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La Gradona pinta la temporada
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Once tifos en 21 jornadas transforman El Sardinero en una galería de arte popular racinguista que mezcla creatividad y pasiónHay quien va al fútbol por los goles. Otros, por los gritos, la épica o la descarga de adrenalina que provoca un robo de balón al borde del área. Pero hay quienes miran también a la grada. Y en El Sardinero observar la grada es mirar arte. Los tifos, nacidos en las gradas italianas en los años sesenta, han evolucionado hasta convertirse en piezas de arte visuales que dialogan con la historia del club, el contexto social y el pulso de la temporada. En los Campos de Sport este curso se han desplegado ya once en 21 jornadas. Once formas distintas de alentar, emocionar y narrar.
El 'Comando Tifo', ese colectivo de aficionados con alma de escenógrafos, ha llevado esta temporada su creatividad a niveles que rozan la obsesión. El año pasado firmaron diez intervenciones. Este curso ya van once y todavía quedan cinco partidos más en casa. No hay respiro. Estos verdiblancos entienden el Racing como un lenguaje que también se habla con pinceles, telas, humo y versos. La historia de esta temporada se empezó a escribir en la jornada inaugural ante el Almería. Fue una bienvenida solemne y vibrante. Un tifo gigante con el lema 'Real Racing Club 1913' cubrió la Gradona. En Preferencia y Tribuna Este, cartulinas verdes y blancas compusieron un mosaico que convirtió el estadio en una gigantesca declaración de principios. El primer acto de una secuencia que no ha dejado de crecer.
En la jornada 2, ante el Eibar, la grada tomó forma de reivindicación, y una pancarta con un sonoro 'No al fútbol los viernes' se alzó en la grada de animación. Y cuando el Sporting visitó El Sardinero en la jornada 5, la Gradona respondió con ritmo. 'Rock n Racing' se podía leer mientras el ambiente se volvía eléctrico. Poco después, frente al Levante en la jornada 9, llegó una de esas frases que se tatúan en la piel: 'Aunque llueva o sople sur', junto al nombre de la Gradona. Una reafirmación de lealtad inquebrantable entre afición y club.
Pero fue en la jornada 13 cuando se alcanzó el cenit estético y emocional. El Racing recibía al Albacete y lo que ocurrió en la grada parecía más un acto escénico que una animación. Humo, música, luces y una imagen central poderosa: tres jóvenes con la mirada en llamas bajo el lema 'Malditos'. No había precedentes en España y solo algunos fondos europeos habían rozado algo similar. Sin duda la Capilla Sixtina de los tifos racinguistas.
El despliegue no aflojó. En la jornada 15, ante el Burgos, llegó una de las piezas más conceptuales. Una cita del poeta latino Horacio emergía desde el fondo: 'Cantabrum indoctum iuga ferre nostra'. Traducido: «el cántabro no está dispuesto a soportar nuestro yugo». Un guiño histórico que convirtió la grada en aula, en manifiesto y en espejo de un racinguismo que no se resigna ni en el campo ni fuera de él.
En la jornada 25 , mientras los jugadores del Racing y el Málaga hacían su aparición sobre el césped, en la Gradona y en Tribuna Norte empezó a moverse el aire. Primero un banderín, luego otro. Después cientos. Verdes y también blancos. Alzándose con fuerza. Un vendaval de telas agitadas por las manos de siempre.
En la jornada 27, cuando el Racing recibió al Cádiz, el 'Comando Tifo' tenía preparada una nueva obra de arte. Antes de que arrancase el encuentro, la grada de animación vistió sus mejores galas desplegando una lona en que un hombre se dispone a beber una jarra de cerveza bien fría, que bien podría ser cualquiera de los verdiblancos de la Gradona en una previa en día de partido. Mientras tanto, a su alrededor, el resto de aficionados agitaban banderines verdes y blancos para dar más colorido aún.
Pero la Gradona no se conformó y todavía tenía preparados algunos tifos más. Como el que desplegó ante el Elche en la jornada 29. Un increíble y no por habitual menos espectacular tifo por el 112 aniversario del Racing. La fecha del cumpleaños hubiera coincidido con la jornada anterior, pero el equipo cántabro no jugaba en casa, lo hacía en Ipurua, ante el Eibar, de manera que se optó por realizar los actos de la efemérides una jornada después. 'Siempre contigo viejo 1913-2025', se podía leer en la lona, donde un racinguista de 1913 y otro de 2025 escoltaban el acta fundacional del club.
Con la visita del Zaragoza, en la jornada 33, los Campos de Sport volvieron a vestirse de fiesta. En esa ocasión la Gradona se reivindicó a sí misma con un tifo alargado en verde y blanco, en el que se podía leer: 'Gradona de los Malditos', con el número '12' a uno de los lados, en referencia a que la afición es el jugador número 12, y el escudo del club al otro.
La última pieza en adornar El Sardinero es justamente de la pasada jornada. Un espectacular tifo en clave de cómic. En la lona se podía ver a Íñigo Sainz-Maza con la camiseta de la temporada 2021-22, cuando el de Ampuero marcó un gol en Riazor que significó un punto de inflexión en la temporada en la que el Racing logró el ascenso a Segunda División. «Infierno de qué», acompañaba la imagen del capitán.
Cada tifo ha sido un capítulo de una narrativa emocional y estética. Pura creación popular sin otro objetivo que empujar al equipo y dar sentido a cada domingo. Con once ya ejecutados y cinco jornadas aún por jugarse en casa, la pregunta es ¿cuántos más están aún por desplegarse en la grada de El Sardinero? Porque en Santander, la Gradona no solo canta. También pinta, escribe y recuerda.
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