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Enrique Munárriz
Martes, 7 de abril 2015, 07:35
La renovación que los nuevos dirigentes de Podemos quieren imprimir al partido tras la victoria de José Ramón Blanco en el proceso de primarias autonómicas se está encontrando con la oposición frontal de un sector crítico que no está dispuesto a ceder el testigo con tanta facilidad. Tres secretarios generales han presentado en los últimos días su dimisión por la «deriva» que, a su juicio, está tomando la formación. Los responsables de El Astillero, Federico A. Gutiérrez; Santoña, Esteban Torrado; y Reinosa, Javier Gutiérrez; han dado un portazo a la marca liderada por Pablo Iglesias y confirmaron a este periódico que han dejado sus cargos por «discrepancias internas» con la cúpula.
Una decisión que no ha sorprendido a todos por igual. Desde dentro de Podemos sostienen que «las relaciones entre las partes se habían enturbiado en las últimas semanas». Las desavenencias que mantenían estallaron definitivamente tras la expulsión de Juanma Brun, Mariasun Arenado, Ángela Benito y Roberto Mazorra de la carrera por las primarias. «Ha sido la gran estafa podemita. Ha habido una falta de ética desde los órganos de dirección y por parte de Jesús Montero -miembro del Consejo Ciudadano Estatal-, que es quien maneja los hilos en Cantabria, y se ha impulsado a los mediocres. Su sistema de expulsión es el equivalente a los partidos nazis y fascistas y yo no quiero seguir contribuyendo a engrosar el número de militantes de su partido», explicó ayer el hasta hace unos días secretario general de El Astillero, que no esconde su decepción absoluta con una formación «que le hizo volver a creer en la política hasta la asamblea de Vista Alegre».
Desilusión
En la misma línea, el ya exresponsable de Reinosa consideró que en un principio se dejó seducir por el ideario con el que nació Podemos, pero «a medida que han ido surgiendo los conflictos yo he perdido el ánimo y he comprobado que los círculos no tenemos ninguna capacidad de maniobra». También destacó que lo que ocurrió con los expulsados le hizo darse cuenta de que «unos pocos habían acabado con el espíritu inicial de la formación». Además, reflexionó que a la ciudadanía «no le ha gustado nada lo que ha ocurrido ni que lo aireemos en la prensa».
Torrado, que hasta hace unos días era secretario general de Santoña, se mostró más comedido. Reconoció que había comunicado su dimisión en Madrid, pero no se ha dado de baja en el partido. Él ocupa el último puesto de la candidatura de Podemos al Parlamento regional y todavía no ha decidido si va a continuar o no. Pero confirmó que «el círculo de Santoña está parado y nadie quiere asumir las funciones que yo ejercía ni de manera temporal. Hay mucha gente que está desilusionada y con ganas de dejar el partido en el municipio».
Las dimisiones de tres de los 19 secretarios generales que hay en la región abre un nuevo cisma en la formación y obligará a repetir las primarias en octubre o noviembre. El objetivo es que recomponer las direcciones municipales después de la fuga de afiliados en todo el país. El detonante en la región estuvo en la decisión de no dejar presentarse a la Primarias a cuatro miembros de la candidatura crítica 'Sí se puede', capitaneada por Juanma Brun, que por el momento ha decidido mantenerse al frente del partido en Santander y dentro del Consejo Ciudadano de Cantabria, desde donde seguirá trabajando a pesar de que sus desencuentros con la cúpula son públicos y notorios.
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