Los Chelines (declarado Bien de Interés Cultural).
Teléfono: 942 860 005.
Propietario: Domingo Urquijo,
naugurado: I Precedente, en 1962 en la calle Ardigales. Desde 1967 está en la ubicación actual.
Cocina: Martín Llaguno, Alberto Romayor y equipo.
Sala: Domingo Urquijo y equipo.
Estilo de cocina: Tradicional y marinera, de producto. Especializado también en pinchos.
Precio medio de la carta: Entre 45 y 50 euros.
Menús: Concertados previamente.
Capacidad: 110 comensales en dos comedores y 20 en la zona de bar.
Terraza: Para unas 50 personas.
Horario: De 10 de la maña hasta la conclusión del servicio de cenas.
Cierra: Ningún día.
Bodega: Más de 200 referencias.
Wifi: Sí.
Aparcamiento: Subterráneo de Amestoy, a unos 200 metros.
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