Trabajadores de Sonrionansa denuncian deterioro de la planta e impagos de nóminas
Los dueños de la piscifactoría defienden que hoy mismo llegará comida para los peces, que esperan descontar pagarés y vender en breve nuevos ejemplares
Sonrionansa consiguió cerrar hace mes y medio un acuerdo con sus acreedores para pactar un convenio que diera una nueva oportunidad a la piscifactoría ... enclavada en Val de San Vicente y evitar así la liquidación. La compañía, heredera de la antigua Tinamenor y que solicitó concurso en primavera de 2019, llevaba los últimos tiempos gestionada por administradores concursales hasta que el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Santander ha devuelto sus facultades a los empresarios promotores, sobre los que aún queda por resolver un embargo cautelar de bienes por un millón. Aún con todo, la empresa, y sus responsables, tienen mucho camino por recorrer para poder enderezar el rumbo de la planta después de que ayer una parte de la plantilla denunciara el «deterioro» de las instalaciones y los impagos que arrastran los empleados.
En un comunicado, los afectados advirtieron del «terrible y lamentable» estado de las instalaciones, hasta el punto de llegar a no tener agua potable para poder ir al servicio o lavarse las manos en plena pandemia, sostuvieron. «El deterioro e insalubridad es tal que no sólo afecta a unas instalaciones por cuyo estado tememos, sino que nos someten a unas condiciones de falta de limpieza hasta tal punto que tenemos una plaga de ratas campando a sus anchas por nuestro lugar de trabajo», recogía el comunicado.
En paralelo, alertaron de que los peces se encuentran también en una situación «extrema» al llevar más de 48 días sin comer y cuando lo han hecho ha sido, reprobaron, en menor cuantía de la debida.
La empresa de Val de San Vicente cerró hace unas semanas un convenio con sus acreedores para seguir funcionando
Antonio Sainz Millán, uno de los propietarios de Sonrionansa, matizó a El Diario estas acusaciones, hasta el punto de rechazar que hubiera una plaga de roedores. «El convenio es firme desde hace tres días laborales. Ya estamos lanzando la convocatoria de la Junta para poder poner en marcha una ampliación de capital. Hay oxígeno para un mes; mañana –por hoy– llega pienso para un mes; hay luz eléctrica sin problemas... Dentro de dos semanas vamos a sacar las últimas lubinas que tenemos. Tenemos 150.000 euros en pagarés para descontar también. Con eso ya podemos funcionar tres o cuatro meses sin ningún tipo de problema», afirmó.
Atrasos
El comunicado de los trabajadores igualmente hace hincapié en que a este «triste panorama» y abandono de peces e instalaciones se añade que desde septiembre llevan sin percibir «ni un duro» de la empresa y lo poco que han ingresado «es en la situación de ERTE. Es decir, aquello que paga la administración».
Sainz Millán admite que mantienen atrasos de «pequeñas cantidades» con sus empleados, aunque alega que los afectados están cobrando «el 80% del sueldo trabajando una semana al mes».
Aún así, avanza que «intentaremos ponernos al día cuanto antes. Si todas las empresas, por lo general, se han visto afectadas por la pandemia, imagina nuestro caso, cuando el coronavirus ha demorado tanto la aprobación del convenio».
Sobre el propio convenio, éste no incluye quita de la deuda acumulada –«unos ocho millones»– y tiene una espera de cinco años, empezando a cumplir los compromisos de abono al tercer ejercicio. Dos años, prácticamente tres, de carencia para que la empresa levante el vuelo en una coyuntura compleja.
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