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El artista Maichak Tamanaco en su estudio, situado en Santander. Daniel Pedriza
«Vivimos en la era de la inmediatez, pero también del desconocimiento»

«Vivimos en la era de la inmediatez, pero también del desconocimiento»

Autorretratos ·

El artista cántabro Maichak Tamanaco repasa dos décadas de intenso recorrido artístico, en las que ha definido y desarrollado un discurso y una estética tan eclécticos como genuinos

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Viernes, 22 de febrero 2019, 16:58

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Si el arte es algo en constante evolución, que lo es, el artista tiene que tener siempre algo de niño, de aprendiz. Así lo siente e interpreta el artista cántabro Maichak Tamanaco (Santander, 1982), un especialista en fotografía que cuenta con un amplio abanico de obras y exposiciones tanto a nivel nacional como internacional, y en todo tipo de formatos. Creador ecléctico con una estética inconfundible, Tamanaco defiende el poder transformador de la creatividad, entiende -aunque no comparte- la extendida visión del arte como algo elitista, y cree que la situación del arte en Cantabria ha mejorado, aunque debe afrontar importantes retos de futuro para consolidar su apuesta cultural.

–¿Qué es para usted la creatividad? ¿Qué valor cree que tiene?

–A mi entender, la creatividad, ese regalo intangible, es la herramienta con la que hemos prosperado mas allá de cualquier dificultad. Buscar y encontrar soluciones a nuestros problemas, desde la perspectiva de la novedad y de la innovación, impulsando a nuestra psique a experimentarse, a salir de su zona de confort para hacer crecer las posibilidades. Como parte de nuestra capacidad de crear o transformar un algo en algo diferente y nuevo, partiendo de asociaciones de ideas, la creatividad ha sido durante las distintas eras una parte esencial en la condición para el crecimiento de la Humanidad. Una persona creativa no solo transforma su entorno referido al mundo, si no lo más importante, transforma su interior y esa faceta es la única racional en la que podemos confiar hoy en día para dar nuevas soluciones a los problemas de nuestro tiempo. Así que el valor de la creatividad tanto para la Humanidad como para el mundo en que habitamos es incuestionable.

–Su perfil es enormemente multidisciplinar... ¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del arte?

–Supongo que como para cualquier artista, los inicios no quedan del todo claros o delimitados por un momento concreto. Pese a los muchos años que ya he pasado descubriendo y redescubriéndome, con y en el arte, aún me siento en fase de aprendizaje y en el inicio de la aventura. El proceso pasa por derrumbar lo que uno incluso cree de si mismo, así que podría decirse que aún estoy y estaré siempre en el inicio.

«La creatividad ha sido esencial para el el desarrollo de la Humanidad»

–¿Cuál ha sido su formación en materia artística?

–He sido y sigo siendo muy autodidacta. Al final es la vida la que te procura un escenario diferente con múltiples posibilidades. He asistido a talleres, conferencias, cursos y demás menesteres relacionados con el arte, siempre poniendo la técnica al servicio de la creatividad, pero creo que en mi caso la capacidad de sorprenderme como un niño y experimentarse desde el propio juego, han sido para mi los mayores maestros.

'La Sabiduría' / Maichak Tamanaco
Imagen - 'La Sabiduría' / Maichak Tamanaco

–Es usted un creador ecléctico que, partiendo de un concepto de fotografía muy particular, ha desarrollado un amplio discurso artístico. ¿Cómo se definiría como fotógrafo?

–Es difícil hablar de estilos cuando se refiere a uno mismo. He mamado de estilos que podrían denominarse clásicos. No me dejo sorprender por la innovación. Encuentro la belleza en la sutilidad de 'viejos cachivaches', de esas cosas que podríamos denominar 'casi mágicas' como los gramófonos haciendo sonar un simple surco labrado en la superficie de un disco, la belleza y la importancia de la luz con sus claroscuros de la pintura barroca y la fotografía con esa parte de ensoñación de autores como Jan Saudek. Sin olvidar los mitos y el imaginario que recorren mi obra y la nutren, y añadiendo pequeños detalles del género 'Steampunk', podría decirse -con una sonrisa en la boca- que mi obra es algo así como 'retrato-clásico-barroco-mitológico' o, como lo define la gente que me rodea, estilo 'Tamanaquiano'.

–En materia fotográfica, ¿cuál es su manera habitual de trabajar, su método?

–La mayor parte del tiempo destinado a realizar una de mis fotografías se reparte entre dar forma a la idea y diseñar y construir los escenarios y ambientaciones. Todo lo que aparece en la foto estaba a la hora de realizar la toma, en muy rara ocasión he metido un elemento ajeno a la fotografía ya que, aunque no esté ni muchos menos en contra del tratamiento digital, mi método de trabajo tiene mucho más que ver con los creadores de principios del siglo IXX: dedico mucho tiempo en el taller a crear escenarios, atuendos o artilugios para los modelos, creo una escena física donde se va a realizar la acción del personaje y la ilumino. Normalmente y en comparación, mi trabajo en el ordenador es más irrelevante y se basa en darle a lo que será la fotografía final un tratamiento de color para asemejar esos pigmentos ya envejecidos por el paso del tiempo.

«La gente 'mira' decenas de imágenes en sus móviles sin 'ver' absolutamente nada»

–Además de la fotografía domina usted otras técnicas. ¿Qué le ofrece esa diversidad de formatos?

