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Uno de los grupos más internacionales de música de cámara antigua –con 35 años de trayectoria detrás–es la Capella de Ministrers, fundado y dirigido ... por Carles Magraner (Almusafes, 1962), vihuelista de arco y musicólogo. Especializados en música medieval, renacentista y barroca, andan celebrando su trigésimo quinto aniversario con un programa de fantasías y danzas en la España del Siglo de Oro, ese siglo que duró más de un siglo y se extendió a partir de 1492 por el XVI y el XVII.
Ministrers eran los instrumentistas de la época que acostumbraban juntarse para festividades sacras o profanas. Los Ministrers de este siglo presentes en dos lugares históricos de Cantabria –iglesias de Isla y Comillas–formaron como cuarteto con flautas (Belén Nieto), percusiones (Pau Ballester), tiorba y guitarra renacentista (Robert Cases) y vihuela de arco que los italianos llaman viola da gamba (Carles). Su concierto fue una sucesión ininterrumpida de piezas desde las extendidas versiones de 'La Spagna', melodía antigua de basse dance, hasta la saltarina composición del maestro de baile Cesare Negri (1535-1605) 'Le gratie d'Amore', donde tras imaginar el auditorio pasos y movimientos surgieron las primeras palabras y explicaciones: «La música que tocamos es muy intuitiva. Nos inspiramos en cada momento. Es una música que tiene muy poco escrito. A veces no sabemos dónde estamos». Pero cuando esto ocurre, una mirada y una sonrisa cómplices retoman la sintonía con el entorno. Las hubo, roturas de cuerdas incluidas.
Esto último reflejaba el buen entendimiento y conjunción entre los tres músicos habituales del grupo con la incorporación de unas flautas que destacaron lamentándose en temas amorosos (el anónimo del quattrocentro 'Mon fort Souspirz') o muy alegres en la Piva de Joan Ambrosi Dalça ( - 1508). Tras unas palabras que explicaron lo escuchado, el concierto siguió con españoletas, canciones como 'Diferencias sobre Guárdame las Vacas' (Luys de Narváez 1500-1552), primeras variaciones en medio del siglo XVI, o una jota final, alegría pura. Los bises volvieron al quattrocento con dos bailes de Domenico da Piacenza (1390-1470). Los Ministrers siguen trasladándonos a otros tiempos con sabiduría musical, ánimos renovados y nuevos retos. Como dijeron: «La música y la danza sirven para conocernos». Continuará.
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