Mueren dos hombres en las playas de Luaña y La Maruca
Las víctimas son un hombre de 64 años, que veraneaba en Cóbreces desde hace décadas, y otro de 70, vecino de Santander y habitual de La Maruca. Ambos padecían poblemas cardíacos
La costa cántabra ha vivido este domingo una jornada negra con el fallecimiento de dos hombres en apenas unas horas y por causas similares. El primero de los sucesos ha tenido lugar en la playa de Luaña, en Cóbreces, donde un hombre de 64 años, natural de Madrid y con residencia de verano en la localidad, ha muerto tras ser sacado del agua por los socorristas, que trataron de reanimarle sin éxito.
El incidente se ha producido en torno a las dos y media de la tarde, en la parte derecha de la playa, una zona conocida como 'la peñona', a la que se accede con marea baja. El hombre fue rescatado inconsciente por el personal de Cruz Roja, que le atendieron sobre la arena. Intentaron reanimarlo durante varios minutos pero finalmente se confirmó su muerte a las 14.50 horas. Hasta allí se desplazaron los servicios médicos y agentes de la Guardia Civil.
Según cuentan hosteleros de la zona, el fallecido era una persona muy conocida en el pueblo. Llevaba más de cuatro décadas veraneando en Cóbreces, donde disponía de vivienda propia. Por el momento, no se ha determinado si la causa de la muerte fue un ahogamiento directo o una parada cardíaca, ya que, según ha podido saber este periódico, el hombre padecía problemas de corazón.
Horas más tarde, la tragedia se repetía en La Maruca, en Santander. Un hombre de 70 años, vecino de Santander, ha fallecido en esta playa tras sufrir un paro cardíaco. El suceso ha tenido lugar pasadas las 17.50 horas, momento en que se ha dado aviso al 112, y la reanimación se ha prolongado durante más de media hora sin éxito.
Según han relatado algunos bañistas presentes en la playa, el hombre era un usuario habitual de La Maruca y contaba con antecedentes cardíacos. Tal y como afirman fuentes municipales, fueron los socorristas quienes, al detectar algo extraño en el agua, se acercaron y lo vieron flotando con el cuerpo semihundido, a la altura de la cadera. Lo sacaron de inmediato a tierra firme, hasta la rampa de acceso, y comenzaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar de forma manual.
Una bañista que se encontraba cerca se colocó unos guantes y también colaboró en las labores de auxilio durante los primeros minutos. Poco después se incorporaron los efectivos del 061, que continuaron la reanimación utilizando desfibriladores. La actuación se prolongó durante más de treinta minutos, sin resultado.
Durante el transcurso de la intervención, al lugar se desplazaron dos ambulancias, dos vehículos de Cruz Roja, Policía Local, Policía Nacional y una moto acuática de rescate, aunque esta última no llegó a intervenir.
Pasadas las seis y media de la tarde, y tras un esfuerzo prolongado por salvarle la vida, los servicios de emergencia confirmaron su fallecimiento. La escena generó una gran conmoción entre los presentes, que siguieron el intento de reanimación desde la distancia. La playa mantuvo su actividad, aunque en un ambiente marcado por la consternación.