–La técnica tiene que estar al servicio de la creatividad. A veces me sorprendo a mi mismo pensando en una foto que al final del proceso acaba siendo una escultura... Cuando no está atada la idea, la realidad se deforma optando por múltiples formas. Yo solo escucho a la idea esencial y dejo que me hable y respire por si misma. Su formato final, para mi, tiene una importancia relativa, siempre y cuando la idea que subyace quede plasmada de la manera más fidedigna y comprensible posible, tanto para el autor como para el espectador. A no ser que por necesidades, sean estas cual sean, 'ate' la idea desde el principio a un soporte artístico u otro.

–Cuenta con una amplia trayectoria tanto a nivel local como nacional e internacional. ¿Qué ha aprendido a medida que iba ampliando su visión del arte en contacto con el de otras sociedades o países?

–Creo, sin pretender crear un dogma y viéndolo con una visión más que maleable, que todos los creadores estamos subyugados por una u otra razón a imposiciones que rozan más la burocracia y la relevancia que un artista adquiera socialmente, frente al valor que se le puede dar verdaderamente a una obra maravillosa aunque sea de un autor desconocido. Ocurre en algunos casos para bien y en otros muchos para mal y convierte el arte en un mercado más bien hermético. Tal vez el problema común resida en el valor que se le da al arte: mientras que en ciertas esferas sociales lo beatifican y lo cubren de oro, el común de los mortales cree que el arte es algo carente de importancia, nada mas allá que algo puramente estético. Esto, unido a los problemas comunes en cuestiones económicas, convierte en esta sociedad al artista auto-productor de su obra en un espécimen más bien extraño.

1. 'Epopeya sin nombre' | 2. 'Corpus Hermeticum' | 3. Maichak Tamanaco 1 y 2. Maichak Tamanaco | 3. Daniel Pedriza
Imagen principal - 1. 'Epopeya sin nombre' | 2. 'Corpus Hermeticum' | 3. Maichak Tamanaco
Imagen secundaria 1 - 1. 'Epopeya sin nombre' | 2. 'Corpus Hermeticum' | 3. Maichak Tamanaco
Imagen secundaria 2 - 1. 'Epopeya sin nombre' | 2. 'Corpus Hermeticum' | 3. Maichak Tamanaco

–¿Cómo valora la situación de la fotografía y de la imagen en la sociedad actual?

–No deja de sorprenderme la cantidad de imágenes y datos que la gente consume día tras día. Me da la impresión de que ahora vivimos en la era de la inmediatez pero también del desconocimiento. Ahora todo es exprés y nada parece sorprender ni hay obra que parezca lo suficientemente buena como para robarnos más de quince segundos de nuestro tiempo. Veo a la gente 'mirar' en su teléfono móvil decenas de imágenes por minuto sin 'ver' absolutamente nada. Es indudable que vivimos en la era de Internet y de la imagen, pero esto no parece sensibilizarnos más ni enriquecer nuestra cultura. Ahora ya nada se aprende, solo se mira o -sería más apropiado- 'se busca'. Por otro lado, no quiero ser derrotista y es maravilloso tener a nuestra disponibilidad todo este saber inmediato.

-¿Cómo ha afectado el auge de los digital en el ámbito de la creación y su difusión?

-Todos conocemos la inestable labor que ofrece a los artista el ámbito digital. Su obra puede proyectarse desde la soledad de su taller al resto del mundo con una inmediatez extrema y esto inequívocamente es algo positivo tanto por la comunidad de intereses similares y el intercambio entre ellas como para el desarrollo del artista en el ámbito de su taller. Si bien, reiterándome en la respuesta anterior, creo que como parte negativa de este acuerdo, tanto los artistas como los espectadores, buscan la inmediatez y el «aluvión» de imágenes y esto a mi entender es una equivocación. Caemos en esa vorágine de mercado, en la que la calidad de la obra artística se determina por el numero de 'likes' y la experiencia embriagadora de contemplar una obra de arte, se resume en quince segundos de lectura rápida.

–¿Cómo ve la situación del arte en Cantabria?

–En estos momentos parece que el arte en Cantabria ha comenzado una crecida importante a nivel institucional, aunque creo que hay pequeños problemas para abordar en lo que se refiere, y ahora hablo solo de Santander, a la cultura base. Un buen ejemplo es la marca 'Santander', que aspira a destacar por su apoyo a la cultura, pero no tener una facultad de Bellas Artes hace que los cimientos artísticos de la ciudad, a mi entender, sean débiles. También echo en falta que haya más cabida y flexibilidad del movimiento artístico no gubernamental, llamémosle 'underground', que no deja de ser el motor de inspiración de muchas ciudades europeas y que aquí pasa a ser un propósito relegado a un segundo o tercer plano.

-Como creador que ha dedicado su vida al arte en sus distintas facetas, ¿por qué es importante el arte? ¿Qué aporta tanto a nivel individual como social?

-La faceta de 'artistas creadores' ha acompañado al ser humano desde el paleolítico superior, como, por ejemplo, desde las representaciones de bisontes en la cueva de Altamira, prolongándose en el tiempo hasta nuestros días. El arte parece atender a esa parte en la que el hombre comprende y atribuye a su capacidad de creación cierto halo de misticismo casi religioso, y no es de extrañar: nuestros antepasados fueron consciencientes de que dicha capacidad otorga al artista la oportunidad de recoger desde el pensamiento abstracto una idea, para después ser moldeada y reinsertada en nuestro plano físico en forma tangible y visible para el resto de su comunidad, esta capacidad de creación a partir de esa 'nada', a mi entender, es la faceta que más nos acerca a la divinidad. Por eso la aportación e incorporación del arte en nuestras vidas, ya sean a nivel individual o social, es de vital importancia, como liberación, sublimación y destilación del pensamiento humano.

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