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La primera llamada alertando del gran apagón llegó a la sala de emergencias del 112 apenas unos segundos después de que se hiciera la oscuridad ... a las 12.33 horas. A partir de ese momento el trino de los teléfonos no cesó en la centralita de un servicio que cuenta con autonomía energética por medio de generadores. Hasta 1.220 avisos llegaron durante las cinco horas y media que duró el apagón, lo que se tradujo en 204 incidencias, «pero ninguna grave», como indicó la directora general de Seguridad y protección Ciudadana, Mónica Escobedo.
Lo peor fue el caos inicial: «Está contactando mucha gente porque hay quien se ha quedado atrapado en un ascensor, quien está en la carretera sin semáforos... Personas a las que les ha dado ataques de ansiedad o que están sufriendo problemas de todo tipo», explicaron fuentes del 112, que tan pronto como pudo reaccionar mandó un aviso en redes sociales solicitando a la población que no se llamara a la sala salvo para casos importantes. «El colapso de la centralita es lo peor que puede pasar porque al final puede haber emergencias más importantes que se queden sin atender».
Tan pronto como se pudo, se reforzó el servicio con más agentes al teléfono y a los pocos minutos, cuando trascendió el hecho de que se trataba de un apagón a gran escala, la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, llegó para reunirse en la sala de crisis y activar la situación dos del Plan de Emergencias (Platercan), el máximo nivel que permite poner en marcha todos los medios. Luego se configuró el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) con todos los agentes implicados en el Plan de Emergencias: los consejeros de Transporte, Industria, Salud, Educación y el director general de Informática, el jefe de la Dirección General de Tráfico (DGT), además de los responsables de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado junto a Eugenia Gómez de Diego, delegada del Gobierno.
Desde allí se coordinó la actividad de la Policía Nacional, la Guardia Civil, así como de los bomberos, que fueron los que más trabajo tuvieron con los rescates en todo tipo de situaciones donde la electricidad dejó atrapadas a personas en ascensores o garajes.
La normalidad regresó pasadas las cinco y media de la tarde, cuando la electricidad comenzó a volver de forma intermitente a los diferentes municipios cántabros. «Estamos notando un descenso de las llamadas porque está comenzando a volver», celebraron fuentes del 112.
De vuelta a la normalidad, la directora general de Seguridad y protección Ciudadana, Mónica Escobedo, atendió a los medios y aclaró que el Gobierno está trabajando ya en la adquisición de más grupos electrógenos para asegurar aún más servicios en el caso de que algo así vuelva a suceder. Escobedo también aclaró que llegó a movilizar a la Unidad Militar de Emergencias (UME) aunque finalmente no fue necesaria su actuación.
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