De Santander a Cudillero

Una casa encima de otra, colores, muchos colores, y un pequeño puerto donde los pescadores muestran las maseras y centollos que, si lo desea, puede degustar minutos más tarde en la mesa de cualquiera de los restaurantes que están a pie de mar.

Cudillero es uno de esos concejos de España que dejan huella. Tiene tan solo 5.568 vecinos, sí, pero ya saben lo que dicen de las fragancias que se guardan en frasco pequeño... Pues eso, que Cudillero enamora. Se encuentra a 225 kilómetros de Santander, dos horas y 17 minutos en coche por autovía que nunca merecieron tanto la pena.

Lo mejor que se puede hacer en este consejo es pasear por las calles empedradas con los cinco sentidos bien activados y dejarse sorprender por sus olores, colores, monumentos, costumbres y playas, como la del Silencio con forma de concha, 500 metros de longitud y sin acceso rodado. Uno de los paraísos naturales de Asturias con licencia para 'desconectar' del ruido y la civilización.

Playas gastronomía y...

...arquitectura. Declarada bien de Interés Cultural, la Iglesia de San Martín de Luiña está considerada como «uno de los prototipos mejor definidos de la iglesia costera asturiana, tanto en su valor de conjunto, como en la conservación de la mayor parte de sus componentes característicos». Un lugar de culto, emplazado en Escalada, de 1726.

Otro de los reclamos arquitectónicos de Cudillero es el Palacio de la Quinta, en El Pito, construído entre 1880 y 1895 y que aún conserva intacta su decoración original con pinturas de grandes artistas como Goya o El Greco y que mantendrá sus puertas abiertas hasta finales de septiembre tras dos años cerrado. La entrada tiene un precio de siete euros y se podrá adquirir exclusivamente en las instalaciones al comienzo de la visita. No se admiten reservas anticipadas. La visita, de una duración aproximada de dos horas, incluye la vista del palacio, pabellón de tapices, exposición de obras restauradas y jardines, el francés ante la fachada, el italiano a su espalda, y el inglés recorriendo toda la quinta.

Y si usted es de los de calzarse chirucas y andar también puede hacerlo en Cudillero con una preciosa ruta de seis kilómetros, de dificultad baja, que parte del pueblo y pasa por Piñera, El Pito, con el conjunto palaciego y La Atalaya, para, finalmente, regresar de nuevo a Cudillero. Es solo una de las seis rutas señalizadas por el Ayuntamiento.

Y si después de esta ruta o de subir hasta lo alto de Cudillero le entra el apetito ya sabe que Asturias, es tierra de buen comer. Fabada asturiana y crema de arroz con leche todo regado con una sidra fresquita.