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Casi 2.000 personas desafiaron este lunes a la lluvia y marcharon por el centro de Santander para reclamar «seriedad» en el proceso de negociación ... del convenio colectivo del sector siderometalúrgico en Cantabria y, a su vez, protestar «contra la arrogancia» de la patronal del área, personificada hasta la fecha por Pymetal.
Los sindicatos con representación en la Mesa de Negociación del nuevo marco laboral –CC OO, UGT y USO–, que afecta a cerca de 22.000 personas, se presentaron en la calle Numancia de la capital regional con un evidente malestar al ver cómo se repite el guion ya vivido en 2022, cuando un bloqueo de las conversaciones derivó en una enconada huelga de 21 días que obligó a intervenir vía mediación al Gobierno de España. Como precedente, una reunión la semana pasada en el Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales (Orecla) que apenas duró cinco minutos visto el inmovilismo de las posturas de ambas partes.
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De ahí que los representantes de los empleados no escondieran su malestar con Pymetal al comprobar cómo se empantana un proceso que a priori no parecía, ni aún hoy parece, equiparable al que llevó al duro enfrentamiento en los polígonos hace tres años.
Sin embargo, la huelga anterior fue evidentemente recordada en los discursos previos al arranque de la marcha. El primero en citarla fue César Conde, secretario general de Industria de CC OO en Cantabria. «Otra vez estamos en la calle para reivindicar un convenio digno para el metal. Después de tres años del anterior, con una huelga de 21 días, a esta patronal le da igual que las empresas vayan bien o mal. Nos obligan a salir a la calle a pedir unos derechos justos para las 22.000 familias que viven del sector», arrancó.
El propio Conde abundó en que el panorama no es el mismo. «Ahora mismo no es tanto lo que nos separa pero hace falta altura de miras y un último movimiento de la patronal para cerrar este convenio. Necesitamos una subida salarial acorde con la actualidad y recuperar poder adquisitivo perdido estos años. Sobre todo, la línea roja que han marcado todos los trabajadores y trabajadoras es que no podemos perder ningún derecho y menos de manera gratuita como quiere la patronal».
La propuesta de Pymetal gira en torno a una actualización de las retribuciones del IPC más un 0,5%% durante cada uno de los tres años que dura este convenio. Los sindicatos persiguen un incremento acorde a la evolución de los precios más un 1%. En total, una distancia de 1,5 puntos para el total del periodo.
Por ello, la representación social opina que el motivo que ha llevado a las movilizaciones no se encuentran en el apartado económico. Según Luis Díez, secretario general de la Federación de Industria de UGT, «sobre todo el detonante es la pérdida de derechos. No se puede consentir la arrogancia de siempre de intentar quitar derechos a los trabajadores. Evidentemente, buscamos un poder adquisitivo digno con la realidad del sector, pero principalmente el motivo de nuestras movilizaciones es la pérdida de derechos», opinó. Pymetal pretende eliminar del actual convenio el plus de distancia.
«Es una situación que creíamos superada tras el episodio anterior y pensábamos que la patronal habría aprendido algo. Nosotros no queremos el conflicto. Queremos negociar, sentarnos a negociar dignamente y no con arrogancia y prepotencia. Así lo único que se hace, con perdón de la expresión, es 'encabronar' a los trabajadores y que el conflicto se ponga cada vez peor», reprobó Díez.
El sindicalista reconoció respecto a Pymetal que «no es muy habitual esta forma de negociar. Hoy te doy un dos y mañana te quito esos dos y otros dos más. Hay que ser un poco serio, podemos tardar más o menos, pero sobre todo hay que ser leales a lo que se está hablando», cerró.
Por su lado, Fernando Rey, secretario general de USO Industria en la región, completó que «no puede ser que con los beneficios de la patronal quiera recortarnos los derechos. El metal vuelve a estar en la calle por culpa de la patronal, no de la clase trabajadora».
Todo ello sin nuevas reuniones a la vista. «Por un convenio justo para el metal. ¡En la lucha (otra vez)!», recogía la pancarta que encabezaba la movilización.
Un recorrido de unos 45 minutos hasta los Jardines de Pereda al que acompañó una lluvia de intensidad creciente, con peatones y comerciantes observando a los trabajadores que defendían sus derechos. Una serpiente multicolor envuelta por el sonido de los petardos, las bocinas y los megáfonos.
Si no hay novedad, las centrales sindicales se reunirán la primera semana de mayo para decidir qué hacer, con un predecible aumento en la intensidad de las protestas, con la huelga como última parada. En cualquier caso, aún hay tiempo para nuevos encuentros entre las partes. Pymetal ya ha defendido su postura actual en el proceso.
La cuestión es que la negociación puede dar un giro vía judicial. El próximo 23 de mayo está fijado el señalamiento para el juicio entre la Federación Cantabria Metal contra Pymetal y los tres sindicatos para poder estar representada en la Mesa.
La organización empresarial ya ha solicitado de forma formal y, posteriormente, vía conciliación su incorporación, algo que no han admitido los otros actores. En caso de que los tribunales dieran la razón a Cantabria Metal podría darse la circunstancia de la nulidad de lo que se acuerde en esta, de nuevo, controvertida ocasión.
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