La venta de coches eléctricos crece en Cantabria pero aún está lejos de las exigencias de Europa
El modelo que triunfa en la región, y en el resto de España, es el híbrido no enchufable porque «se adapta más a las necesidades reales». La matriculación de vehículos diésel se estanca
Hace ya mucho tiempo que desde la Unión Europea (UE) anunciaron que fijarían una fecha para prohibir la venta de vehículos con motores tradicionales ... movidos por combustión. Sin embargo, esto no provocó que su alternativa, los coches eléctricos, arrancasen. Tampoco en Cantabria. Ahora, coincidiendo ya con una fecha sobre la mesa, 2035, se ha producido un leve cambio de tendencia. De enero a marzo del presente año, en la región se han matriculado 64 coches eléctricos, lo que supone un 11% más que en las mismas fechas de 2022. Se trata de un crecimiento paulatino que aún se encuentra muy lejos de las exigencias de Europa. «El eléctrico está creciendo. Pero no lo suficiente teniendo en cuenta lo que nos exige la Administración», expone Natalia de los Arcos, presidenta de la Asociación Empresarial de Concesionarios Oficiales de Vehículos de Cantabria (Asecove), quien apuesta por el coche eléctrico, sí, pero con más flexibilidad. «Necesitamos que se produzca una transición razonable, que permita adaptar todas las tecnologías de las que disponemos y que no afecte a la movilidad de los ciudadanos», explica. El liderazgo lo mantienen los coches tradicionales de gasolina, pero el modelo que les sigue más de cerca es el híbrido no enchufable, cuya venta se ha incrementado en un 46%. Mientras, las de diésel se estancan con 170 coches matriculados, los mismos que el pasado año.
Para el que no esté familiarizado con el sector, hay dos tipos de híbridos: los enchufables, que se recargan a través de energía eléctrica, y los no enchufables, coches que cuentan con dos motores, uno de combustión y otro eléctrico. Es este último el modelo más exitoso. De los Arcos entiende que está tendencia se produce porque plantean al usuario soluciones favorables tanto para recorridos cortos como largos. Y pone el ejemplo de un trayecto de 400 kilómetros: «A día de hoy, es muy fácil hacerlo con uno de combustión, pero con uno eléctrico es muy difícil, no digo imposible, pero sí complicado. Sin embargo, los híbridos se acercan mucho más a las necesidades reales de los usuarios».
A su juicio, los eléctricos están funcionando bien en ciudades grandes como Madrid y Barcelona. «También en Navarra, que tiene ventajas fiscales para comprarlos», añade. Pero en el resto de España, por lo general, todo va «mucho» más lento.
Aunque también hay datos llamativos en otros puntos de la península. Por ejemplo, en Burgos, por primera vez desde que hay registros el número de matriculaciones de coches eléctricos supera al de vehículos que emplean el diésel para funcionar.
Entonces, ¿cuál es el motivo del atraso que sufre Cantabria respecto a la movilidad sostenible con respecto a otros lugares? «La falta de puntos de recarga», responde De los Arcos. De hecho, hace seis meses, cuando El Diario Montañés hizo un análisis del coche eléctrico en la región, la presidenta de Asecove se quejaba de lo mismo. «En Cantabria hay una clara falta de infraestructuras de recarga rápida y pública para atender la demanda de las nuevas generaciones de vehículos eléctricos». Y lamenta que la Administración exija a los ciudadanos un esfuerzo «que no cumple» por su parte. «Eso es primordial que cambie», requiere.
«Ni suficiente ni realista»
Desde la Consejería de Industria entienden, sin embargo, que están «apostando» por la movilidad sostenible. El año pasado se registraron 181 nuevos puntos de recarga; diez de ellos son de más de 100 kilovatios-hora. «Además hay decenas que no pasan por la Consejería porque están dentro de edificios y viviendas, o en instalaciones que no han requerido ampliación de instalación eléctrica», explican desde Industria. Sin embargo, desde el sector de la automoción no lo ven «ni suficiente ni realista».
Respecto a la medida de que la Unión Europea prohibirá a partir de 2035 la venta de vehículos con motores tradicionales movidos por combustión, la presidenta de Asecove es tajante. «Creemos que la venta de vehículos eléctricos es el camino a seguir, pero somos escépticos respecto a las fechas y los plazos».
Y teme que se ponga en riesgo la movilidad de las clases sociales menos favorecidas. «Hay dos inconvenientes. El primero, que los vehículos eléctricos son más caros. Y el segundo, que en Cantabria no tenemos una infraestructura de recarga razonable», insiste. «Si estas dos cosas cambian mucho, podrían venderse sólo eléctricos en 2035. Pero tienen que cambiar ya», concluye De los Arcos.
Convenio con Castilla y León, Asturias y Galicia para impulsar la movilidad sostenible
Cantabria firmará un convenio con Galicia, Asturias y Castilla y León para impulsar el espacio verde del noroeste para la movilidad y el transporte sostenibles. El objetivo es promover la creación de una red de carga «eficaz, rápida y estratégicamente ubicada» para generalizar el uso de vehículos más respetuosos con el medio ambiente. Así lo anunció el consejero de Industria, Javier López Marcano, que manifestó su apoyo a un convenio con las comunidades vecinas para garantizar que «los usuarios potenciales de las carreteras del noreste de España dispongan de las infraestructuras necesarias para un adecuado suministro energético». El titular de Industria cree que la firma de este acuerdo constituye la base para que la movilidad sostenible pueda consolidarse a través de la garantía para el suministro energético que, según Marcano, es «uno de los puntos débiles» de este tipo de desplazamientos, y en general de la industria de la automoción a la hora de apostar por la producción y venta de vehículos eficientes.
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