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El PRC, poco acostumbrado a celebrar procesos internos tras cuatro décadas de Miguel Ángel Revilla al frente de la formación, acordó cómo tenía que ser ... el proceso para elegir a la persona que sucederá al actual líder como cabeza de lista en las elecciones autonómicas de 2027. El pasado viernes tuvo lugar la primera fase, una asamblea de la Ejecutiva en la que los aspirantes, tras no alcanzar un consenso entre ellos, tenían que recopilar el 20% de los avales de sus 80 miembros. Quedaron fuera Javier López Estrada y Guillermo Blanco. A partir de ese momento, con el escenario algo más clarificado y ya únicamente dos candidatos en liza, ha llegado el turno de votar de todos los militantes. Eso, salvo que uno de ellos dé un paso atrás. O la vicesecretaria y diputada Paula Fernández o el alcalde de Reocín, Pablo Diestro, cada uno de ellos con ideas distintas sobre lo que debe pasar a partir de ahora. La primera, partidaria de cerrar una candidatura de consenso y, el segundo, partidario de dar voz a los afiliados y que ese trabajo de unidad que también defiende se haga a partir del 4 de mayo, el día que sí o sí se abrirán las urnas tras comprobar que sendas posturas no son compatibles.
Fernández fue la primera en mover ficha en pos de esa candidatura única al pedir una reunión a Diestro que se produjo ayer. Lo hizo «por responsabilidad» después de tener el apoyo mayoritario de los dirigentes (el 43,5%, frente al 20,5% de su rival), en busca del consenso que «siempre ha planteado Revilla y la gran mayoría de alcaldes y presidentes de los comités locales y regionales». «Lo mejor para el partido era lograr un acuerdo que representará a toda la militancia. No ha sido posible y no será por mi esfuerzo por intentar lograrlo. De verdad que lo siento», ha lamentado este jueves.
La también exconsejera de Presidencia ve ya pocas opciones tras el encuentro con el alcalde de Reocín, aunque mantiene que dejará la puerta abierta. Y ha recordado que el proceso recoge que, de no existir «el acuerdo unánime, tal y como estaba previsto, serán los militantes los que decidan». En este sentido, Fernández ha manifestado que Diestro formó parte de la comisión que decidió cómo tenía que ser el proceso. Y que, pese a que no comparte su posición, tampoco le achaca al regidor una actitud irresponsable.
Por su parte, Diestro aporta un matiz a la reflexión de su compañera. A su entender, el proceso dejaba claro que el momento de buscar el consenso era antes del viernes. A partir de ese momento, lo que establece es «dar voz a la militancia». «El consenso no puede ser que uno de los dos se retire, un quítate tú para ponerme yo, porque yo no voy a negociar sillones», dice el regidor, que considera que tras el «hiperliderazgo» de la etapa de Revilla es el momento de que hablen los afiliados.
Es más, cree que abrir las urnas servirá para fortalecer la posición de quien salga ganador y que esa persona será la que, ya sí, tenga que trabajar en la unidad. «El consenso tiene que venir después porque el partido no corre ningún riesgo de división siempre que seamos respetuosos y no se hagan maniobras raras», concluye Diestro, que recuerda a Fernández que siete de los nueve comités regionales se manifestaron a favor del voto directo del afiliado.
En lo que sí coinciden ambos es en que tiene que ser un proceso limpio y respetuoso para no cometer los errores de otros partidos en sus disputas internas. «No voy a hacer campaña contra nadie, sino a favor del PRC y de Cantabria. No diré nada que dañe a otra persona. Somos compañeros, amigos, que emprendemos caminos paralelos, pero que van a culminar en un punto convergente», ha concluido Fernández.
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